La más alta funcionaria de AI, Irene Kahn, dijo en Londres que a pesar de lo que está sucediendo en Darfur, el gobierno sudanés mantiene una política de negar la crisis.
Khan, quien recientemente encabezó una comisión que viajó a Darfur para observar la situación en el área de los acontecimientos, pidió que se imponga un embargo de armas a Sudán para terminar con las atrocidades.
Las autoridades en ese país todavía no han contestado a las denuncias de Amnistía Internacional. A las milicias árabes pro-gubernamentales, se les acusa de ser las responsables de la mayor parte de las acciones.
Se estima que la violencia ha dejado unas 50 mil personas muertas y ha forzado a más de un millón a abandonar sus hogares.
En su discurso de ayer martes ante las Naciones Unidas, el presidente George W. Bush, exhortó a las autoridades sudanesas a poner fin a las matanzas en Darfur.