El editorial señala que esto cobra más importancia en momentos en que los líderes europeos piden apoyo para una Constitución en función de su defensa de la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos, valores que Fidel Castro continúa pisoteando.
El canciller español, Miguel Angel Moratinos, puede anotarse como fruto de su capacidad de persuasión la decisión comunitaria de cancelar las sanciones impuestas en junio de 2003 como respuesta al encarcelamiento de 75 disidentes cubanos, indica El Mundo.
Sin embargo --apunta el rotativo-- que la iniciativa sea además un acierto en términos políticos y de defensa de los derechos humanos es algo que despierta dudas justificadas.
Agrega que es poco verosímil que Bruselas pretenda intensificar las relaciones con los opositores cubanos, cuando la principal sanción que se levanta consistía en invitarlos a las fiestas en las embajadas, lo que confería legitimidad internacional a los disidentes.
El diario español considera que será difícil que la nueva estrategia europea cumpla su objetivo, que es la liberación incondicional de todos los presos políticos cubanos.