En Washington el presidente George W. Bush declaró que el nuevo gobierno, aunque parcial, “representará a la unidad y la diversidad” del país al enfrascarse en la tarea de redactar una nueva Constitución, peleando contra el terrorismo y facilitando los servicios básicos a la ciudadanía.
“Me uno a todos los americanos en felicitar a los nuevos gobernantes de Iraq y en enviarles nuestros buenos deseos a todos cuando comienzan a servir a su patria en este nuevo gobierno”, dijo Bush.
El gabinete de 37 miembros tiene todavía dos plazas vacantes y cinco ministros interinos y no incorpora en forma significativa a la minoría musulmana sunita a causa de una disputa sobre la idoneidad de los elementos baathistas que prestaron servicios al régimen de Hussein. Se cree que los sunitas son la fuerza que mueve a la insurgencia.
La histórica decisión la tomaron los legisladores estando ausentes la tercera parte de los 275 miembros de la Asamblea Nacional.
El Primer Ministro designado, Ibrahim Ya-afari, dijo a los periodistas que dentro de tres o cuatro días se llenarán las posiciones vacantes e interinas del Gabinete.
El traspaso de poder del primer ministro saliente Ayad Alahui a al-Ya-afari se espera que tendrá lugar en pocos días, pues los políticos iraquíes son urgidos por la creciente presión de Estados Unidos a poner en su sitio un gobierno de transición para que puedan dedicarse a suprimir a la insurgencia.
Muchos iraquíes piensan que el estancamiento político ha envalentonado a los insurgentes, que han llevado a cabo una serie de espectaculares y bien organizados ataques en las últimas semanas, incluyendo el asesinato de un legislador iraquí el miércoles.
Al-Ya-afari ha dicho que los problemas que el nuevo gobierno encara son grandes en materia de seguridad, servicios y reconstrucción, pero que los iraquíes que “derrotaron a la tiranía” al elegir al nuevo parlamento “ayudarán a este gobierno a triunfar y no serán intimidados”.
Un total de 180 de los 185 legisladores presentes aprobaron la lista parcial del Gabinete levantando la mano. Noventa legisladores estuvieron ausentes y no votaron.
"Este es el primer paso de la construcción de un nuevo Iraq”, dijo Al-Ya-afari a los legisladores."Lo principal a tener en mente es que nadie será excluido. Estén en el Gabinete o no, todas las partes tendrán el derecho a participar en el proceso político”.