Las fuerzas de seguridad egipcias pudieron determinar que dos de los tres ataques fueron perpetrados por fanáticos suicidas a bordo de automóviles conectados a bombas poderosas a las cuales hicieron estallar.
También dijeron que han arrestado a decenas de personas en el Sinaí y que dos de los detenidos son hombres que recientemente fueron dejados en libertad durante una investigación de los atentados terroristas que en octubre pasado mataron a 34 personas en Taba y Ras Shitan, otros dos centros turísticos de la región del Sinaí.
El lunes las autoridades buscaban más pistas mientras identificaban a las personas inocentes que fueron asesinadas en Sharm El-Cheik, donde han sido detenidos unos cien sospechosos.
El presidente Hosni Mubarak dijo en una entrevista televisada que el ataque del sábado fue “un acto criminal y cobarde” cuyo objetivo fue desestabilizar a Egipto, aunque sólo ha logrado reforzar la determinación de su gobierno de continuar la lucha contra el terrorismo y erradicarlo.
Los ataques fueron cometidos contra un hotel, un estacionamiento de vehículos y un mercado de la parte vieja de Sham El-Cheik y se los atribuyó un grupo vinculado a la red terrorista internacional Al-Kaeda en un comunicado difundido por Internet.
Los terroristas dijeron que fue “una respuesta a las fuerzas del mal que vierten sangre musulmana en Iraq, Palestina y Chechenia”.