El presidente Nicolás Maduro le dice al canciller español que saque sus narices de Venezuela en respuesta a un ofrecimiento del ministro de acercar posiciones entre Madrid y Caracas.
Tras un diferendo bilateral de dos semanas, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, respondió a un ofrecimiento del canciller de España, José Manuel García-Margallo, de “aproximar posiciones” diciéndole que saque “sus narices de Venezuela”.
Maduro declaró que el gobierno español no tiene nada que ir a hacer a Caracas después de que García-Margallo indicó el pasado lunes, en una visita a OEA, en Washington, que "España está siempre dispuesta a aproximar posiciones”, mucho más con países “con los que tenemos lazos tan importantes, como los iberoamericanos, y Venezuela".
En adición al desplante y luego de calificar de “impertinente” al ministro español por querer “mediar” en la crisis política en Venezuela, Maduro aludió al gobierno del Partido Popular incitando a la clase obrera de España a que “tienen que salir a la calle a luchar por lo que la derecha facistoide les está quitando".
Tras las disputadas elecciones del 15 de abril, Margallo se había pronunciado por un recuento electoral rápido en Venezuela para satisfacer la solicitud hecha por la oposición y abogó por el "acuerdo y el diálogo".
En respuesta a la postura española, el canciller de Venezuela, Elías Jaua, llamó entonces a consultas al embajador venezolano en Madrid, Bernardo Álvarez.
En contraste con la postura beligerante asumida por el gobiero chavista, el coordinador de la opositora Comisión de Enlace Internacional de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Edmundo González, declaró que "dada la polarización (que existe en Venezuela), todo esfuerzo que contribuya a calmar las tensiones será bien recibido".
Maduro declaró que el gobierno español no tiene nada que ir a hacer a Caracas después de que García-Margallo indicó el pasado lunes, en una visita a OEA, en Washington, que "España está siempre dispuesta a aproximar posiciones”, mucho más con países “con los que tenemos lazos tan importantes, como los iberoamericanos, y Venezuela".
En adición al desplante y luego de calificar de “impertinente” al ministro español por querer “mediar” en la crisis política en Venezuela, Maduro aludió al gobierno del Partido Popular incitando a la clase obrera de España a que “tienen que salir a la calle a luchar por lo que la derecha facistoide les está quitando".
Tras las disputadas elecciones del 15 de abril, Margallo se había pronunciado por un recuento electoral rápido en Venezuela para satisfacer la solicitud hecha por la oposición y abogó por el "acuerdo y el diálogo".
En respuesta a la postura española, el canciller de Venezuela, Elías Jaua, llamó entonces a consultas al embajador venezolano en Madrid, Bernardo Álvarez.
En contraste con la postura beligerante asumida por el gobiero chavista, el coordinador de la opositora Comisión de Enlace Internacional de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Edmundo González, declaró que "dada la polarización (que existe en Venezuela), todo esfuerzo que contribuya a calmar las tensiones será bien recibido".