El estadio American Airlines Arena volvió a recibir a los feligreses para celebrar la homilía del 8 de Septiembre, día de la Virgen de la Caridad y este año dedicada al cuarto centenario de la aparición de la imagen de la Virgen en las aguas cubanas.
Una inmensa imagen de la virgen con senda bandera cubana a la derecha y una foto de Monseñor Agustín Román presidian sobre el altar.
La homilía que oficiara Monseñor Thomas Wenski parecía que se realizaba en una iglesia cubana. No solo por la permanente remembranza a los pasajes de la historia de la isla, los nombres de próceres de la independencia, y el colorido con que describía el paisaje cubano y las características de los cubanos. Wenski inclusive recordó a los presentes el nombre completo del Titan de Bronce, Antonio de la Caridad Maceo y Grajales, olvidado este tercer nombre en la historiografía oficial del régimen de La Habana.
Los mas sentidos aplausos se escuchaban cada vez que se mencionaba el nombre de Monseñor Agustín Román, profeta de los exiliaos, como le califico Wenski. En varias ocasiones recordó a Román, tanto por su papel en la construcción de la Ermita de la Caridad, en la evangelización de los cubanos llegados de la isla, en el mantenimiento de la espiritualidad el exilio cubano. Entre los recién fallecidos hizo mención de Monseñor Luis Pérez, sacerdote de la arquidiócesis de Miami, quien al igual que Roman, fuera expulsado de Cuba en septiembre de 1961 en el buque Covadonga, junto a otros cientos de sacerdotes, monjas y religiosos.
El oscurantismo del marxismo, como le defino Wesnki, también se ensañó en la iglesia católica cubana y la “hería y diezmaba” dijo el obispo de Miami. La virgen, “supo estar al pie de la cruz de sus hijos, mientras morían fusilados gritando Viva Cristo Rey. Así estuvo, en medio de las alambradas de tantas prisiones y de los campos de trabajo forzado de la UMAP”, afirmó Thomas Wenski.
Esta imagen de la Virgen, que ya lleva más de 50 años en Miami, vino exiliada también, en una maleta, a través de una embajada (la de Panamá). Entre las recordaciones, hubo una especial para “Osvaldo Payá Sardiñas y a Harold Cepero, y con ellos a todos los que han sacrificado sus vidas por una Patria con todos y para el bien de todos”, dijo en la homilía Wenski.
Le llamo Virgen Marinera, Madre de todos los Cubanos y enfatizo el amor demostrado por el pueblo cubano en la peregrinación que hiciera la imagen de la virgen por toda Cuba entre el 2011 y el 2012. La admiración, amor y respeto en cada pueblo, es ejemplo de la fe renacida en la isla.
Al final, le pidió a la Virgen que salvara a Cuba.
Momentos de emoción fue cuando, por decreto del Arzobispo de la Arquidiócesis de Miami, se reconoció la importancia de la revocación a Santa María, en el culto al a Virgen, copatrona de la Arquidiócesis de Miami. La imagen que por mas e medio siglo ha estado en la Ermita fue coronada públicamente y se reconoce la importancia historia, espiritual y patriótica de su presencia en la ciudad de Miami.
Una inmensa imagen de la virgen con senda bandera cubana a la derecha y una foto de Monseñor Agustín Román presidian sobre el altar.
La homilía que oficiara Monseñor Thomas Wenski parecía que se realizaba en una iglesia cubana. No solo por la permanente remembranza a los pasajes de la historia de la isla, los nombres de próceres de la independencia, y el colorido con que describía el paisaje cubano y las características de los cubanos. Wenski inclusive recordó a los presentes el nombre completo del Titan de Bronce, Antonio de la Caridad Maceo y Grajales, olvidado este tercer nombre en la historiografía oficial del régimen de La Habana.
Los mas sentidos aplausos se escuchaban cada vez que se mencionaba el nombre de Monseñor Agustín Román, profeta de los exiliaos, como le califico Wenski. En varias ocasiones recordó a Román, tanto por su papel en la construcción de la Ermita de la Caridad, en la evangelización de los cubanos llegados de la isla, en el mantenimiento de la espiritualidad el exilio cubano. Entre los recién fallecidos hizo mención de Monseñor Luis Pérez, sacerdote de la arquidiócesis de Miami, quien al igual que Roman, fuera expulsado de Cuba en septiembre de 1961 en el buque Covadonga, junto a otros cientos de sacerdotes, monjas y religiosos.
El oscurantismo del marxismo, como le defino Wesnki, también se ensañó en la iglesia católica cubana y la “hería y diezmaba” dijo el obispo de Miami. La virgen, “supo estar al pie de la cruz de sus hijos, mientras morían fusilados gritando Viva Cristo Rey. Así estuvo, en medio de las alambradas de tantas prisiones y de los campos de trabajo forzado de la UMAP”, afirmó Thomas Wenski.
Esta imagen de la Virgen, que ya lleva más de 50 años en Miami, vino exiliada también, en una maleta, a través de una embajada (la de Panamá). Entre las recordaciones, hubo una especial para “Osvaldo Payá Sardiñas y a Harold Cepero, y con ellos a todos los que han sacrificado sus vidas por una Patria con todos y para el bien de todos”, dijo en la homilía Wenski.
Le llamo Virgen Marinera, Madre de todos los Cubanos y enfatizo el amor demostrado por el pueblo cubano en la peregrinación que hiciera la imagen de la virgen por toda Cuba entre el 2011 y el 2012. La admiración, amor y respeto en cada pueblo, es ejemplo de la fe renacida en la isla.
Al final, le pidió a la Virgen que salvara a Cuba.
Momentos de emoción fue cuando, por decreto del Arzobispo de la Arquidiócesis de Miami, se reconoció la importancia de la revocación a Santa María, en el culto al a Virgen, copatrona de la Arquidiócesis de Miami. La imagen que por mas e medio siglo ha estado en la Ermita fue coronada públicamente y se reconoce la importancia historia, espiritual y patriótica de su presencia en la ciudad de Miami.