Fue la edición 231 de “Aló Presidente” y se trasmitió a Vanezuela desde el Municipio Sandino, en la Provincia de Pinar del Río, unos 200 kilómetros al oeste de La Habana, Cuba.
Esta vez los dos amigos ideológicos invitaron a numerosos líderes políticos izquierdistas latinoamericanos entre los cuales estuvieron el sandinista Daniel Ortega, el salvadoreño Shafick Handal, el presidente electo panameño Martín Torrijos, y cerca de otros veinte políticos latinoamericanos de izquierda.
Chávez y Castro lo aprovecharon para anunciar el estrechamiento de la colaboración médica cubano-venezolana y dijo que en Venezuela se inaugurará otra escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas similar a la de Cuba para que entre los dos países se puedan “formar” cien mil médicos de países del Tercer Mundo en un plazo de diez años.
Curiosamente el anuncio de esta colaboración vino casi una semana después que se informó en la prensa del Mundo Libre que “las recientes muertes de niños y adultos a consecuecia de brotes epidémicos en Cuba son apenas la punta del témpano de un maltrecho sistema de salud pública” que durante muchos años el régimen de Castro estuvo vendiendo al mundo como “un modelo de excelencia y conquista de la revolución”.
Vestidos con sus respectivos uniformes verde olivo bajo un techo para protegerse del candente sol, Chávez y Castro compartieron bromas. Chávez dijo que Estados Unidos “son los desestabilizadores” y aseguró que “ya no hay gobiernos dispuestos a arrodillarse ante Washington”.