Turquía entra en período de inestabilidad tras fracaso de Erdogan

  • Agencias

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Gana Erdogán pero los que celebran son los kurdos

Turquía entró este lunes en un período de inestabilidad, tras el revés que se llevó en las legislativas del domingo el partido del presidente islamista conservador Recep Tayyip Erdogan, que provocó la caída de la lira turca y de la bolsa.

En los comicios que Erdogan había transformado en plebiscito en torno a su liderazgo, su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) perdió la mayoría absoluta que mantenía desde hacía trece años en el Parlamento, lo que por primera vez lo obligará a formar una coalición o a gobernar en minoría.

Desde de la mañana del lunes, los mercados respondieron a la inestabilidad política, inédita desde 2002. A su apertura, el principal índice de la bolsa de Estambul cayó un 8%, y por la tarde perdía cerca de un 6%, en torno a los 77.000 puntos. Simultáneamente, la moneda nacional, la lira turca, se cambiaba a 2,75 por un dólar, y a 3,08 por un euro. El banco central respondió con una bajada inmediata de sus tasas a los depósitos de divisas a corto plazo, lo que de momento no logró hacer repuntar de manera significativa la divisa turca.

Los mercados se mostraron últimamente preocupados con las presiones de Erdogan al banco central, en principio independiente, para que reduzca sus tipos de interés con el objetivo de estimular el crecimiento económico.

Una opción rechazada por los inversores, a los que les inquieta el nivel de la inflación (7,6% interanual en abril), así como la caída del crecimiento (2,9% en 2014) y el desempleo, que en enero alcanzó su nivel más alto en cinco años (11,3%). Por todas estas razones, "Turquía es tal vez el más vulnerable de los países emergentes en este momento", comentó este lunes William Jackson, de Capital Economics.

En este contexto, Erdogan instó a los partidos políticos a actuar con "responsabilidad", para "preservar el clima de estabilidad y de confianza". Aunque según los resultados oficiales el AKP quedó como fuerza más votada con el 40,8% de los votos, su resultado acusó una bajada de casi diez puntos respecto a los anteriores comicios, cuando obtuvo el 49,9% de los votos.
Víctima de la desaceleración de la economía y del giro autoritario del que se acusa a Erdogan, su partido obtuvo 258 de los 550 escaños, muy por debajo de la mayoría absoluta (276 diputados).

El "artífice" de la caída del partido en el poder es la formación kurda HDP (Partido Democrático del Pueblo), que superó la barrera del 10% para entrar en el parlamento. El movimiento dirigido por Selahattin Demirtas recabó el 13,1% de los votos y obtuvo 80 diputados.

Las otras dos principales formaciones, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) y el Partido de Acción Nacionalista (MHP, de derechas), obtuvieron el 25% y el 16,3% de los votos, que les dieron 133 y 80 escaños respectivamente.

La nueva cámara contará además con 96 diputadas, frente a las 79 de la asamblea saliente, lo que supone todo un récord. Según Deniz Ciçek, analista en el Finansbank, "los resultados de estas elecciones darán lugar a intensas conversaciones y negociaciones políticas que durarán semanas".
Estos resultados contrarían muy mucho las ambiciones de Erdogan de perpetuarse en el poder.

Después de 11 años como primer ministro, fue elegido jefe de Estado en agosto pasado e hizo campaña para que el AKP obtuviera los 330 escaños necesarios para reformar la Constitución e instaurar un régimen presidencial fuerte, que la oposición tildó de "dictadura constitucional". "Los turcos le han dicho que no les gusta su poder personal", resumía el lunes el diario Hürriyet.

Aunque los tres partidos de la oposición disponen de la mayoría necesaria para formar una coalición y desbancar al AKP, el primer ministro, Ahmet Davutoglu, descartó esta hipótesis, decidido a mantenerse en el poder. "Esta elección demuestra una vez más que el AKP es la columna vertebral del país", declaró Davutoglu ante sus simpatizantes. "Tenemos todavía días muy bellos por delante", aseguró.

Queda la posibilidad de una coalición del partido en el poder con otra de las tres formaciones. En el caso de que las negociaciones no den resultados en los próximos 45 días, Erdogan podría disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.