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China: primera sentencia por crimen en la Revolución Cultural


Figuritas de porcelana de Guardias Rojos durante la Revolución Cultural china.
Figuritas de porcelana de Guardias Rojos durante la Revolución Cultural china.

El juicio a Qiu Riren sienta es de los primeros por crímenes en la revolución Cultural y sienta precedente en cantidad de solicitud de indemnizaciones.

A la altura de sus 80 años un hombre fue sentenciado a tres años y seis meses de prisión por asesinar a un médico durante la Revolución Cultural (1966-76) y según el juzgado que tramitó el proceso este es uno de los primeros que se emprende en China contra los muchos crímenes de aquel caótico periodo.

Un despacho de la agencia española EFE agrega que el acusado, Qiu Riren, admitió haber estrangulado en 1967 al médico rural Hong Yunke, detenido entonces por una milicia de "guardias rojos", en una época en la que se cometieron millones de ajustes de cuentas contra "elementos burgueses", pero a la que se dio carpetazo en 1981 con la condena a la Banda de los Cuatro.

El tribunal en Ruian, localidad de la provincia de Zhejiang donde ocurrieron aquellos sucesos hace 46 años, impuso una sentencia relativamente suave, al tener en cuenta el "sensible periodo" en el que se produjo el crimen.

Por delitos menores a éste el acusado podría haber afrontado la pena de muerte.
Riren no admitió las peticiones de compensación económica solicitadas por la familia de la víctima, lo que según observadores podría deberse al temor de que el caso sentara precedentes y atrajera una ola de solicitudes de indemnización de parte de los miles que sufrieron los desmanes cuando la Revolución cultural.

Qiu estuvo 30 años prófugo de la justicia y el juicio ha tenido repercusión en el país asiático porque reabre las heridas de una época de caos social y guerra civil "de facto" al que se intentó poner fin culpando de los crímenes sólo a cuatro máximos líderes comunistas, una vez fallecido Mao Zedong.

La condena a muerte de la Banda de los Cuatro (entre ellos la esposa de Mao, Jiang Qing) hizo que en las pasadas tres décadas los crímenes en la Revolución Cultural se convirtieran en un tabú para el régimen.

Las noticias sobre el proceso se han retirado paulatinamente de los medios chinos en las últimas semanas, pero las peticiones de comunistas ortodoxos por internet, a favor de Qiu, cayeron en saco roto.
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