Sindicalistas independientes cubanos rompen el monopolio de la CTC ante la OIT en Ginebra

Emilio Gottardi en Conferencia OIT Ginebra.

Al cumplir un siglo de fundada, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) está celebrando en Ginebra su 108 Conferencia, y por primera vez en más de la mitad de ese periodo, los sindicalistas independientes cubanos han logrado romper el monopolio de representación que tenía el régimen castrista en el foro mundial.

“Se ha roto el monopolio de la Central de Trabajadores de Cuba en la Organización Internacional del Trabajo”, le dijo a RadioTelevisiónMartí.com desde Ginebra Joel Brito, quien representa a la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) en el exterior.

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Habla Joel Brito desde Ginebra

Desde La Habana, el secretario general de la ASIC, Iván Hernández Carrillo, declara que el gobierno impidió la salida del subsecretario de la organización, Alejandro Sánchez Zaldívar, porque quiere hacer lo mismo que en años anteriores: enviar solamente a funcionarios de la CTC que no representan los intereses de los trabajadores cubanos.

Ivan Hernández Carrillo

“No van a defender la libertad sindical ni el derecho a la libre asociación: van en representación del gobierno, que se arroga el derecho de decidir quién participa”, dice Hernandez Carrillo.

Otro sindicalista independiente, Emilio Gottardi, pudo hacer el viaje y se encuentra en Ginebra.

El martes, Brito entregó a la oficina del Director General de la OIT, Guy Ryder, una carta que denuncia "con carácter de urgencia” el atropello sufrido por Sánchez Zaldívar, porque le prohibieron viajar “de manera arbitraria y sin esgrimir razón alguna".

Desde La Habana, el propio Sánchez Zaldívar explica cómo ocurrió todo, el pasado 7 de junio en el Aeropuerto Internacional capitalino.

Alejandro Sánchez Zaldívar

“Hice el chequeo normal de la aerolínea, pero cuando llego a Inmigración me retienen el pasaporte, me llevan a una oficina y me informan que en el sistema sale que tengo prohibida la salida del país”, cuenta el líder sindicalista independiente.

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Alejandro Sanchez Zaldivar no pudo ir a la Conferencia de la OIT

“Pregunté si en la computadora, o en el sistema, como ellos dicen, salían las razones, porque les expliqué que no tengo [deudas] de dinero con ningún particular, ni causas judiciales pendientes, y me dicen que no, que ahí no sale nada, solo la prohibición de salir del país”, afirmó.

Hay un precedente: el 30 de abril, dos oficiales de la Seguridad del Estado lo citaron en la sede de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) de Cabañas, provincia de Artemisa.

“Me dijeron que no [perdiera] mi tiempo preparando maletas ni dinero en el [taxi] al aeropuerto, que ellos no me iban a dejar salir porque para hablar mal de la revolución, yo no puedo salir”, relata Sánchez Zaldívar, quien viajaba invitado por la Confederación Francesa Democrática de Trabajadores.

Uno de los carteles en la sede de la 108 Conferencia de la OIT en Ginebra.

Los represores se identificaron solamente como “el coronel de enfrentamiento a la contrarrevolución en la provincia de Artemisa y el teniente Oscar, que es el que me iba a atender”, añade el sindicalista.

No es la primera vez que le prohíben salir. Después que Sánchez Zaldívar le entregó el año pasado en Ginebra al Director General de la OIT una carta de denuncia sobre la situación de los sindicalistas independientes en Cuba, no le permitieron viajar a otros encuentros en Panamá y Colombia.

Brito confirma que Sánchez Zaldívar fue la persona que presentó en la Oficina del Director General de la OIT una carta solicitando una acción urgente por las violaciones reiteradas a los convenios 87 y 98 que estaba cometiendo el régimen cubano contra los trabajadores y los sindicalistas independientes.

De acuerdo con los archivos de la OIT disponibles en internet, ya el 21 de diciembre de 2016 la Organización había recibido el Caso 3271, que denunciaba “hostigamiento y persecución de sindicalistas independientes que implican agresiones, arrestos y despidos; otros actos de discriminación e injerencia por parte de las autoridades públicas; reconocimiento oficial de una sola federación sindical controlada por el Estado; ausencia de negociación colectiva y no reconocimiento legal del derecho de huelga”.

El año pasado, en la 107 Conferencia de la OIT, el Comité de Libertad Sindical se hizo eco de esas denuncias de la ASIC y presentó el Caso 3271.

“Pedía el reconocimiento y la legalización de la ASIC, y el régimen cubano le respondió al Comité que esas personas no eran sindicalistas, que son financiadas por el exterior, y formó toda la campaña que hacen cuando se sienten heridos”, explica Brito desde Ginebra. Ahora “esto es una labor de presión por parte de todas las organizaciones para defender el derecho a la libertad sindical en Cuba también”.

La Asociación Sindical Independiente de Cuba es una de las organizaciones fundadoras de la Alternativa Democrática Sindical de Las Américas (ADSA), integrada por 33 sindicatos que representan a 25 millones de trabajadores latinoamericanos, subraya Brito.

Mientras tanto, en La Habana, el “órgano oficial de la Central de Trabajadores de Cuba”, el periódico Trabajadores, titulaba el martes su reseña sobre el segundo día de sesiones de la Conferencia de la OIT: “Robot, acoso y envejecimiento, claves para la OIT”.

La mañana del miércoles, RadioTelevisiónMarti.com hizo repetidas llamadas a la sede del Comité Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en La Habana. Primero intentamos comunicarnos con algún funcionario de la oficina de Prensa (“o sea, ¿de Propaganda?”, dijeron del otro lado de la línea), pero la persona que respondió esa extensión apartó el teléfono y mantuvo al margen un diálogo del cual solo fue posible escuchar “come pan para que te haga estómago”. Menos de un minuto despues colgó sin volver a nuestra llamada.

Insistimos y pedimos hablar directamente con Ulises Guilarte, el secretario general de la organización. La respuesta fue que no estaba disponible. Cuando pedimos alguien de su oficina, la operadora puso al teléfono a una persona quien se identificó solamente como “la otra operadora”.

Le pedimos de nuevo hablar con el secretario general o con alguien de su oficina, nos identificamos y “la otra operadora” dijo: “Nosotros desde Miami no recibimos llamadas aquí”.

“Lo que no quieren es que salgan las voces para denunciar las violaciones que se están cometiendo a diario contra los trabajadores cubanos, ya son sistemáticas e institucionalizadas”, dijo por su parte Sánchez Zaldívar. “Hablar mal de la revolución es decir la verdad”.