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Advierten a cuentapropistas de próxima marcha atrás a las ventas de ropa extranjera


Las nuevas restricciones afectarían además a los revendedores de útiles para el hogar y los vendedores de CDs y DVDs quemados

Un pariente mío que fue militante comunista y luego se desencantó me aseguraba que el comunismo sólo tenía “dos velocidades: marcha a’lante y marcha atrás”. Y aunque los medios oficiales han reiterado que las reformas de Raúl Castro no serán revertidas como lo fueron las de su hermano a fines de los años 90, hay algunos indicios de que es probable que eso ocurra, al menos selectivamente, al menos por ahora.

La periodista independiente y blogger Dania Virgen García informó en Cubanet sobre nuevas prohibiciones que afectarían, desde el primero de diciembre, a varias categorías muy populares de cuentapropistas.

En esta misma página habíamos hablado del éxito que estaban registrando los vendedores de ropa y otra pacotilla. El blogger Iván García señalaba en un reportaje que a mediodía se agolpa tanta gente en sus timbiriches que chocan unos con otros como carros locos.

Pero en conversación telefónica Iván me contó que se rumoraba que los gerentes de las tiendas en divisas, angustiados por la caída de sus ventas, estaban presionando al Poder Popular para que indagara sobre la procedencia de la mercancía de los privados. Claro que, las autoridades en Cuba no son de andarse zafando nudos gordianos, así que lo más fácil parece haber sido, como de costumbre, cortarlos.

Unos 25 cuentapropistas consultados por Dania Virgen García dijeron haber sido visitados por inspectores estatales y advertidos de que después del 30 de noviembre de 2011 no podrán vender ropa extranjera: sólo de confección artesanal. Tampoco, artículos o útiles para el hogar comprados en las tiendas como bombillos ahorradores, tomacorrientes, y encendedores. Mientras que estará igualmente prohibida la venta de CD’s o DVD’s que no sean originales.

En una entrevista para el programa Periodismo.com García me puso algunos ejemplos de la fuerte competencia que los particulares le han venido haciendo a las estatales TRD y Panamericanas: mientras en la tienda La Epoca un tubo chico de pasta dental Colgate cuesta 4.90 CUC los privados lo venden por 3 y se puede pagar en moneda nacional. Un jabón Dove que en las tiendas en divisas cuesta 2.50, ellos lo dan por 1.50. Un pulóver con diseño a la moda que en las tiendas de la calle Obispo --bajo la supervisión de Eusebio Leal-- cuesta de 20 a 25 CUC, los cuentapropistas lo tienen por 15 y a veces 12 chavitos. Y el de Obispo –dice Dania—“a la segunda lavada sólo sirve para trapear el piso”.

“¿Para dónde va el pueblo?”, se preguntaba la blogger, y se respondía a sí misma que “para donde le pueda quedar un poco de dinero para tomar un botero o comer algo después de hacer sus compras”.

Las nuevas restricciones, si entraran en vigor el 1ro de diciembre, volverán a plantear la interrogante de si el gobierno de los hermanos Castro realmente tolerará que un puñado de microempresarios privados –sin mercado mayorista, con altísimos impuestos, sin entrenamiento de mercado y sometidos a abusivas inspecciones y multas—pueda dinamitar a punta de iniciativa individual y flexibilidad lo que le queda de credibilidad a la paquidérmica, derrochadora y desacreditada empresa estatal.

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