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Las protestas islamistas en la campaña electoral


Barack Obama (i), habla junto a la secretaria de Estado Hillary Clinton (c), en la ceremonia de recepción de los restos mortales del embajador Chris Stevens, y de los otros tres estadounidenses asesinados en Bengasi Libia. DC (EEUU).
Barack Obama (i), habla junto a la secretaria de Estado Hillary Clinton (c), en la ceremonia de recepción de los restos mortales del embajador Chris Stevens, y de los otros tres estadounidenses asesinados en Bengasi Libia. DC (EEUU).

Por ahora Obama tiene ventaja. Pero si la violencia continúa, o aún peor, si crece, el presidente puede tener una papa caliente en las elecciones.

La historia dice que cuando hay un ataque en contra de los Estados Unidos en el mundo, el pueblo estadounidense se une para respaldar al presidente; no importa quien sea el que gobierna o que partido esté en el poder.

En el caso de las protestas en el mundo árabe, y en particular en los ataques a la Embajada de Estados Unidos en el Cairo y al consulado en Bengasi, Libia, en el cual murieron cuatro norteamericano, entre ellos el embajador Chris Stevens, los estadounidenses la han dado un voto de confianza al presidente Barack Obama.

Es un voto de confianza a corto plazo.
Si las protesta en el mundo árabe continúan y Obama se ve imposibilitado de responder, o si muestra señas de debilidad, esta confianza se puede desvanecer y el apoyo irse a favor del candidato republicano Mitt Romney.

Es cuestión de tiempo y de percepción.
En el primer instante, los americanos, y particularmente los analistas y políticos de ambos partidos reaccionaron en forma negativa en contra de Romney por haber hecho unas declaraciones, en consideración de muchos, prematura. Para Romney el nuevo frente abierto en las elecciones hasta ahora es una oportunidad perdida.

Sin embargo, para el fin de semana ya comenzaron a fortalecerse los ataques en contra del presidente Obama. La narrativa que hace la Casa Blanca y sus voceros no convencer. Existen hasta diferencia entre lo que dicen los funcionarios del gobierno y lo que dicen los funcionarios árabes. Hay preguntas sin responder, o con respuestas
que no satisfacen.

Por eso es que la narrativa de estos incidentes y la repercusión que los mismos tendrán en los comicios de noviembre no convencen.

El domingo Susan Rice, la Embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidos, dijo que el ataque en Libia había sido una reacción espontánea del pueblo libio, en reacción a un corto-video que muestra al profeta Mahoma como un pervertido sexual.

Ese mismo día, sin embargo el presidente de Libia, Mohammed Magarief dijo en una entrevista a la cadena CNN que el ataque al consulado había sido un acto planeado por grupos terroristas. Y el gobierno estadounidense no puede quejarse de la respuesta del gobierno libio, ya que el mismo ya ha detenido a más de 50 personas bajo sospecha de haber estado involucradas en el asesinato del embajador.
Un segundo punto que le cuesta trabajo a la administración de Obama explicar es las razones por las cuales las embajadas y consulados en estos países no estaban mejor protegidos, particularmente en el onceavo aniversario de los ataques del 11 de septiembre del 2001 a las Torres Gemelas en Nueva York, al Pentágono en las afueras de Washington D.C. Hasta ahora las respuestas de la administración no han sido convincentes.

Y a futuro hay preguntas aún más difíciles.
¿Ha fracasado la política de acercamiento al mundo árabe proclamada por el presidente en un discurso en el 2009? ¿Cómo es posible que los pueblos de los países a los cuales los Estados Unidos ayudaron durante la llamada primavera árabe ahora sean los que estén atacando a los símbolos de este país? ¿Quéva a pasar en los próximos días, semanas o meses?

Las respuestas del gobierno han sido consistentes en criticar el video despreciable que ha sido la excusa o acción provocadora de estos disturbios. En eso todos estamos de acuerdo.

La Casa Blanca ha tratado hasta de indagar con YouTube si el video había violado alguna de sus regulaciones para poder pedir que lo quiten de la internet. Ahí se le comienzan a complicar las cosas al gobierno. Ahí es donde hay una situación insalvable.

Para los árabes es inaceptable hasta publicar una imagen del Profeta. En el Líbano, uno de los líderes principales de Hezbollah ha pedido a Estados Unidos que “impida la emisión de la película y que lleve a juicio a aquellos que han ofendido a los musulmanes”.

En Estados Unidos la ley da plena libertad de expresión a todos los puntos de vista. Hace décadas el Tribunal Supremo decidió que un grupo de neo-Nazis tenían el derecho a marchar por el centro de Skokie, un barrio judío en el estado de Illinois.
Por ende el conflicto es difícil de resolver. ¿Qué prima en Estados Unidos: la ley americana que permite la libre expresión de ideas repugnantes, o la necesidad de aplacar la violencia en el mundo árabe que exige que prohíban este tipo de libertades y que castiguen a los que expresen estas ideas?

Por ahora Obama tiene ventaja. Pero si la violencia continúa, o aún peor, si crece, el presidente puede tener una papa caliente en las elecciones.

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