Reporteros sin Fronteras: graves problemas de protección a la prensa en América Latina

Reporteros sin Fronteras, ONG con sede en París.

En la última década han sido asesinados 134 periodistas en México, Brasil, Honduras y Colombia y aunque en esos países hay mecanismos para protegerlos, tienen “graves problemas”, como su dependencia de “instituciones ineficaces”, falta de recursos o medidas inadecuadas o que se aplican tarde.

Así lo indicó la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) en un informe titulado “Bajo Riesgo” que analizó los programas de protección en esos cuatro países de América Latina que concentran el 90% de los casos de informadores asesinados en la región entre 2012 y 2021.

Según sus hallazgos, existen “fallos estructurales importantes" que evitan la correcta aplicación de los mecanismos de protección. “Todos ellos dependen de instituciones ineficaces (policía, ejército, justicia); las metodologías de análisis de riesgo no tienen siempre en cuenta las especificidades de la labor periodística; las medidas de protección son inadecuadas o se aplican demasiado tarde; los recursos humanos y financieros son insuficientes”.

Ninguno de los cuatro países tiene en cuenta las particularidades de las mujeres periodistas, extremadamente vulnerables en América Latina, e “ignoran las formas de violencia de género que afectan a las mujeres y a la población LGTBIQ+, así como el impacto que las amenazas y agresiones tienen sobre ellas y sobre sus familias”.

El informe denunció también que los “agentes estatales (policías, políticos, miembros del Poder Judicial, funcionarios y representantes del Estado, en general) se identifican casi siempre como los principales responsables de la violencia contra los periodistas” y que falta coordinación entre los mecanismos de protección y las fiscalías.

Especialmente en Brasil y Honduras, “las modalidades de tratamiento de los expedientes y la utilización de recursos adolecen de falta de transparencia” y, en general, no se evalúa su eficacia.

Por ejemplo, muchas veces las medidas son un mero seguimiento de los ataques y por eso, denunció RSF, las agresiones persisten.

Pero el gran problema de fondo es que no se “atacan de raíz las verdaderas causas estructurales de la violencia”, falta coordinación entre las distintas autoridades que suelen trabajar de forma aislada y no hay capacidad para garantizar que los periodistas amenazados sigan trabajando.

(Artículo de la Voz de América, VOA)