Zaplana declaró que "en vez de posicionarse claramente a favor de la libertad y los derechos humanos, (el Embajador) se coloca otra vez al lado del dictador y ofende y casi insulta a los demócratas cubanos".
El portavoz del Partido Popular dijo que el diplomático español sometió a los disidentes invitados a "un proceso de vejación intolerable e innecesario".
"Para decirles que no les iba a invitar más y pedirles que colaboren con quien les mete en la cárcel, mejor que no se les hubiera invitado", dijo Zaplana, que es diputado del Partido Popular. Calificó de "lamentable" y "bochornosa" la conducta del Embajador español, que declaró que su país ha iniciado una "reflexión" con la Unión Europea sobre "la dudosa utilidad práctica de las medidas de junio de 2003 y sobre la necesidad de sustituirlas", lo cual significa que la disidencia ya no será invitada a las recepciones de la sede diplomática española.
Hace pocas semanas el Ministro de Relaciones Exteriores de España, Miguel Angel Moratinos, dijo que España "busca el consenso de la Unión Europea" para relajar algunas sanciones impuestas al gobierno comunista de Fidel Castro y dijo también que estimaba que "invitar a los opositores a las fiestas nacionales" de España "se ha revelado como el peor instrumento para mejorar la situación de los disidentes", ya que desde la congelación de las relaciones no se liberan a presos políticos.
En junio del 2003, después del encarcelamiento de 75 disidentes y la ejecución de tres cubanos que intentaron escapar hacia Estados Unidos en una pequeña embarcación de trasbordo llena de pasajeros, la Unión Europea impuso sanciones diplomáticas a Cuba y decidió invitar a los disidentes a las recepciones de las fiestas nacionales en las embajadas europeas.