Uno de los tres países donde el acorralado gobernante de Siria podría estar pensando buscar refugio es en Cuba, comenta el diario digital GlobalPost.
El presidente sirio, Bashar al-Assad, debería pensarlo dos veces antes de escapar con su familia a América Latina, dice en un artículo el diario digital GlobalPost, que califica la región de popular paraíso para déspotas extranjeros en desgracia.
La publicación alude al reciente viaje del viceministro del exterior sirio, Faisal al-Miqdad, por tres países del área: Cuba, Ecuador y Venezuela, según reportes para tantear a sus respectivos gobernantes sobre la posibilidad de asilo para Assad.
El Global Post destaca que “los tres países tienen gobiernos de izquierda que en variable grado y diferentes maneras son antagónicos con EE.UU.”
Tras mencionar los riesgos que correría de asilarse en Venezuela debido a las interrogantes abiertas por la salud del presidente Hugo Chávez, dice que “luego de una guerra fría de medio siglo con Washington, Cuba “podría sentir que tiene poco que perder ofreciendo a Assad una ruta de escape”.
Pero si uno de los tres (Cuba, Venezuela y Ecuador) da el controvertido paso “probablemente sólo le ofrecerían a Assad respiro temporal de un juicio de gran magnitud por (haber cometido) crímenes contra la humanidad”.
Citando específicamente el caso de Cuba, el diario señala que “seguramente debe estar acercándose el día en que la transición en el país lo aleje de la sombra” de Fidel Castro. Lo que obliga a preguntarse si “Raúl Castro querría incluso dar asilo al autócrata sirio”.
Según el Post, el gobernante cubano “parece más pragmático que su hermano mayor”, por lo que pone en duda que ofrezca refugio a un hombre que podría llegar a ser considerado uno de los mayores asesinos en masa de la historia.
El periódico subraya que “Latinoamérica tiene una larga tradición de proporcionar refugio a quienes encaran persecución, justa o injustamente, en sus países”, pero hace un paralelo entre lo que podría ocurrirle a Assad y lo sucedido con el criminal de guerra nazi Adolf Eichmann, capturado en 1960 en Argentina.
Con unos 20 mil sirios muertos como resultado de que el gobernante sirio se aferra desesperadamente al poder, apunta, “un final similar con seguridad no podría descartarse si Assad se embarca en su propia aventura latinoamericana”.
La publicación alude al reciente viaje del viceministro del exterior sirio, Faisal al-Miqdad, por tres países del área: Cuba, Ecuador y Venezuela, según reportes para tantear a sus respectivos gobernantes sobre la posibilidad de asilo para Assad.
El Global Post destaca que “los tres países tienen gobiernos de izquierda que en variable grado y diferentes maneras son antagónicos con EE.UU.”
Tras mencionar los riesgos que correría de asilarse en Venezuela debido a las interrogantes abiertas por la salud del presidente Hugo Chávez, dice que “luego de una guerra fría de medio siglo con Washington, Cuba “podría sentir que tiene poco que perder ofreciendo a Assad una ruta de escape”.
Pero si uno de los tres (Cuba, Venezuela y Ecuador) da el controvertido paso “probablemente sólo le ofrecerían a Assad respiro temporal de un juicio de gran magnitud por (haber cometido) crímenes contra la humanidad”.
Citando específicamente el caso de Cuba, el diario señala que “seguramente debe estar acercándose el día en que la transición en el país lo aleje de la sombra” de Fidel Castro. Lo que obliga a preguntarse si “Raúl Castro querría incluso dar asilo al autócrata sirio”.
Según el Post, el gobernante cubano “parece más pragmático que su hermano mayor”, por lo que pone en duda que ofrezca refugio a un hombre que podría llegar a ser considerado uno de los mayores asesinos en masa de la historia.
El periódico subraya que “Latinoamérica tiene una larga tradición de proporcionar refugio a quienes encaran persecución, justa o injustamente, en sus países”, pero hace un paralelo entre lo que podría ocurrirle a Assad y lo sucedido con el criminal de guerra nazi Adolf Eichmann, capturado en 1960 en Argentina.
Con unos 20 mil sirios muertos como resultado de que el gobernante sirio se aferra desesperadamente al poder, apunta, “un final similar con seguridad no podría descartarse si Assad se embarca en su propia aventura latinoamericana”.