Waldo Díaz-Balart, arte cubano, búsqueda, mecenazgo y exilio

Waldo Díaz-Balart, pintor concreto.

Pienso que es muy importante contar con un Museo Cubano y además que esté ubicado en Miami.
Waldo Díaz-Balart, pintor y personalidad destacada del Movimiento de Arte Concreto, nació en el pequeño poblado de Banes, en Holguín, Cuba, un 10 de febrero de 1931, y realizó estudios de arte en el Museum of Modern Art de Nueva York, 1959-1962.

Mientras que en 1967 ejerció como profesor de Arte en Southampton University, Southampton, Nueva York, y se ha destacado además como conferencista y panelista en diversos centros culturales y universitarios de Estados Unidos, Polonia, España, Alemania y Holanda.

Ha realizado exposiciones personales en diversas galerías del mundo, como en Studio Gallery, Washington, D.C, 1966, Galerie Iris Clert, París, 1967, y la muestra Waldo Balart. Black Painting, en la Galería Edurne, en Madrid, 1998, entre otras.

Por otro lado, obras suyas han sido exhibidas en Gallery of Modern Art, Nueva York; en Pan American Union, Washington, D.C y en la International Art Fair, en Colonia, Alemania, así como en la Mondriaanhuis de Holanda, en 2002, y en FIU de Miami también en 2002.

Entre los galardones que ha merecido la obra de este pintor se encuentran el Cintas Foundation Fellowship, Nueva York; el Premio de Selección. Colección Arte y Trabajo, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, y el Pollock Krasner Foundation Fellowship, Estados Unidos.

El artista mantiene obras en colección dentro de los siguientes museos del mundo: Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, España; Museo de Arte Contemporáneo, Asunción, Paraguay; Museo Español de Arte Contemporáneo, Madrid, España, y el Museum of Modern Art, Nueva York, Estados Unidos.

Con motivo de que el Museo Cubano, con sede en Miami, se encuentra a la búsqueda desesperada de financiamiento, por vía privada o pública, para la preservación y promoción del arte y los artistas cubanos en el exilio, Waldo Díaz-Balart concedió la siguiente entrevista a Armando de Armas para martinoticias.com


¿Qué importancia atribuye usted a que el Museo Cubano, con sede en Miami, pudiera llegar a convertirse en el centro preservador y promotor del arte cubano en el exilio?

Pienso que es muy importante contar con un Museo Cubano y además que esté ubicado en Miami.

Para que una institución de esas características llegue a convertirse en un centro social aglutinador de una sociedad tiene que aunar muchas condiciones, tanto financieras como culturales porque estamos inmersos en un conglomerado sociopolítico muy complejo, característico de las sociedades modernas y Miami las reúne todas.

El arte en Cuba siempre se caracterizó por su internacionalidad. Tenemos que ser concientes de que Cuba siempre fue el centro de una red internacional que comenzó cuando éramos colonia de España y en el puerto de La Habana se reunía la flota de toda Latinoamérica que partía de allí a la metrópoli para protegerse de los ataques de los piratas. Eso determinó, en cierto sentido, esas características de La Habana que se configuró siempre como una de las ciudades más importantes de Latinoamérica, al nivel de Buenos Aires o Ciudad México y naturalmente el arte que es un signo de la cultura, ha reflejado siempre ese hecho.

Actualmente la dictadura a la que los hermanos Castro tiene sometida a nuestra Patria no deja de reflejar esa situación geopolítica, al ser Cuba el centro internacional de la narcogerrilla y de la propagación de la represión como forma de gobierno.

Siendo el exilio cubano uno de los exilios más prósperos de todos los tiempos, ¿Qué ha faltado para que exista un mecenazgo sistemático a sus escritores y artistas de probado talento?

Precisamente por esas características es por la que no existen esas instituciones oficiales de ayuda y promoción de la cultura. El capitalismo se basa en la libertad de opciones y la cultura es un signo de esa libertad. En los regímenes totalitarios se controla a la cultura como medio de propaganda, pero en nuestro caso, que estamos basados en el libre cambio de la sociedad de mercado, tenemos que competir y ofrecer nuestro producto como un bien de consumo. Precisamente es este matiz competitivo el que nos obliga a los creadores a plantearnos esta realidad más que cruda, crudísima, dentro de la cual tenemos que ser concientes de nuestra responsabilidad con la sociedad y con nosotros mismos. Al final de la carrera estamos ofreciendo un bien cargado de mucha energía y tenemos que estar seguros de que ese bien que ofrecemos es un bien cultural que hemos elaborado desde nuestros mas íntimos recursos sensibles e intelectuales y que no nos estamos corrompiendo sino más bien aportando a la sociedad esas ideas y sentimientos de la que carecen pero que son necesarios y valiosos.

Usted ha sido un artista reconocido que ha realizado exposiciones personales en diversas galerías del mundo comenzando con la del año 1967 en la galería Iris Clert de París hasta las más recientes del Museo Arte Moderno de Hünfeld en 2008 y en Mies van der Rohe Haus en 2009 ambas de Alemania , así como en la Mondriaanhuis de Holanda en 2002 o en FIU de aquí de Miami también en 2002. ¿Aún en su caso es importante poder contar con el mecenazgo de instituciones privadas o públicas?

Naturalmente que sería muy importante contar con centros de apoyo, pero a partir de esta realidad se me ocurren algunas reflexiones: ¿Cómo es que un artista llega a tener cierta importancia en esta sociedad tan competitiva y corrompida? ¿tenemos que claudicar a nuestros ideales libertarios y sensibles para poder acceder a los mercados y que el producto de nuestras más íntimas convicciones se convierta en un mero bien de consumo público? ¿existe alguna posibilidad de mejorar nuestro sistema a través de la obra de los creadores? ¿es esto lo que nos debemos plantear cada vez que nos confrontamos con nosotros mismos en el acto de creación?...por este camino pudiera desarrollar muchas mas ideas que en el mejor de los casos me produciría una depresión aguda y me llevaría a un callejón sin salida.

Pues no, amigo, decididamente este no es el camino que nos conduce a la creación. Ese acto de ensimismamiento y búsqueda de caminos creo que lo debemos encaminar hacia la búsqueda del conocimiento, y que no se nos quede en un puro juego de lenguaje sino que nos obligue a sentirnos por lo menos incómodos con nosotros mismos y que podamos transferir ese sentimiento de necesidad de cambio o de conmoción interna, pero, ¿cuál es ese sentimiento?, pues de lo único que yo estoy seguro es de mis sentimientos, pero si puedo de alguna forma transferir una especie de incertidumbre al observador de mi obra, yo creo que he logrado mi objetivo. No quisiera ofrecer soluciones sino la necesidad de ajustar la cotidianeidad a continuos acoplamientos, tanto en el nivel personal como en el colectivo…..y búsqueda, búsqueda y más búsqueda…pero de qué…… ¡esa es una decisión muy, pero muy personal!!!!!