Black reiteró que Estados Unidos y sus aliados han logrado tremendos progresos contra Al-Kaeda en los meses y años transcurridos desde los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001.
Black agregó que la mayoría de los cabecillas sobrevivientes están a la defensiva y preocupados por su propia seguridad personal. "En estos momentos se lleva a cabo una masiva búsqueda mundial de esta gente" dijo Black. "Esta búsqueda es incansable e implacable y se lleva a cabo las 24 horas del día".
Black dijo también que con tantos cabecillas de Al-Kaeda eliminados, un nuevo cuadro de dirigentes está llenando el vacío, pero que este grupo no está tan bien organizado, ni posee la experiencia de los que antes dirigieron Al-Kaeda por tanto tiempo.
"Esto ha complicado aún más", dijo Black, "las comunicaciones de Al-Kaeda y sus esfuerzos de coordinación, que en el actual ambiente operativo resultan más difíciles y consumen más tiempo. Vemos casos de actividades terroristas demoradas por largos períodos mientras las organizaciones afiliadas a Al-Kaeda aguardan instrucciones de un liderazgo central que cada día que pasa queda más aislado".
Black manifestó que Al-Kaeda sigue buscando armas de destrucción masiva y que aunque hasta ahora no ha tenido éxito en sus esfuerzos por atacar con ese tipo de armas, "siempre hay que presumir lo peor" y no dejar de prever en que algún día puedan tener éxito.