Papa Francisco: el servicio a los demás no puede ser ideológico

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Resumen de lo acontecido en misa del Papa Francisco en la Plaza de la Revolución

Francisco no dejó de poner en guardia sobre las tentaciones que encontramos en el camino, como la “tentación del servicio que se sirve a sí mismo en nombre de lo nuestro”.

El Papa Francisco dijo durante la primera misa que ofició en la Plaza José Martí de La Habana, en el segundo día de su visita a Cuba, y ante la presencia de miles de fieles y peregrinos, que el servicio a los demás no puede ser ideológico, que no se sirve a ideas sino a personas particulares.

El pontífice apuntó que se debe servir al vecino y al hermano e hizo un llamado para que los cubanos no descuiden al hermano por proyectos seductores que se olvidan de quien sufre al lado.

En su homilía, el papa argentino rindió además un homenaje a los cubanos: "un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas".

"Es un pueblo que tiene heridas, como todo pueblo, pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza", expresó Francisco.

Por otra parte, el Papa alertó sobre la “tentación del servicio que se sirve a sí mismo en nombre de lo nuestro”.

¿Quién es el más importante? Jesús es simple en su respuesta: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Quien quiera ser grande, que sirva a los demás, no que se sirva de los demás.

La invitación al servicio posee una peculiaridad a la que debemos estar atentos. Servir significa, en gran parte, cuidar la fragilidad, dijo Francisco y destacó que "cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo. Son los rostros sufrientes, desprotegidos y angustiados a los que Jesús propone mirar e invita concretamente a amar. Amor que se plasma en acciones y decisiones".

Todos estamos llamados por vocación cristiana al servicio que sirve y a ayudarnos mutuamente a no caer en las tentaciones del «servicio que se sirve». Todos estamos invitados, estimulados por Jesús a hacernos cargo los unos de los otros por amor. Y esto sin mirar al costado para ver lo que el vecino hace o ha dejado de hacer. Jesús nos dice:

«Quien quiera ser el primero, que sea el último y el servidor de todos». No dice, si tu vecino quiere ser el primero que sirva. Debemos cuidarnos de la mirada enjuiciadora y animarnos a creer en la mirada transformadora a la que nos invita Jesús.

Este hacernos cargo por amor no apunta a una actitud de servilismo, por el contrario, pone en el centro de la cuestión al hermano: el servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la «padece» y busca su promoción. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas.

Antes de terminar la prédica dijo que "no nos olvidemos de la Buena Nueva de hoy: la importancia de un pueblo, de una nación; la importancia de una persona siempre se basa en cómo sirve la fragilidad de sus hermanos" y finalizó diciendo - «Quien no vive para servir, no sirve para vivir».

Misa en la Plaza de la Revolución