El presidente Barack Obama ordenó al Pentágono realizar una investigación minuciosa sobre la matanza de 16 civiles afganos, presuntamente ocurrida el fin de semana y atribuida a un soldado estadounidense.
"He ordenado al Pentágono asegurarse que no escatimemos esfuerzos al realizar una investigación detallada", dijo Obama. "Iremos tras los hechos sin importar a dónde nos lleven y nos aseguraremos de que cualquiera que esté involucrado sea plenamente responsable con todo el peso de la ley".
Antes de un acto en la Casa Blanca, no relacionado con las muertes del fin de semana, el mandatario se escuchó serio y emotivo al dar una breve declaración sobre el tema.
"Estados Unidos toma esto con seriedad como si fueran nuestros propios ciudadanos, y nuestros hijos, quienes fueron asesinados. Estamos destrozados por la pérdida de vidas inocentes", dijo Obama.
Las autoridades estadounidenses mantienen arrestado al sargento, al que se acusa de perpetrar las matanzas antes del amanecer del domingo en dos aldeas cercanas a su base en el distrito de Panjwai, al que se considera lugar del surgimiento del Talibán.
Según aldeanos, el militar estadounidense acechó varias casas en medio de la noche, disparó contra familias que dormían y quemó después algunos de los cadáveres.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, señaló que si el soldado es sentenciado podría recibir la pena de muerte.
En su discurso en la Casa Blanca, Obama dijo que el ataque no refleja los valores estadounidenses ni los de las fuerzas militares de Estados Unidos. Consideró que el hecho resulta trágico y desgarrador, pero insistió en que esto no alterará el compromiso del país de culminar su labor en Afganistán.
El mensaje de Obama iba dirigido a los afganos y estadounidenses para quienes el caso es un recordatorio de que decenas de miles del soldados de Estados Unidos combaten en Afganistán más de 10 años después del inicio de la guerra.
Obama dijo que Estados Unidos retirará con responsabilidad sus fuerzas militares de territorio afgano desde ahora hasta finales de 2014, fecha que acordó con sus aliados para poner fin a la participación militar estadounidense en Afganistán.
"No cometamos errores, tenemos una estrategia que nos permitirá poner fin responsablemente a esta guerra", dijo el presidente.
"He ordenado al Pentágono asegurarse que no escatimemos esfuerzos al realizar una investigación detallada", dijo Obama. "Iremos tras los hechos sin importar a dónde nos lleven y nos aseguraremos de que cualquiera que esté involucrado sea plenamente responsable con todo el peso de la ley".
Antes de un acto en la Casa Blanca, no relacionado con las muertes del fin de semana, el mandatario se escuchó serio y emotivo al dar una breve declaración sobre el tema.
"Estados Unidos toma esto con seriedad como si fueran nuestros propios ciudadanos, y nuestros hijos, quienes fueron asesinados. Estamos destrozados por la pérdida de vidas inocentes", dijo Obama.
Las autoridades estadounidenses mantienen arrestado al sargento, al que se acusa de perpetrar las matanzas antes del amanecer del domingo en dos aldeas cercanas a su base en el distrito de Panjwai, al que se considera lugar del surgimiento del Talibán.
Según aldeanos, el militar estadounidense acechó varias casas en medio de la noche, disparó contra familias que dormían y quemó después algunos de los cadáveres.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, señaló que si el soldado es sentenciado podría recibir la pena de muerte.
En su discurso en la Casa Blanca, Obama dijo que el ataque no refleja los valores estadounidenses ni los de las fuerzas militares de Estados Unidos. Consideró que el hecho resulta trágico y desgarrador, pero insistió en que esto no alterará el compromiso del país de culminar su labor en Afganistán.
El mensaje de Obama iba dirigido a los afganos y estadounidenses para quienes el caso es un recordatorio de que decenas de miles del soldados de Estados Unidos combaten en Afganistán más de 10 años después del inicio de la guerra.
Obama dijo que Estados Unidos retirará con responsabilidad sus fuerzas militares de territorio afgano desde ahora hasta finales de 2014, fecha que acordó con sus aliados para poner fin a la participación militar estadounidense en Afganistán.
"No cometamos errores, tenemos una estrategia que nos permitirá poner fin responsablemente a esta guerra", dijo el presidente.