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Absurdos y peripecias de topes en Taiwán

Si el piso se mueve otra vez bajo los pies de Víctor Mesa, y no estoy pensando en terremotos, el panorama del III Clásico se le va a teñir definitivamente de color de hormiga.
Los criollos fueron hasta Asia con el ánimo de prepararse de cara al III Clásico Mundial –pactado para el entrante mes de marzo--, pero tanto su actuación como el entorno en que se movieron parecieron discurrir bajo el guion de una comedia de enredos. En el primer partido de la gira, Taipei de China dejó al campo a Cuba 6-5, con un error de Yulieski Gourriel y el descontrol del relevista Alexander Rodríguez como colofón.
Otro apagafuegos, Leandro Martínez, soportó antes un jonrón y fue drásticamente devuelto a su provincia –Granma--, a cambio del tunero Darién Núñez, como si volar del Caribe al Pacífico y viceversa fuera cosa de coser y cantar.
A continuación, Cuba dispuso 5-3 de Australia, y aunque otra vez lideraron en producción de hits (14 el primer día, 11 ante los de la tierra del canguro) su pitcheo fue nuevamente inexacto.
Un desquite de 20-11 ante Taipei, en la tercera presentación del equipo de Víctor Mesa, hizo ver espejismos a algunos entusiastas, pero vaya usted a saber qué lanzadores empleó el equipo chino, porque ante tantos nombres parecidos ni siquiera el número del uniforme es de confiar. Y otra vez los cubanos enviados a la lomita permitieron demasiadas libertades.
Entre col y col… berrinches y espionaje. Cuba abortó un encuentro ante una escuadra de la Liga Profesional de Corea del Sur, dizque por no llegar a un mutuo acuerdo sobre qué marca de pelota poner en juego, y los antillanos desperdiciaron esa oportunidad de fogueo; mientras, la página web del béisbol en La Habana ofrecía una críptica “explicación” de los hechos: el partido, escribieron, fue cancelado por problemas operacionales.
Horas antes, el propio club coreano, Dinos, se había enfrentado a la selección nacional de su país seleccionada para el III Clásico y allí estalló el conflicto de los espías, pues un grupo de scouts de Taiwán se disfrazó con trajes de umpires y se metió al terreno en lo que se había negociado como un duelo a puertas cerradas.
Para concluir su accidentada estancia en Taiwán, y obligando a algunos comentaristas a retractarse del más reciente optimismo, Holanda --el campeón mundial vigente-- despachó a Cuba con bochornosa lechada, cinco carreras por cero. Por primera vez el elenco criollo pegó menos hits que su oponente, ocho por diez; además, cometió dos errores con el guante y en dos ocasiones abrió el inning embasando al primer hombre, pero cada uno fue sorprendido por los virajes del zurdo lanzador Diegomar Markwell.
Ahora en Japón, donde disputarán el grupo A del III Clásico –ante la República Popular China, Brasil y los anfitriones samuráis—los cubanos tienen pactados dos encuentros de exhibición con la Liga Profesional Japonesa. Si el piso se mueve otra vez bajo los pies de Víctor Mesa, y no estoy pensando en terremotos, el panorama del III Clásico se le va a teñir definitivamente de color de hormiga.
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Con nuevo formato, arranca la postemporada de MLB

A partir de ahora, los 2,430 juegos que se disputaron entre el 30 de marzo y el 1 de octubre no cuentan.
Con borrón y cuenta nueva, comenzó este martes el camino hacia la Serie Mundial, esta vez con nuevo formato de 12 equipos.
Para este año se añadió un comodín por cada liga y ahora son tres, los que, sumados a los campeones de división, completan los seis clasificados a la postemporada por cada liga.
Hasta el año pasado eran solamente dos wildcards por cada circuito, quienes se despedazaban en un único partido de vida o muerte.
Ahora, con el nuevo sistema, los comodines y el campeón divisional con peor récord juegan dos series de tres partidos a ganar dos, lo que hace más justa la competencia y no deja que todo el trabajo de seis meses se vaya al caño en un solo encuentro.
Ahora, la postemporada cuenta con cuatro fases: series de comodines, series divisionales, series de campeonato de ligas y la Serie Mundial.
Series de comodines (tres juegos, a ganar dos)
Esta es una etapa de estreno. Solamente ocho de los 12 equipos clasificados a los playoffs jugarán en esta fase, pues los dos campeones divisionales con mejor récord de cada liga ya están sembrados para las series divisionales.
En la Liga Americana, los wildcards fueron los Rays de Tampa Bay, los Rangers de Texas y los Azulejos de Toronto, a quienes se suman los Mellizos de Minnesota como campeón de la división central.
Los Orioles de Baltimore (101-61) y los Astros de Houston (90-72), líderes del Este y el Oeste, respectivamente, verán los toros desde la barrera, por haber tenido mejor balance de victorias y derrotas que los Mellizos (87-75).
Entonces, Minnesota va contra el comodín de peor récord, en este caso, Toronto (89-73), mientras que Texas (90-72) y Tampa Bay (99-63) juegan la otra serie.
En esta fase no hay cambio de sede y todos los partidos se jugarán en casa del equipo con mejor balance, los Azulejos en Minnesota y los Rangers en Tampa.
En el caso de la Nacional, quedan clavados para la fase siguiente los Bravos de Atlanta (104-58) y los Dodgers de Los Angeles (100-62), mientras saltan al ruedo los Marlins de Miami (84-77) contra los Filis en Filadelfia (90-72) y los Diamondbacks de Arizona (84-78) contra los Cerveceros, campeones de la división central (92-70), en Milwaukee.
Series divisionales (cinco juegos, a ganar tres)
Esta etapa nació en 1995, con el reordenamiento de las ligas, que pasaron a tener de dos divisiones (Este y Oeste), a las tres actuales. También se creó la figura del comodín o wildcard, que entonces era uno solo por cada liga.
Aquí sube el número de juegos y será de cinco a ganar tres, con cambio de sede incluido.
En la Americana, los Orioles arrancan en casa contra el ganador entre Rangers y Rays, mientras que los Astros enfrentarán al rival que salga entre Toronto y Minnesota.
En la Nacional, los Bravos van contra el ganador entre Marlins y Filis, mientras los Dodgers esperan por el que resulte del enfrentamiento de Diamondbacks y Cerveceros.
Series de Campeonato de Liga (siete juegos, a ganar cuatro)
Ya aquí la adrenalina sube a millón, pues es la antesala a la Serie Mundial.
A esta altura, ya ocho de los 12 clasificados quedaron en el camino y sólo quedan los cuatro que mejor hayan jugado la postemporada.
En esta instancia, a diferencia de las anteriores, ya se comienza a dar el premio individual del Jugador Más Valioso.
La Series de Campeonato de Ligas se crearon en 1969, cuando cada circuito creció de diez a 12 equipos y se dispusieron en dos divisiones del Este y el Oeste.
Hasta 1968, la temporada regular era un torneo de todos contra todos en cada liga, donde, el equipo con mejor récord, avanzaba directamente a la Serie Mundial.
El vetusto método, aunque más justo, pues premiaba de plano al que mejor jugó en toda la campaña regular, le restaba emoción, pues en muchas ocasiones, un equipo se escapaba y desde principios de septiembre ya tenía asegurado su pase al Clásico de Octubre.
Serie Mundial (siete juegos, a ganar cuatro)
Empezaron en 1903, entonces con nueve juegos, a ganar cinco y con los Boston Americans, hoy Medias Rojas, llevándose el primer trofeo sobre los Piratas de Pittsburgh.
El formato de siete partidos, a ganar cuatro, se adoptó en la segunda edición, en 1905, aunque entre 1919 y 1921 se volvió brevemente al 9-5.
En este 2023 se cumplen 120 años de la primera Serie Mundial, un evento que sólo en 1904 y 1994 dejó de celebrarse, la primera vez por desacuerdos entre ambas ligas y la segunda por una huelga de peloteros.
Los Astros son los actuales campeones, al vencer el año pasado a los Filis de Filadelfia.
Houston estará buscando entonces una hazaña inédita en lo que va de siglo XXI, donde ningún equipo ha logrado ganar la corona en años consecutivos.
Sin embargo, para esta ocasión, los Bravos de Atlanta parten como amplios favoritos en los pronósticos, al presentar uno de los equipos mejor y más inteligentemente conformados en mucho tiempo.
No obstante, es octubre, el mes donde pasa cualquier cosa y muchas veces gana el que menos uno espera.
Messi podría perderse el resto de la temporada con el Inter

Las esperanzas del Inter Miami de colarse en la postemporada de la MLS se desvanecen en la misma medida en que aumentan las dudas sobre si el astro argentino Lionel Messi podrá volver a jugar en lo que resta del calendario.
Messi, cuya llegada revolucionó al Inter, que pasó de ser el peor equipo al más seguido de toda la liga, ha estado ausente en los tres últimos compromisos y su condición de salud es una nebulosa, pues ni el entrenador Gerardo El Tata Martino, ni el entorno del jugador, han dicho cuán grave pueden ser los males que lo aquejan.
La Pulga salió en el primer tiempo del juego del pasado miércoles 20 de septiembre por molestias en una pierna y desde entonces se ha mirado los toros desde la barrera, incluido el partido del 27, cuando el Inter disputó y perdió ante el Dynamo de Houston la final de la Lamar Hunt US Open Cup, que habría significado el segundo título en menos de un mes para la franquicia de Miami.
En ese lapso, el Inter suma dos empates, correspondientes al calendario regular de la MLS, más la derrota ante Houston.
El Inter ocupa la decimotercera posición de la Conferencia del Este, con 33 puntos, y el tiempo se le acaba para tratar de alcanzar el noveno puesto, que le daría un boleto a la postemporada.
Con Messi sobre la cancha, el equipo ha disputado 12 partidos, con 11 triunfos y un empate. Sin él, la tarea luce cuesta arriba.
Tras perder la final de la US Open Cup, Martino fue cauteloso sobre el futuro de su estrella y aunque aseguró que volvería a jugar en algún momento antes de terminar la campaña, esa posibilidad parece cada vez más lejana.
Es como si el sentido común dictara dejar que el tiempo corra y enfocarse en la campaña del 2024, donde, con el argentino desde el arranque y con la posible llegada del uruguayo Luis Suárez y el chileno Arturo Vidal como refuerzos, el Inter saldrá con la clara etiqueta del enemigo a batir.
A Miami le restan cuatro choques del calendario contra el Chicago Fire (miércoles 4), FC Cincinnati (sábado 7) y dos con el Charlotte FC (miércoles 18 y sábado 21).
Cincinnati es el líder de la conferencia, con 65 unidades, mientras que el Fire (37) va empatado en el ansiado noveno lugar con el CF Montreal y el DC United.
Sólo Charlotte está por debajo de Miami en la tabla, también con 33 puntos, aunque la diferencia de goles favorece al equipo del sur de la Florida.
Luego de esos dos primeros partidos, hay una pausa de 11 días en el calendario, que pudiera permitir la recuperación de Messi para los dos choques ante Charlotte, pero habría que ver si, después de lo que suceda ante Chicago y Cincinnati, vale la pena el esfuerzo.
Doce cubanos jugarán en postemporada de Grandes Ligas

Cuando al cierre de junio los Miami Marlins exhibían balance de 48-35, el veterano Yuli Gurriel le decía a sus jóvenes compañeros de equipo que se prepararan para jugar en los playoffs.
Mucha razón tenía Gurriel, dos veces campeón de la Serie Mundial con los Astros de Houston y con participación en postemporadas por los últimos seis años.
Los Marlins, a quienes los expertos le pronosticaban una campaña con récord perdedor, se colaron en los playoffs por primera vez en dos décadas, desde que ganaron la Serie Mundial del 2003, si descontamos la temporada del 2020, recortada a sólo 60 juegos por la pandemia.
Gurriel y su compañero Jorge Soler, máximo jonronero de Miami, serán dos de los 12 cubanos distribuidos en siete equipos que estarán jugando pelota en octubre.
Soler es otro de vasta experiencia en postemporada y ostenta dos anillos de campeón, uno del 2016 con los Cachorros de Chicago, y otro del 2021 con los Bravos de Atlanta, donde resultó el Jugador Más Valioso del clásico de octubre.
El menor de los hermanos Gurriel, Lourdes Junior, también estará presente en los playoffs con los Diamondbacks de Arizona, en un año en que logró ser incluido por primera vez en su carrera en el Juego de las Estrellas.
Esta será la segunda ocasión en que los Gurriel estén juntos en una postemporada desde el 2020, cuando Yuli jugaba para los Astros y Yunito con los Azulejos de Toronto.
Antes de ellos, la única pareja de hermanos cubanos en participar en una misma postemporada fueron Liván y Orlando “El Duque” Hernández, quienes lo hicieron también dos veces, en el 2000 y el 2002.
Los Astros, actuales campeones, tienen en el jardinero Yordán Alvarez y el primera base José Abreu dos puntales ofensivos fundamentales en su intento de convertirse en el primer equipo del siglo XXI en ganar la corona en años consecutivos.
A pesar de dos primeros meses para el olvido, Abreu cerró la campaña a todo vapor y logró remolcar 90 carreras, una cifra respetable que sólo superaron otros 19 bateadores de la Liga Americana.
Los Rays de Tampa Bay tienen al flamante líder de los bateadores del joven circuito, Yandy Díaz, y al nuevo Míster Octubre, Randy Arozarena.
Díaz ganó la corona de bateo en el último día de la contienda regular, con average de .330, y se convirtió en el tercer cubano en lograrlo, luego del miembro del Salón de la Fama Tony Oliva (1964, 1965 y 1971) y Yuli Gurriel (2021).
Arozarena, por su parte, pasa de ser un buen jugador en campañas regulares a un verdadero monstruo cuando llegan los playoffs.
En ocho series de postemporada en su carrera, el Charro de Vueltabajo batea para average de .333, con 35 hits en 105 turnos, cuatro dobles, un triple y 11 jonrones, 23 anotadas y 17 impulsadas, para un slugging de .705 y un OPS de 1,121.
Otro equipo con dos cubanos que estará en los playoffs es el de los Rangers de Texas, con el artillero Adolis García y el lanzallamas Aroldis Chapman.
Para “El Bombi” García será su primera participación en estas instancias, mientras que Chapman ha estado en 14 series de playoffs en siete años diferentes con los Rojos de Cincinnati, los Cachorros y los Yankees de Nueva York.
Y aunque tiene un anillo de campeón con Chicago en 2016, tiene una deuda pendiente consigo mismo, pues ha fallado en momento clave, como en el último juego de la Serie Mundial ante los Indios de Cleveland o en partidos de vida o muerte contra los Astros o los Rays, en los que ha permitido jonrones decisivos que han significado la eliminación de su equipo.
También los Orioles de Baltimore cuentan con dos de los Mayor de Las Antillas, los relevistas Cionel Pérez y Yenier Cano.
Ambos son pilares fundamentales de un bullpen que ha sido una de las grandes fortalezas del equipo, ganador, contra todo pronóstico, de la división Este de la Liga Americana.
Y Raisel Iglesias, uno de los mejores cerradores de todo el béisbol, llega por tercera vez a los playoffs, esta vez con los poderosos Bravos de Atlanta, favoritos para ganarlo todo en octubre.
Iglesias tuvo 33 rescates en 37 oportunidades en el 2023 y por cuarta ocasión en su carrera superó la treintena de salvamentos.
Esta será su tercera participación en playoffs, pues antes estuvo con Cincinnati en el 2020 y el año pasado con los Bravos.
Tras derrota ante Barrios, cubano Ugás se acerca al retiro

De la misma manera en que Yordenis Ugás envió al retiro al legendario Manny Pacquiao, ahora Mario “El Azteca” Barrios podría haber mandado al cubano a colgar los guantes para siempre.
Barrios venció a Ugás inobjetablemente, por decisión unánime de los jueces, el combate disputado el sábado en las Vegas, como parte del cartel de Saúl “Canelo’’ Álvarez y Jermell Charlo.
El cubano volvió a dejar todo sobre el cuadrilátero, pero no encontró manera de descifrar a su rival, más veloz, con mayor alcance y nueve años menor, que dominó desde el campanazo inicial hasta el final.
Ugás volvió a sufrir la inflamación del ojo derecho, que arrastra desde que cayera en su combate anterior contra Errol Spence Jr. y estuviera más de un año fuera de acción.
Luego de un primer round de estudio, en el segundo asalto, Barrios llevó a la lona al cubano con un golpe de zurda, aunque este tomó un segundo aire y en el tercero salió en busca de su rival con golpes al cuerpo, en lo que fue quizás su mejor momento en toda la noche.
A partir del cuarto capítulo y sabiéndose con ventaja en las tarjetas, el mexicoamericano se limitó a marcar con el jab que entraba una y otra vez como un látigo al rostro de Ugás, para luego combinarlo con golpes de impacto.
En el séptimo, el ojo hinchado le limitaba la visión al cubano y Barrios tomó nota de ello: hacia ese punto iban dirigidos sus ataques.
La inflamación seguía creciendo y por los últimos cuatro rounds hubo realmente un solo hombre sobre el encerado, pues Ugás se limitaba a buscar algún golpe de suerte o terminar en pie una pelea que sabía perdida.
En el duodécimo asalto, Barrios le propinó otro conteo de protección al antillano, como para despejar cualquier duda sobre quien había sido el ganador.
Para Ugás, fue su segunda derrota consecutiva, con lo que deja su récord profesional en 27 triunfos y seis fracasos.
Pero a sus 37 años y ante la posibilidad de requerir una nueva cirugía en ese ojo que ya fue reparado en el quirófano tras el combate con Spence, la vida le envía señales claras de que llegó la hora de decir adiós.
El Dynamo de Houston se corona ante un Inter Miami que confirma su "Messi-dependencia"

El Dynamo de Houston derrotó dos goles por uno al Inter Miami y se coronó campeón de la Lamar Hunt US Open Cup, el torneo más antiguo del fútbol estadounidense.
Con goles de Griffin Dorsey, en el minuto 24 del primer tiempo, y del marroquí Amine Bassi, de penal en el 33, el Dynamo tomó por asalto el DRV PNK Stadium de Fort Lauderdale, donde el público clamaba a gritos por su ausente astro Lionel Messi.
Pero Lio ni siquiera estuvo uniformado en la banca, señal de que las molestias que lo obligaron a salir en el primer tiempo del juego del pasado miércoles 20 ante el Toronto FC, podrían ser más serias de lo que parecían en principio.
El entrenador Gerardo El Tata Martino había adelantado que la decisión de usar a Messi en el partido ante Houston, ya como titular o como jugador de cambio, se tomaría en el último minuto.
Una vez concluido el juego, Martino explicó a los medios su decisión de excluirlo.
“No era prudente que jugara, ni siquiera para considerarlo algunos minutos”, dijo el Tata a los medios en rueda de prensa.
“Él si va a volver a jugar antes de que termine la liga, pero iremos partido a partido, definiendo la situación para ver en qué momento el departamento médico nos dice si él está en condiciones de jugar”, agregó el coach.
El Inter tampoco contó con el español Jordi Alba, descartado de antemano, aunque sí jugó su compatriota Sergi Busquets, quien está vez se limitó a lanzar balonazos desde la media cancha a ver si alguno llegaba a la delantera.
Con el marcador 2-0, el árbitro acudió al VAR y anuló un tercer gol a los visitantes al minuto 73 de la segunda parte, al determinar que el colombiano Nelson Quiñones estuvo milimétricamente fuera de lugar al recibir pase filtrado de Bassi dentro del área.
En tiempo de descuento, el argentino Facundo Farías le sirvió un balón delante de la puerta al venezolano Josef Martínez para el 2-1, y comenzaron minutos frenéticos e interminables, con el Inter lanzado al ataque en busca del empate y el grito de “¡Messi, Messi!”, cada vez más ensordecedor.
En el 93, el ecuatoriano Leonardo Campana remató a puerta de cabeza, detenido en el último segundo por el arquero Andrew Tarbell.
Farías también estuvo cerca de la igualada en el 96, pero Tarbell desvió un disparó y la mandó al corner.
Y en el cobro de ese tiro de esquina, la defensa de Houston aguantó como un bloque monolítico para sacar la pelota del área, hasta el pitazo final del árbitro Jon Freemon.
De esta manera, el Inter vio escapar la posibilidad de ganar su segundo trofeo en menos de un mes, luego de coronarse en la Leagues Cup el 30 de agosto.
Para el Dynamo, fue su segundo título en la Lamar Hunt US Open Cup, un torneo nacido en 1914, pero que acaba de abrirse a los ojos del gran público por la Messimanía que envuelve al fútbol del Estados Unidos por estos días.
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