Con viajes de estadounidenses en cuarto menguante, Cuba exprime otros mercados

Unos 90 taxis como este circulan por Londres empapelados en publicidad turística cubana, buscando compensar la baja en los viajes de estadounidenses.

La percepción de que las medidas de Donald Trump hacia Cuba fueron un cierre total a los viajes está afectando las llegadas desde Estados Unidos, que en 2017 fue el segundo país emisor de viajeros a la isla con más de un millón.

Aunque el turismo continúa siendo el único sector con un crecimiento significativo en la economía cubana, parece estar perdiendo el impulso que recibió con el acercamiento de Estados Unidos a la isla bajo el gobierno de Barack Obama.

Un síntoma de esa desaceleración se aprecia en la encuesta Travelers' Choice de la empresa estadounidense TripAdvisor, en la que millones de viajeros escogen los mejores destinos. En el apartado sobre los 10 favoritos del Caribe en 2017, Cuba no apareció en la lista, que sí integraron Jamaica, Puerto Rico, Punta Cana (República Dominicana), Aruba, Barbados, Gran Caimán (Islas Caimán), Santa Lucía, St. Marteen, Islas Turcas y Caicos y Guadalupe.

El Ministerio del Turismo cubano reportó su primer millón de viajeros este año el 9 de marzo, cuatro días después que en 2017, y una semana después de que Estados Unidos reiterara una alerta de viaje relacionada con los extraños problemas de salud que han experimentado sus diplomáticos en La Habana, y que podrían afectar a otros ciudadanos estadounidenses, toda vez que algunos han ocurrido en hoteles de la isla como el Nacional y el Capri.

La nota del MINTUR resaltaba que “tal resultado ha sido posible a pesar de los fuertes daños provocados por el huracán Irma y en medio de redobladas campañas organizadas y dirigidas por el Gobierno de Estados Unidos para obstaculizar el flujo de visitantes estadounidenses a la Mayor de las Antillas”.

Sobre los mercados emisores, aseguraba que “continúan marcando pauta Canadá y los mercados europeos habituales (Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Rusia y España), a los cuales se suman México y Argentina, en Latinoamérica”.

Aunque según cifras oficiales Cuba cumplió al cierre de 2017 la meta de 4 millones 700.000 viajeros, se registró una sensible caída en las llegadas en los meses posteriores al huracán Irma, y tras sendos anuncios de la administración Trump sobre la reducción del personal diplomático en La Habana, y nuevas regulaciones que implementan las medidas hacia Cuba anunciadas por el Presidente en junio en Miami.

La baja fue de 50% en septiembre, 10% en diciembre, y entre 7 y 8% en enero pasado, según reportó la agencia Reuters. Pero en un detalle más preocupante, Canadá y EEUU, los dos principales emisores, registraron en el último mes del año bajas de entre 4 y 5%, y 30% respectivamente.

De las 12 categorías de viajes a la isla aprobadas por Obama, las medidas de Trump eliminaron solo una: la que permitía a los estadounidenses viajar individualmente y por su cuenta.

También se proscribieron las transacciones con empresas asociadas al grupo militar empresarial GAESA, entre ellas 83 hoteles controlados por los grupos turísticos Gaviota y Habaguanex, aunque no con otras también bajo el control del Estado cubano como Cubanacán, Islazul y Gran Caribe.

Sin embargo, un reciente reportaje del sitio de noticias sobre economía y negocios CubaStandard indica que esta norma puede ser sorteada, ya que como lo que se prohíben son las transacciones, los viajeros estadounidenses aún pueden permanecer en hoteles de la Lista Restringida del Departamento de Estado, siempre que realicen sus arreglos y paguen a través de una agencia no restringida, como Havanatur.

No obstante, la manera tendenciosa con que han cubierto la nueva política de Trump muchos medios estadounidenses parece haber creado una percepción pública de que se trata de una reversión total de la apertura de Obama, y eso ha tenido un impacto en los viajes de EEUU a Cuba.

Trump aprieta la tuerca al régimen

En una reciente crónica sobre el ambiente que reina en la isla a menos de un mes de que ocurra el prometido retiro de Raúl Castro del poder, una académica británica que ha residido largas temporadas en la isla desde 2004 escribía en el sitio Nueva Sociedad, democracia y política en América Latina, que la política de Trump “está resultando sorprendentemente efectiva”.

Elizabeth Dore precisa que el objetivo de Trump es “socavar al gobierno y estrangular la economía destruyendo los espacios comerciales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Estas controlan buena parte de la economía de moneda convertible, incluido el fuerte sector turístico, el nuevo puerto y Zona Especial de Desarrollo de Mariel, y las principales compañías de importación y exportación e instituciones financieras”.

Dore describe así la situación del turismo en la isla:

“Luego de sus anuncios sobre las nuevas medidas, el número de turistas estadounidenses que visitan Cuba cayó 25%, de acuerdo con algunos informes. Varias líneas aéreas norteamericanas redujeron sus vuelos a la isla. Un número de empresas del mismo origen que se encontraban en proceso de negociar acuerdos con el gobierno cubano dieron marcha atrás. En enero vi las consecuencias del endurecimientodel bloqueo. Los hoteles y restaurantes de La Habana y de las playas estaban a mitad de su capacidad, en el mejor de los casos. Los buses turísticos permanecían ociosos en gigantescos estacionamientos. Muchos taxistas me dijeron que habían sido despedidos de sus empleos en el sector turístico”.

En 2017 llegaron a Cuba más de 1.07 millones de viajeros procedentes de Estados Unidos, para un crecimiento del 71.16% respecto al año anterior. La entonces directora general para EE.UU. de la Cancillería cubana, Josefina Vidal, precisó en su cuenta de Twittter que de estos viajeros, 453.905 fueron cubanos residentes en Estados Unidos, pero por primera vez los estadounidense sin raíces cubanas superaron a los cubanoamericanos con 619.523.

Hasta Londres a por turistas

Ante la caída del negocio con los americanos, los visitantes que más gastan a pesar de que no tienen permitido hacer turismo de sol y playa en la isla, y que desde hace varios años solo son superados en número por los canadienses, La Habana está tratando de sacar el jugo a otros mercados menores. Medios estatales han publicado la noticia y las fotos acerca decasi un centenar de taxis británicos que circulan por las calles de Londres empapelados en publicidad turística cubana.

A través de la cuenta oficial de Twitter de la Embajada de Cuba se han difundido fotos de los "cabbies" con las etiquetas #CubaTravel y #FitCuba2018, en referencia a la Feria Internacional de Turismo que tendrá lugar en mayo en Cayo Santa María, uno de los islotes de la cayería del norte de Villa Clara afectados por el huracán Irma en septiembre.

Para este año, el Ministerio de Turismo se ha propuesto alcanzar cinco millones de visitantes internacionales. Pero si las cifras de viajeros estadounidenses siguen bajando, es posible que veamos también envueltos en publicidad cubana los famosos autobuses rojos de dos pisos de Londres..., y hasta la Torre del Big Ben.

Pesadilla en hotel de GAESA

Pero la publicidad no lo es todo para la industria del ocio, que precisa no solo atraer visitantes sino, principalmente, que estos repitan sus visitas. Una breve búsqueda en internet arroja numerosos reportajes en la prensa y comentarios dejados por vacacionistas en sitios especializados sobre pesadillas vividas en los resorts cubanos.

Coincidiendo con la noticia de los taxis que promueven el turismo a Cuba el diario londinense Daily Mail reportó el caso de Sue Brewer, una abuela británica de 61 años que pasó ocho horas de su viaje de lujo a Cuba de £ 3,000 (más de $4.000) conectada a un suero en un hospital después de nadar en la "horrenda" agua de una piscina en el hotel Grand Memories Varadero.

El famoso balneario tiene a su favor, como otras playas de Cuba, sus aguas prístinas y finas arenas (Varadero sí estuvo entre las 10 playas favoritas de los turistas en la encuesta Travelers Choice 2018 de TripAdvisor), pero a juzgar por los testimonios, en algunos hoteles de la Península de Hicacos la higiene y el servicio son pésimos, y no aprenden de sus errores.

La piscina del hotel Grand Memories Varadero donde enfermó la turista británica Sue Brewer. Luego se tornó más verde y fue cerrada.

Mientras Brewer estaba ingresada, la piscina fue cerrada para los huéspedes después de que el agua se volviera aún más verde, debido a la falta de cloro.

A Brewer y su esposo Keith, de 63 años, se les sumó la familia de su nuera en el descanso de dos semanas, esperando unas vacaciones "deslumbrantes".

"En las fotos, el hotel se veía impresionante, pero creo que deben haber sido tomadas cuando el hotel acababa de abrir, porque no se parecía en nada a eso", dijo Brewer.

'Las amenidades anunciadas no estaban disponibles y algunos de los restaurantes simplemente no existían”.

"De todos modos la comida no era comestible y los restaurantes estaban muy sucios. Los alimentos estaban mal cocinados y cubiertos de moscas”.

"El área alrededor de las mesas también estaba sucia y cada vez que alguien venía a sentarse, el mozo de limpieza solo tiraba al suelo con un trapo sucio las sobras de los comensales anteriores. Ni siquiera tenían productos de limpieza apropiados”.

Los hoteles Memories en Cuba pertenecen al Grupo de Turismo Gaviota del emporio militar Grupo de Administración Empresarial S.A., GAESA, pero son administrados por el grupo internacional Blue Diamond.

En enero de 2016 una familia de tres, residente en la provincia canadiense de Columbia Británica y que pagó más de 5.000 dólares por unas vacaciones en Varadero, enfermó a las 48 horas de haber llegado al mismo hotel Grand Memories del famoso balneario cubano, una instalación que se promociona como de cuatro estrellas y media.

Ashlee Hanefeld, su esposo y su hija de seis años de edad buscaron de inmediato atención médica y los resultados de los exámenes a su marido revelaron salmonelosis, intoxicación causada por alimentos contaminados con la bacteria Salmonella que ocasiona fiebre, diarrea y cólicos.

Han pasado más de dos años, pero en el Grand Memories Varadero, "el cuartico está igualito".