Fuentes hospitalarias dijeron que la mayoría de los muertos son miembros de la policía iraquí y que algunos de los heridos se encuentran en estado crítico, por lo que no se descarta que aumente el número de víctimas mortales.
Según testigos, un camión cisterna, al parecer conducido por un suicida, detonó frente a un puesto de control de la Guardia Nacional iraquí en la zona de Hatriyia, en el oeste de Bagdad.
En el área del atentado está ubicado uno de los principales centros de reclutamiento de voluntarios interesados en unirse a las nuevas fuerzas iraquíes de seguridad.
En los últimos días, los subversivos han intensificado su campaña de terror contra el Gobierno interino y las fuerzas de seguridad con la intención de obstaculizar las elecciones previstas para el próximo 30 de enero.