"Mujeres desafiando al emperador Castro", intelectuales valoran surgimiento de las Damas de Blanco

Una de las primeras marchas de las Damas de Blanco. AP Photo/Jorge Rey

Diecisiete años después del nacimiento de las Damas de Blanco, el 30 de marzo de 2003, nuevas generaciones de activistas, periodistas independientes e intelectuales, opinaron a Radio Televisión Martí que el movimiento no solo implicó un desafío por el espacio público en Cuba, sino una búsqueda del restablecimiento de una ciudadanía apoyada en diferentes valores a los infundidos por el castrismo.

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Aniversario de las Damas de Blanco


“El primer valor del surgimiento de las Damas de Blanco, a mi entender, fue impedir que la libertad de los 75 opositores cubanos, encerrados en 2003 por Fidel Castro, quedara como una reivindicación de la comunidad internacional y el exilio, sin ningún eco en la población cubana dentro de la isla”, indicó el historiador Boris González Arenas.

Las Damas de Blanco se fundaron en un contexto en el que 75 opositores y periodistas independientes esperaban en los cuarteles de la policía política de diferentes provincias por condenas de entre 13 y 27 años.

Acerca de este momento el escritor Waldo Fernández Cuenca señaló: “yo era muy joven y no tenía vínculos con la oposición. Recuerdo la primera vez que alguien me habló de las Damas de Blanco, me dijo que su causa era justa, esta persona se identificaba con el régimen y esa opinión me llamó la atención”.

“Son miles las anécdotas represivas que acumulan estas mujeres en casi dos décadas y su causa es de una gran vigencia”, recalcó Fernández Cuenca, “todavía hay más de un centenar de personas privadas de libertad por razones de opinión en la Isla”.

En los salones de espera del Estado Mayor del Departamento de Seguridad del Estado, conocido como Villa Marista, en La Habana, las esposas de los entonces todavía detenidos decidieron asistir el domingo 30 de marzo a la Iglesia de Santa Rita, vestidas de Blanco, y a la salida de la misa matinal, caminar por el Paseo de la Quinta avenida, en silencio, como protesta por los arrestos.

Al respecto, el ensayista y poeta, residente en Praga, Carlos Alberto Aguilera comentó que éste fue un movimiento cívico que, antes de ellas, hubiera sido impensable, sin embargo, esas mujeres con su sola presencia y una marcha hasta la iglesia quebrantaron al aparato despótico”.

“Mujeres desafiando al emperador Castro. Mujeres no intelectuales, mujeres de barrio, amas de casa. Ellas obligaron al régimen a mostrar públicamente su violencia”, resaltó Aguilera.

Al templo de Santa Rita, abogada de las causas difíciles, ya acudían desde años atrás las mujeres del Comité de Madres Leonor Pérez, formado por familiares de presos políticos anteriores al 2003.

“Pero la Primavera Negra dio carácter nacional a este tipo de iniciativas. Entre las mayores dificultades de la oposición dentro de la isla ha estado generar iniciativas y acciones de alcance nacional y las Damas de Blanco lo consiguieron de manera contundente”, apuntó González Arenas.

Las Damas de Blanco llegaron a ser, con el tiempo, el grupo de la oposición más conocido por el cubano de a pie, sus marchas silenciosas por las calles de La Habana rompieron las barreras de la desinformación montadas por el sistema represivo cubano desde 1959.

“No se me olvida nunca la primera vez que las vi, yo andaba por la calle Infanta y pasaron junto a mí, con sus gladiolos en las manos y las fotos de los prisioneros políticos en sus pulóveres blancos. No emitían ningún reclamo, aun así, mucha gente les daba ánimo, recordó el fotorreportero Rudy Cabrera Arcia. “Dentro de la oposición cubana hay un antes y un después de las Damas de Blanco”.

Y una nueva generación de activistas ha crecido desde que las Damas de Blanco aparecieran.

“Cuando ocurrieron los encarcelamientos de la Primavera Negra, yo solo contaba con 10 años de edad. Hoy a mis 26 años y con la dicha de pertenecer a la oposición organizada me siento orgullosa como mujer por lo que, a pesar de la despiadada represión continúan, hicieron y continúan haciendo las Damas de Blanco”, destacó Gretchen Alfonso, miembro de la Unión Patriótica de Cuba.

Pocos movimientos en Cuba han logrado la visibilidad nacional e internacional que lograron las Damas de Blanco, expresó González Arenas y añadió “Fue también la plataforma de exaltación de dos liderazgos de leyenda, el de Laura Pollán y el de Berta Soler. Una maestra y una empleada de salud”.

“Que el horror fuera combatido por mujeres salidas de la docencia y los hospitales es una de las lecciones más hermosas que puede legar el movimiento a la historia de nuestro país y que sigan teniendo en la actualidad un carácter nacional a pesar de la despiadada represión del gobierno de Raúl Castro, pone a las Damas de Blanco a la par de las más importantes organizaciones de reivindicación de la Libertad en Cuba “subrayó el historiador.