El gobernante cubano, Raúl Castro, presidió el pasado viernes una reunión ampliada del Consejo de Ministros de la cual informa hoy, tres días después, el diario Granma en un engorroso estilo que dificulta conocer con claridad las conclusiones del evento.
El título del reportaje, “La gran batalla es contra nuestras limitaciones y deficiencias”, no aporta nada nuevo a lo que ha venido sucediendo en el país durante el último medio siglo, pero el general presidente concluyó sabiamente que “los errores, generalmente conducen a pérdidas millonarias a la economía”.
La reunión permitió conocer que el robo de combustibles para su venta en el mercado negro continúa siendo un serio problema en ese sector. Granma no lo califica de robo, sino de “sustracciones” y el ministro de Economía y Planificación, Adel Yzquierdo Rodríguez, al presentar su informe sobre el tema se refirió a “las irregularidades y manifestaciones delictivas en la comercialización de los combustibles”.
Las principales sustracciones, dijo el ministro, se producen en refinerías, bases de transporte y servicentros, debido fundamentalmente al deficiente control sobre los carburantes y a la carencia de instrumentos de medición o a la utilización de estos sin la certificación requerida.
"La alta demanda y las ganancias que genera este tráfico ilícito provoca el asedio permanente a los trabajadores del sector por parte de personas inescrupulosas que luego venden el combustible hasta en un 60 % por debajo de los precios oficiales", afirmó Yzquierdo.
Otra obviedad, ratificada en el Consejo de Ministros, fue la importancia que para el ingreso de divisas al país, representan las llamadas “misiones” médicas en el exterior. El ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz, informó que la exportación de esos servicios se ha convertido en la principal fuente de ingresos en divisas para el país y tiene grandes potencialidades de continuar incrementándose.
Durante el pasado año, dijo Malmierca, los mayores ingresos en divisas correspondieron a los sectores de la Salud y el Turismo, en ese orden. Atrás quedaron los tiempos del níquel y mucho más lejanos el azúcar y el tabaco. Cuba gradúa anualmente centenares de médicos y personal de salud que estrena en el exterior, y ofrece sol y playas en el mercado del ocio.
Para los galenos cubanos, que cobran en la devaluada moneda nacional, una pequeña fracción de lo que ingresa el gobierno por sus servicios, Raúl Castro reconoció su "noble labor" y que se "han ganado un prestigio en el mundo pues van a sanar a los lugares apartados, donde nadie más llega".
El rosario de deficiencias abordadas en el Consejo de Ministros, incluyó entre otras, los problemas con las inversiones extranjeras y la industria mecánica, aunque el primer lugar se lo llevó el ministerio de Justicia, que todavía no ha podido resolver la “dispersión legislativa” heredada del período fidelista.
La ministra del ramo, María Esther Reus, dijo que esta actividad “se rige hoy por más de 80 normas jurídicas, lo cual supone una gran dispersión legislativa, en algunos casos con duplicidad de regulaciones sobre un mismo tema y contradicciones entre ellas”.
“A esto se suma la existencia de 30 cuerpos de inspección, con más de 15 mil inspectores, algunos de los cuales no cuentan con la preparación y profesionalidad requeridas, lo que ha facilitado la ocurrencia de reiterados casos de corrupción”, reconoció Reus.
El título del reportaje, “La gran batalla es contra nuestras limitaciones y deficiencias”, no aporta nada nuevo a lo que ha venido sucediendo en el país durante el último medio siglo, pero el general presidente concluyó sabiamente que “los errores, generalmente conducen a pérdidas millonarias a la economía”.
La reunión permitió conocer que el robo de combustibles para su venta en el mercado negro continúa siendo un serio problema en ese sector. Granma no lo califica de robo, sino de “sustracciones” y el ministro de Economía y Planificación, Adel Yzquierdo Rodríguez, al presentar su informe sobre el tema se refirió a “las irregularidades y manifestaciones delictivas en la comercialización de los combustibles”.
Las principales sustracciones, dijo el ministro, se producen en refinerías, bases de transporte y servicentros, debido fundamentalmente al deficiente control sobre los carburantes y a la carencia de instrumentos de medición o a la utilización de estos sin la certificación requerida.
"La alta demanda y las ganancias que genera este tráfico ilícito provoca el asedio permanente a los trabajadores del sector por parte de personas inescrupulosas que luego venden el combustible hasta en un 60 % por debajo de los precios oficiales", afirmó Yzquierdo.
Otra obviedad, ratificada en el Consejo de Ministros, fue la importancia que para el ingreso de divisas al país, representan las llamadas “misiones” médicas en el exterior. El ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz, informó que la exportación de esos servicios se ha convertido en la principal fuente de ingresos en divisas para el país y tiene grandes potencialidades de continuar incrementándose.
Durante el pasado año, dijo Malmierca, los mayores ingresos en divisas correspondieron a los sectores de la Salud y el Turismo, en ese orden. Atrás quedaron los tiempos del níquel y mucho más lejanos el azúcar y el tabaco. Cuba gradúa anualmente centenares de médicos y personal de salud que estrena en el exterior, y ofrece sol y playas en el mercado del ocio.
Para los galenos cubanos, que cobran en la devaluada moneda nacional, una pequeña fracción de lo que ingresa el gobierno por sus servicios, Raúl Castro reconoció su "noble labor" y que se "han ganado un prestigio en el mundo pues van a sanar a los lugares apartados, donde nadie más llega".
El rosario de deficiencias abordadas en el Consejo de Ministros, incluyó entre otras, los problemas con las inversiones extranjeras y la industria mecánica, aunque el primer lugar se lo llevó el ministerio de Justicia, que todavía no ha podido resolver la “dispersión legislativa” heredada del período fidelista.
La ministra del ramo, María Esther Reus, dijo que esta actividad “se rige hoy por más de 80 normas jurídicas, lo cual supone una gran dispersión legislativa, en algunos casos con duplicidad de regulaciones sobre un mismo tema y contradicciones entre ellas”.
“A esto se suma la existencia de 30 cuerpos de inspección, con más de 15 mil inspectores, algunos de los cuales no cuentan con la preparación y profesionalidad requeridas, lo que ha facilitado la ocurrencia de reiterados casos de corrupción”, reconoció Reus.