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Ali vs. Stevenson: la pelea que nunca fue

Durante la cuarentena, los fanáticos del deporte hemos sido relegados a la nostalgia y la especulación. En el ámbito del deporte cubano, hay pocas situaciones más especuladas y soñadas que la pelea idealizada entre el que muchos expertos consideran el mejor boxeador profesional de todos los tiempos, Muhammad Ali y el mejor peleador amateur cubano Teófilo Stevenson.
El éxito de ambos púgiles es indiscutible y las comparaciones de esta índole, que suelen ocurrir mucho en el mundo del box, no son muy precisas, especialmente cuando se comparan peleadores profesionales y amateurs.
Estando consciente de lo inexacto e inútil que es a veces comparar atletas que laboraron en distintas épocas o condiciones, decidí investigar más sobre lo que pudiese haber pasado si Ali y Stevenson se hubiesen enfrentado en el cuadrilátero.
Comencemos con la estatura y peso de los dos gladiadores. Teo, el gigante de Puerto Padre, medía aproximadamente 6 pies 5 pulgadas y pesaba, cuando estaba en buena forma, entre 210 y 215 libras y Alí medía unos 6’3, pero cargaba un poco más de peso (entre 215 y 220 libras) en sus mejores momentos.
Ambos decayeron físicamente al final de sus carreras. Alí peleó hasta los 39 años y Stevenson cumplía 34 antes de su combate final.
Fue a mediados de la década del 70 que se propuso la pelea por primera vez. Para el año 1978, la Federación Cubana de Boxeo, asesorada por Fidel Castro, propuso cinco peleas a tres asaltos bajo las reglas del deporte amateur. El plan cubano proponía que los cinco combates se efectuaran en cinco ciudades distintas en Estados Unidos. El concepto cubano quedaba muy lejos de la “pelea del siglo” a 15 asaltos que se imaginaban los promotores americanos.
Ciertamente, en el año 1978, Teófilo Stevenson estaba en su apogeo, fue coronado campeón en el torneo mundial de boxeo amateur, destrozando en su camino al americano Tony Tubbs, el cual, años después (1985) ganaría el campeonato mundial del Consejo Mundial de Boxeo Profesional.
Por su parte, Alí, quien le llevaba 10 años a Stevenson, perdió su campeonato mundial frente al excampeón olímpico americano Leon Spinks en febrero de 1978, pero siete meses después, en septiembre de ese año, lo recuperaría. Sin embargo, era obvio que Muhammad Alí no tenía los mismos reflejos y, mucho menos, la rapidez que revolucionaron la división de los pesos pesados.
Los problemas físicos del tres veces campeón mundial se empezaron a evidenciar ya un año antes, en 1977. Entonces Alí derrotaba al boxeador argentino Alfredo Evangelista y al americano Ernie Shavers.
Fue a mediados de la década del 70 que se propuso la pelea por primera vez ...
El muy colorido medico de Alí, el tampeño Ferdie (Fernando) Pacheco, le aconsejó a su peleador que se retirara. “La pelea de Evangelista fue un desastre, en sus mejores momentos Muhammad liquidaba a Evangelista en menos de cinco rounds,” me comentaba hace unos años el famoso y ya fallecido ‘médico del ring’. “Los golpes que Muhammad le aguantó a Ernie Shavers en la segunda pelea del año 1977 fueron más de lo que muchos peleadores reciben en su carrera entera,” me afirmó Pacheco. “No quise ser cómplice de la masacre de Alí.” Después de quince años en la esquina de Muhammad Alí, Ferdie Pacheco abandonó su espacio privilegiado en una de las esquinas más históricas del boxeo, la cual Pacheco compartió con Ángelo Dundee, Bundini Brown y el cubano Luis Sarria.
“El factor edad tiene que ver mucho en cuanto a la evaluación de un combate entre Alí y Stevenson. Alí es indiscutiblemente un boxeador más completo que Stevenson pero en el ‘78 ó ’79, cuando es más probable que se hubiesen enfrentado, Stevenson posiblemente hubiese estado en mejores condiciones porque era más joven,” nos comentó el periodista deportivo Jorge Ebro.
También es indiscutible que Stevenson era un pegador fuerte por excelencia, lo que los fans del boxeo cubano llamamos “una patada de mulo.” Muchas de sus 302 victorias en su ilustre carrera amateur fueron por la vía rápida, pero plantea la pregunta “¿A quién estaba noqueando?” “Muchas de las peleas de Stevenson fueron contra muchachos jóvenes, poco experimentados, que comenzaban sus carreras,” me explicó el comentarista deportivo de Radio Martí, Pepe Campos. “El estilo rígido, soviético, de Stevenson, nunca me gustó. Si hubieran peleado en el cenit de la carrera de ambos, me voy con Alí de calle.”
Tanto Alí, en el ámbito del boxeo profesional y Stevenson, en los amateurs, se convirtieron en leyendas durante sus carreras activas en el cuadrilátero. Cuando ellos entraban al ring también entraba un historial glorioso, el cual favoreció a ambos en muchas ocasiones. Ganarle por decisión a Alí o a Stevenson era casi imposible. En ambos casos abundan los ejemplos de peleas cerradas, donde las decisiones de los jueces favorecieron a las leyendas.
Mucho tiene que ver con lo que cada uno representaba para el boxeo, para su país, y en el caso de Alí, para su raza y religión.
Stevenson, para Fidel Castro, representó lo mismo que Max Schmeling simbolizó para Adolfo Hitler ...
Teófilo Stevenson, después de su primera medalla de oro olímpica de Múnich, en el año 1972, se convierte en, quizá, la figura deportiva más relacionada con el período revolucionario. Toda celebridad que visitara Cuba durante las décadas del 70 y 80, tendrían que tomarse una foto con el púgil legendario. Stevenson, para Fidel Castro, representó lo mismo que Max Schmeling simbolizó para Adolfo Hitler durante el reinado Nazi en Alemania.
Cuando Schmeling noqueó a Joe Louis, a quien muchos, incluyéndome a mí, consideramos el mejor peso completo en la historia del boxeo en 1936, el recibimiento en la Alemania de Hitler fue impresionante. El ministro de propaganda Nazi, Joseph Goebbels, famoso por su frase “una mentira repetida con convicción el número suficiente de veces acaba por convertirse en verdad,” creó una buena y elaborada campaña, mostrando cómo Schmeling era un Nazi idílico. Resulta que, después de la Segunda Guerra Mundial, nos enteramos de que Schmeling nunca fue Nazi, e inclusive, ayudó a dos jóvenes judíos escapar de las garras de la Gestapo.
Durante el período en que la pelea celestial entre Stevenson y Alí se estaba tramando, Stevenson, en varias oportunidades, mencionó que él no cambiaría el amor y adoración de 8 millones de cubanos por todos los millones que le podían ofrecer los promotores americanos. No tenemos por qué dudar de la “entrega revolucionaria” de Stevenson, pero como me recordó un amigo recientemente, “Stevenson no vivía como un cubano de a pie.”
A los líderes de la Nación del Islam no se les escapó el impacto publicitario que representó Alí para su causa ...
Alí también sirvió como símbolo político. En 1964, cuando se coronó campeón del mundo al vencer a Sonny Liston, Cassius Clay tenía 22 años, se cambió el nombre por el de Muhammad Alí y se alisto en la Nación del Islam, una organización religiosa y socio política, creada con el fin de resucitar la conciencia espiritual, económica y política de la comunidad Afroamericana y que vagamente está relacionada a la religión del Islam.
En ese momento, la Nación de Islam era dirigida por Elijah Muhammad y Malcolm X, dos figuras polémicas por sus teorías de elitismo racial y los métodos confrontativos y a veces violentos que predicaban para “combatir las injusticias del racismo y las pobres condiciones socioeconómicas de los afroamericanos.” A los líderes de la Nación del Islam no se les escapó el impacto publicitario que representó Alí para su causa y su organización. Pacheco me comentó en una entrevista que había tres temas que el entrenador de Alí, Ángelo Dundee, había prohibido hablar frente a Muhammad, “religión, política y mujeres.”
Alí citó sus principios religiosos para evadir su reclutamiento al ejército americano para combatir en Vietnam. Aunque las cortes le concedieron la postura de objeción de conciencia, el departamento de justicia estadounidense desestimó el fallo del juez Lawrence Grauman y le suspendieron a Muhammad Alí su licencia de boxeo. El campeón mundial estuvo fuera del deporte por casi cuatro años.
Durante el período en que Alí estuvo separado del boxeo, años que fácilmente se puede argumentar hubiesen sido sus más fructíferos, debido a su poca edad y su excelente condición física, se convirtió en una figura política importante para la Nación del Islam y, más allá, para un creciente movimiento mundial que se oponía a la intervención estadounidense en Vietnam. El nombre y la imagen de Muhammad Alí se convirtieron en una marca, un sello que representaba, más que a un gran deportista, a un ídolo de la izquierda internacionalista, inclusive en lugares del mundo donde se desconocía el boxeo.
Rasgos de la política radical y experimental de la década del ‘60 todavía permanecían vigentes en la conciencia mundial una década después y por lo tanto, parte de la atracción de la pelea ensoñada Alí vs Stevenson tenía que ver con todas las corrientes sociales, políticas y culturales que entraban al ring con los dos boxeadores.
Sin embargo, le restas el misticismo sobrenatural al combate y se analiza desde el punto de vista boxístico, y quedan pocas dudas de quién hubiese dominado la pelea. Cuando le propuse la idea de la pelea del siglo al periodista y analista del boxeo, Santos Pérez, la respuesta fue contundente. “Hay que tomar en cuenta primero la calidad como contrincante de cada boxeador.” me explicó Pérez. “Stevenson peleó con algunos buenos boxeadores, pero entró al ring con ellos cuando estaban muy jóvenes, crudos, mientras que Alí se enfrentó durante su carrera a una cosecha de titanes en la categoría de los pesados. Foreman, Frazier, Liston, Patterson, Norton etc.”
el boxeo captura la imaginación del aficionado como ningún otro deporte. ...
Santos Pérez también me hizo hincapié en el hecho de la cantidad de rounds que cada boxeador estaba acostumbrado pelear. “En aquel entonces, una pelea de campeonato era pactada a 15 asaltos, Stevenson estaba acostumbrado a pelear solamente tres. También sería muy ingenuo pensar que Teo se pudiera adaptar tan fácil al estilo del boxeo profesional. Empezando porque los profesionales no se ponían el equipo de protección para la cabeza. Ellos sentían el efecto completo de los golpes. ¿Quizás por eso Alí quedó en malas condiciones, con su enfermedad de Parkinson?”.
Para mí, el boxeo captura la imaginación del aficionado como ningún otro deporte. El mantra boxístico de que “cualquier cosa puede pasar en el cuadrilátero”, enriquece la intriga del deporte y nos ofrece las situaciones imponderables como la pelea entre Alí y Stevenson.
Los dos boxeadores se llegaron a conocer durante los múltiples viajes que hizo Alí a Cuba. Mi impresión, cuando veo las imágenes de esos encuentros, es que Stevenson y Alí, más allá de respetarse como boxeadores, se apreciaban como lo que fueron, iconos de movimientos, figuras mitológicas del deporte. Además de los golpes recibidos en el ring, los veteranos de muchas batallas cargaban con ellos los golpes de la vida y la atención y presión pública, de los cuales ambos fueron víctimas y benefactores.
Indiscutiblemente, Alí vs. Stevenson hubiese sido un espectáculo publicitario como ningún otro y, quizá, nos hubieran ofrecido un par de rounds interesantes, sin embargo, pienso que el estado irresoluto de la cuestión invita a especulaciones y conjeturas y ¿qué es la deliciosa mitología del boxeo, sino especulación y conjetura?
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¿Qué peloteros cubanos tienen el chance de estar en el All Star Game este 2023?

A un mes del Juego de Estrellas en Grandes Ligas, pareciera que los peloteros cubanos en el mejor béisbol del mundo viven un momento especial, y que varios pudieran ser seleccionados para ese gran evento.
Comenzando por los pitchers, Yennier Cano pudiera ser la selección obvia, pues el serpentinero avileño es uno de los mejores relevistas de toda la MLB en 2023, con una efectividad de 1.11 en 26 salidas, donde ha salvado 4 desafíos y ha ponchado a 33 contrarios en 32.1 innings de labor.
Otros lanzadores que no lo han hecho mal, pero no son obvias selecciones aún, son Aroldis Chapman, Raisel Iglesias y Johan Oviedo. “El Misil Cubano” tiene 2.95 de promedio de limpias, con dos juegos salvados y 35 ponches en 21.1 innings.
Raisel ha salvado ocho partidos con efectividad de 2.84, pero ha lanzado muy poco debido a una lesión en el hombro que lo tuvo por fuera todo el mes de abril. Johan Oviedo empezó el 2023 de manera impresionante y luego tuvo un par de malas salidas, aunque dentro de un equipo sorpresa, y de vistas al futuro, como los Piratas, Oviedo es parte importante de la rotación abridora. El derecho, nacido en La Habana, tiene 4.29 de efectividad con 3 ganados en 12 juegos y 58 ponches en 65 entradas de labor.
Vamos con los bateadores. Aquí es donde está el grueso del poder cubano y donde hay varias figuras que pareciera imposible no ver en el All Star Game 2023, que se celebrará en Seattle.
Empecemos con Yordan Álvarez, líder en carreras empujadas en la Liga Americana con 55. El tunero tiene 17 cuadrangulares, batea .272, con 41 anotas y OPS de 963.
Otro que ha sido fundamental para tener a su equipo en primer lugar es el avileño Adolis García, quien tiene 15 jonrones, 62 hits, 48 anotadas, 52 remolcadas y OPS de 842.
Y si de cubanos jugando un rol imprescindible en equipos ganadores vamos a hablar, pongan un par de cupos en el Juego de las Estrellas para Randy Arozarena y Yandy Díaz.
Randy ha dado 11 jonrones, con un promedio de .289, anotando 38 carreras anotadas, trayendo 43 carreras al plato y robándose 7. El de Sagua la Grande, por su parte, batea para un .316, con 12 bambinazos, 34 impulsadas, 40 carreras anotadas y 62 hits con OPS 976.
Dentro de un equipo que se ha plantado a darle pelea a los Padres y los Dodgers en el Oeste de la Liga Nacional, está un cubano que ha brillado desde el arranque de esta contienda, Lourdes Gurriel Jr. El menor de los Gurriel promedia .310, con 9 vuelacercas, 35 empujadas, 30 anotas, 62 imparables y un OPS de 909.
Por los Marlins, Jorge Soler parece ser un candidato que pueda representar a los peces en Seattle. Sus 17 batazos de vuelta completa sobresalen en su temporada actual. Soler ha remolcado 36 y tiene OPS de 850.
Lamentablemente, los Marlins tuvieron en el mes de abril por bastante tiempo a Yulieski viniendo de la banca y esto le quitó varios turnos al bate. No obstante, Yuli batea para un buen .275 y en 149 turnos al bate, ha impulsado 13 y ha dado 41 hits.
Otros jugadores que aún tienen el chance de poner números y ganar votos son:
Luis Robert Jr., con 14 jonrones, 31 carreras impulsadas, 41 anotadas y 61 hits. También en los Medias Blancas, el cátcher Yasmani Grandal, a pesar de que ha bajado su promedio en las ultimas semanas, batea para .251, con 4 jonrones y 16 remolcadas.
Las votaciones para todos los fans están abiertas desde hace una semana y se pueden mandar hasta 5 votos diarios por el mismo usuario. Les dejamos aquí el enlace para que puedan hacerlo y contribuir a que varios de estos cubanos que están poniendo un excelente rendimiento, puedan estar entre las mejores estrellas del mundo de las Grandes Ligas el próximo mes de julio, en el All Star.
¿Qué fue de los “desertores” del preolímpico de béisbol?

En el 2021, César Prieto rompió el récord de la fuga más rápida de una delegación cubana en el exterior.
Apenas llegado a Miami para participar en el torneo de béisbol preolímpico de las Américas, clasificatorio para los Juegos de Tokío, no esperó ni a entrar al hotel donde se alojaría el equipo, en West Palm Beach, para escapar.
Cuba sufrió dos derrotas en tres partidos y quedó fuera de cualquier opción y, una vez concluido el certamen, dos lanzadores, el veterano abridor Lázaro Blanco y el prometedor relevista Andy Rodríguez, decidieron seguir los pasos de Prieto y permanecer en Estados Unidos.
Los tres tomaron caminos diferentes, todos, con el mismo objetivo: jugar pelota profesional.
El segunda base cienfueguero optó por buscar un contrato a través de la agencia libre y se fue a la República Dominicana.
Allí pactó con los Orioles de Baltimore como agente libre internacional, con un bono de 650 mil dólares, y actualmente se encuentra en Doble A, con un paso ascendente hacia su sueño de llegar a Grandes Ligas.
Prieto comenzó el año pasado en el nivel de Clase A Avanzada, pero fue promovido rápidamente a Doble A, posiblemente, el escalón más exigente y competitivo de toda la estructura de las Ligas Menores.
Con 24 años recién cumplidos, el cubano ha ido escalando hasta el lugar 16 en el ranking de los mejores prospectos de Baltimore, gracias a su indiscutible habilidad de batear y su versatilidad defensiva, al desempeñarse en la intermedia, la antesala y el campocorto.
Hasta los juegos del jueves 8 de junio, Prieto bateaba para average de .363, con un promedio de embasamiento de .412 y un slugging de .492.
En 193 turnos sumaba 70 inatrapables, de ellos, 11 dobles, un triple y cuatro jonrones. Sólo se ha tomado 11 ponches, lo que demuestra su capacidad para poner la pelota en juego, al promediar un abanicado cada 17.5 ocasiones.
El derecho Andy Rodríguez, bajo las órdenes del agente Carlos Pérez, de la agencia Leona Sports, apostó por el draft amateur y entró a estudiar y a jugar béisbol en el Miami Dade College, tras lo cual fue firmado por los Rangers de Texas.
En la categoría de Clase A avanzada, el que fuera cerrador de Industriales lleva 14 juegos lanzados, todos como apagafuegos, con un salvamento y efectividad de 3.13 en 23 innings de labor, en los que ha propinado 25 ponches.
Por su parte, el veterano de 37 años Lázaro Blanco, también cliente de Pérez y Leona Sports, ha continuado su carrera profesional en de República Dominicana, con las Estrellas Orientales en el invierno, y en la liga de verano de México, con los Bravos de León.
Puedes seguir a Jorge Morejón en Twitter: @labolanostra
Luis Arráez invita a soñar

Los Miami Marlins tienen una máquina de batear. Es venezolano, tiene 26 años y se llama Luis Arráez.
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer en la temporada del 2023, Arráez ha puesto a soñar al mundo del béisbol con la posibilidad de ser el primero con average de .400 en más de ocho décadas.
El primer bate y segunda base de los Marlins disparó tres cohetes en el juego del lunes ante los Reales de Kansas City y encaramó su promedio en .399, líder absoluto en todas las Grandes Ligas.
Ya Arráez sabe lo que es ser líder de los bateadores. El año pasado, cuando jugaba para los Mellizos de Minnesota, se llevó la corona en la Liga Americana con average de .316.
Ahora, podría convertirse apenas en el segundo en conseguir títulos de bateo en ambas ligas, algo que sólo ha hecho D.J. LeMahieu, con los Rockies de Colorado en el 2016 (.348) y con los Yankees de Nueva York en el 2020 (.364).
De lograrlo, el venezolano lo haría en años consecutivos, un hito sin precedentes.
Pero la vista de todos está en los .400.
Por ahora, restan 101 partidos y otros encumbrados bateadores, la mayoría de ellos actuales miembros del Salón de la Fama, llegaron al juego 62 con averages más altos que los .399 de Arráez, pero perecieron en el intento.
Chipper Jones (.418 en 2008), Larry Walker (.416 en 1997), Paul O’Neill y Rod Carew (.411 en 1994 y 1983, respectivamente), Stan Musial (.408 en 1948), Ted Williams (.407 en 1948) y Tony Gwynn (.405 en 1997) trataron, pero no pudieron. De ellos, sólo O´Neill no está en Cooperstown.
Ted Williams también promediaba sobre .400 a la altura del juego 61 en 1941 (.403) y cerró la campaña con .406, la última vez que un bateador superó esa barrera.
El toletero de los Medias Rojas de Boston llegó al último día de la contienda con average de .39955, que redondeado era .400.
El 28 de septiembre de 1941, Boston cerraba la temporada con doble juego frente a los Atléticos de Filadelfia y el manager de los Medias Rojas, Joe Cronin, le sugirió a su bateador quedarse en la banca para asegurar los .400, algo que no pasaba desde que Bill Terry, de los Gigantes de Nueva York, promedió .401 en 1930.
Cuentan que Williams llamó a Cronin para afuera del dugout y le señaló las gradas repletas de público en el estadio.
“Todos esos pagaron su entrada para verme batear”. ¡Y sí que lo vieron!
En la doble cartelera, Williams disparó seis cohetes en ocho turnos y terminó con .406.
Aroldis Chapman y su magistral carrera: ¿llegará a ser inmortal en Cooperstown?

Solamente 6 lanzadores cubanos han estado más temporadas que Aroldis Chapman en el béisbol de las Grandes Ligas y, con los 35 años que tiene “El Misil Cubano”, el chance de que termine entre los tres primeros es enorme.
Chapman no es sólo el mejor relevista cubano de todos los tiempos, sino que podría terminar su carrera como el mejor lanzador zurdo de todos los tiempos en la MLB.
¿Quién es el mejor hasta la fecha? Sin mucha discusión, el mejor lanzador de relevo zurdo de la historia del béisbol de Grandes Ligas es Billy Wagner. Su nombre se mantiene recibiendo buena cantidad de votos en las boletas para el Salón de la Fama.
Aroldis Chapman vs Billy Wagner
Una de las cosas más sabrosas del béisbol es comparar numeritos, así que manos a la obra.
“El Misil Cubano” ha lanzado hasta el momento 661.1 entradas de labor. Tengamos en cuenta que Wagner estuvo en Las Mayores por 16 campañas contra 14 de Chapman hasta el momento, y en ellas trabajó 903 innings, por lo que tiene 242 capítulos más que Aroldis. Sin embargo, con toda esa cantidad de entradas menos, Chapman ya lo supera en los siguientes departamentos: ponches por cada nueve innings, con 14.7, y en FIP, con 2.33 (estadística que mide la capacidad de un lanzador en prevenir jonrones, bases por bola y pelotazos, y provocar ponches).
Eso no es todo, lo interesante es que Chapman está muy cerca de superar a Wagner en varias categorías, marcas que podíamos ver quebrar en esta misma temporada y la próxima.
Wagner ganó 47 y Chapman lleva 45, Wagner ponchó a 1196 y Chapman tiene 1080 y, además, en cuanto al famoso WAR, métrica que mide las contribuciones de un pelotero a su equipo, Billy Wagner dejó un 24 y Aroldis Chapman ostenta un 20.9, acercándose al norteamericano.
¿Qué estadística es la que puede definir esta discusión? Los juegos salvados. Billy Wagner se apuntó 422 salvamentos y el holguinero lleva 317. El problema es que, actualmente, no está fungiendo como taponero de los Reales de Kansas City y necesita 83 para los 400.
La diferencia en efectividad no es mucha. Billy Wagner tuvo un promedio de limpias de 2.31 contra 2.49 del zurdo antillano.
¿Llegará Chapman a ser inmortal en Cooperstown?
El tiempo tendrá la última palabra, pero un par de cosas tiene el cubano a su favor. La primera es su salud, ya que ha sufrido pocas lesiones en su carrera, y la segunda es la manera de trabajar que tiene “El Misil Cubano”, uno de los atletas que más entrena y mejor se prepara para cada temporada.
“El Bombi” García recupera el liderazgo de las impulsadas

El jardinero cubano de los Rangers de Texas, José Adolis García, recuperó el liderazgo de carreras impulsadas en todas las Grandes Ligas, que ahora comparte con su compatriota Yordán Alvarez, de los Astros de Houston.
El Bombi, como apodan al jugador nacido en Ciego de Ávila, ha sido una máquina de remolcar corredores hacia el plato y una de las claves ofensivas del equipo, que lidera la división Oeste de la Liga Americana con el segundo mejor récord en todo el béisbol (38-20).
En la semana del lunes 29 de mayo al domingo 4 de junio, García disparó nueve cohetes en 26 turnos, para average de .346, con cinco anotadas y par de empujadas.
Como extrabases ligó par de dobletes y su slugging fue de .423.
Ahora lleva 51 impulsadas, al igual que Yordán, únicos con más de medio centenar de remolques en lo que va de temporada.
El patrullero derecho de Texas rompió una sequía de 11 juegos consecutivos sin impulsar carreras, durante la cual, Alvarez se le fue brevemente por delante en ese departamento.
Por su parte, Lourdes Gurriel Junior sigue encendido con el madero y también es uno de los pilares ofensivos de los Diamondbacks de Arizona, que comparten el primer lugar del Oeste de la Liga Nacional con los Dodgers de Los Angeles.
Yunito se fue en los últimos siete días de 22-6 (.273), con una anotada y siete empujadas.
Entre sus hits, sumó tres biangulares y un cuadrangular, para slugging de .545.
El menor de los hermanos Gurriel promedia en la campaña para .310, el quinto average más alto entre todos los bateadores del viejo circuito. Además, suma nueve bambinazos y 35 carreras empujadas.
Y el relevista derecho de los Orioles de Baltimore Yennier Cano continúa su labor dominante desde el bullpen.
Esta semana tuvo participación en tres partidos, con tres innings y un tercio de labor en los que permitió tres hits y regaló una base por bolas, pero no toleró carreras.
Ahora lleva en total 31 entradas trabajadas, con 30 ponches, cuatro juegos salvados y minúscula efectividad de 0.87.
El avileño ha sido una pieza fundamental en el cuerpo de relevistas de los Orioles, que con 37 victorias y 22 derrotas, van segundos en la división Este de la Americana.
Frío, frío
El antesalista de los Medias Blancas de Chicago, Yoan Moncada, tuvo una semana para el olvido.
En 17 turnos, apenas consiguió un imparable, para un anémico promedio de .059, con ocho abanicados.
Moncada ha elevado este año su tasa de ponches, con 31 en 110 veces (28.1%), por encima de su promedio histórico del 25%.
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