Pintora cubanochilena muestra a la mujer como musa y creadora
Lizandra Díaz Blanco
Astrid Alcayaga expondrá sus obras junto a otras 7 artistas
Alcayaga, de formación autodidacta, confesó que su vena artística le viene de su padre, sobrino de la poetisa chilena Gabriela Mistral. En los últimos 10 años se ha dedicado a cultivar su talento natural.
La pintora cubano-chilena Astrid Alcayaga expone este sábado una muestra de sus creaciones más recientes en una exposición colectiva dedicada a la mujer, en el salón de proyectos de arte Miguel Rodez, en Miami. Alcayaga anunció la exposición en el programa "1800 Online", de Radio Martí.
Junto a ella, expondrán Karen Schnell Chisholm, Laura Luna, Natasha Perdomo, Meg Pukel, Elsa Roberto, Cándida Rodríguez y Ana María Sarlat, con una selección de esculturas, pinturas y fotografías.
Lola Luna (acrílico sobre lienzo, 2011)
El galerista Miguel Rodez busca romper la tradición de la mujer como fuente de inspiración de los hombres “para que la gente conozca desde adentro cómo piensa una mujer artista”, explica Alcayaga.
En la exhibición “La perspectiva de una mujer”, cada artista presenta de dos a cuatro obras, y en el caso de Alcayaga pone a consideración de los visitantes Lola Luna (acrílico sobre lienzo, 2011) y Hongo iluminado por el ojo de la diosa (acrílico sobre tela, 2012) pintado sobre un mueble.
Hongo iluminado por el ojo de la diosa (acrílico sobre tela, 2012) pintado sobre un mueble
Alcayaga, de formación autodidacta, confesó que su vena artística le viene de su padre, sobrino de la poetisa chilena Gabriela Mistral, y en los últimos 10 años se ha dedicado insistentemente a cultivar su talento natural, muchas veces bajo la guía de los maestro Noel Santiesteban, César Beltrán, Tomás Esson y Sergio Payares.
La pintora explica que la ventaja de ser autodidacta radica en la naturalidad con que se asume la creación, además de un uso de los colores liberado de las normas de la academia. “Tienes ideas que tú a veces no sabes cómo te nacieron,” añade.
Astrid pasó gran parte de su niñez en Cuba, y ya en su adolescencia la familia regresó a Chile. Desde 2005 radica en Miami donde, según cuenta, toma tiempo y esfuerzo abrirse paso en una numerosa comunidad de artistas.
En el camino al triunfo, Astrid define la promoción de su obra artística como “un trabajo individual”, que ha realizado a través de su Facebook y su página web.
