Madre e hija cubanas esperanzadas con moratoria de 100 días a las deportaciones

Jessica y su madre juntas en Cuba

Hace mucho que perdió el sueño y no deja de pensar en su hija Jessica Victoria Gil, a punto de cumplir dos años de reclusión en un centro de detención para extranjeros sin documentos en el estado de Luisiana, en Estados Unidos.

Desde su casa ubicada en una modesta barriada de Sancti Spíritus, cercana a Paseo de Norte, relata en conversación con Radio Televisión Martí el calvario de tener a una hija en circunstancias de cautiverio desde que el 18 de abril de 2019, a las 8:30 pm, se lanzó al cruce del Río Bravo.

El 2 de abril de 2019, Jessica abordó un avión rumbo a Managua, Nicaragua, y de ahí transitó el resto de Centroamérica hasta llegar a Ciudad Juárez, México, colindante con El Paso, Texas.

“He pasado por tanto, he sufrido tanto porque es mi única hija, ya no tengo lágrimas”, dijo Gliselda Gil que no halla la palabra precisa para describir sus miedos e inseguridades.

En El Paso, Texas, su hija, hoy de 31 años, fue detenida por los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP) y enviada a un centro para migrantes, donde permaneció 47 días y pasó la entrevista de miedo creíble ante un agente de asilo de la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS), en base a su temor manifiesto de regresar a Cuba.

“Entonces el 2 de junio la trasladan para el Centro de Procesamiento de LaSalle, en la ciudad de Jena, en el estado de Louisiana. Ahí, comparece ante un magistrado que en tres audiencias diferentes le niega la libertad bajo fianza, el “parole” y la solicitud de asilo político, dictamen que ella apeló y le fue ratificada la negativa el 7 de mayo”, explicó Gliselda.

Ahora, madre e hija tienen la esperanza de un cambio en el estado de las cosas, tras el anuncio del gobierno de Joe Biden de suspender por 100 días las deportaciones de ciertos inmigrantes bajo custodia del gobierno.

"Las dos estamos muy entusiasmadas con esta disposición. Ojalá sirva para que liberen, no solo a ella, sino a muchos que llevan hasta dos años retenidos”, dijo Gliselda.

Jessica Victoria Gil, En detención en Louisiana

"Durante 100 días, a partir del 22 de enero de 2021, el Departamento de Seguridad Nacional suspenderá las deportaciones de ciertos no ciudadanos que hayan sido ordenadas", detalló en un comunicado el secretario interino, David Pekoske, nombrado por el presidente Joe Biden.

La razón, dijo Pekoske, es "garantizar" que Estados Unidos tenga "un sistema migratorio justo y eficaz centrado en proteger la seguridad nacional, la seguridad fronteriza y la seguridad pública", por lo que ordenó "revisar y reiniciar" los protocolos.

En entrevista por teléfono desde el South Louisiana Correctional Center, la joven dentista, egresada de la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus en 2012, dijo que su prolongada detención le parece injusta e insólita, pues asegura no tener antecedentes penales dentro ni fuera del país.

“Ha cumplido una condena de 648 días como si fuera una criminal”, comentó su madre.

La pausa de las deportaciones se suma a la suspensión de las inscripciones al programa "Permanezcan en México", que estipulaba el regreso a México de los migrantes que iniciaron un proceso de asilo en Estados Unidos.

Gliselda, madre de Jessica

“Ya yo temo hasta por su salud mental, aunque ella me vende que está bien, yo sé que no puede estar bien, privada de su libertad, una niña que estudió tanto y que tanto puede aportar a la sociedad estadounidense”, expresó la mujer que labora en la Empresa Provincial de Productos Lácteos de Sancti Spíritus.

El temor de la pandemia

Cuando Griselda habla del centro de detenciones donde está su hija lo llama "La Ciudad Perdida" y lo menciona con un susto en la garganta, no solo por la lejanía sino también por el temor a la pandemia.

“Mi única niña, que te puedo decir, hoy temo por que se infecte con el coronavirus, todo es posible y nadie hace nada por ella”, dice.

Hasta el 15 de enero último, en los 75 centros de detención que tiene el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en todo el país, habían recluidos 14,715 extranjeros, de los cuales 575 han dado positivos al COVID-19 y se encuentran en régimen de aislamiento, según cifras oficiales de esta entidad.

Superación personal

Durante su reclusión la estomatóloga trabaja en la cocina y en su largo tiempo de reclusión no ha desaprovechado la posibilidad de superación que ofrece el sistema.

CErtificado de superación obtenido por Jessica


“Ha pasado dos cursos, uno de comunicación social y otro de diversidad. Además, habla perfectamente el inglés”, comentó con orgullo y veneración su madre.

“Esperamos que las autoridades entiendan que no hay necesidad de mantener a una joven migrante presa en espera de la deportación”, apuntó.

Los inmigrantes de algunos países, como México, son generalmente deportados en una o dos semanas después de la orden judicial. En otros casos, ICE no puede proceder a retornar a personas de ciertas nacionalidades porque sus países de origen no los aceptan. También es posible que ICE no pueda obtener la documentación necesaria para ejecutar el proceso.

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El amor todo lo puede

Jorge Javier Sánchez Acosta, su novio desde Cuba, salió de la isla rumbo a Ecuador y hace cinco años que es residente legal en EEUU, donde se ha asentado en Houston, en el estado de Texas.

Y como prueba de amor, le pidió matrimonio a su amada en prisión.

“El 20 de febrero de 2019, a las 10.30 am, en el correccional La Salle, nos casamos”, dijo el joven electricista.

Según la ley migratoria, todo residente permanente puede reclamar a su cónyuge e hijos solteros.

“Ya no se siente sola ni abandonada”, expresó Javier que ya inició el trámite correspondiente para junto a su amada comenzar una nueva vida en EEUU.