Ley de Ajuste Cubano llegó para quedarse

Your browser doesn’t support HTML5

Exiliados debaten cambios a la llamada Ley de Ajuste Cubano

Juristas y analistas políticos afirman en simposio académico, que no hay indicios de que la Ley de ajuste cubano vaya a sufrir cambios en un futuro previsible.

La Escuela de Derecho de la Universidad Internacional de la Florida fue escenario en la noche del lunes de un seminario en el que se debatió el futuro de la Ley de Ajuste Cubano a la luz de la nueva emigración procedente de la isla y la polémica surgida en torno a si los recién llegados merecen o no acogerse a los privilegios de dicha legislación.

El panel compuesto por los profesores de la facultad de derecho, José Gabilondo y Juan Carlos Gómez, así como el miembro de la junta de directores de este centro docente, el abogado Pedro A. Freyre, llegaron a la conclusión de que la Ley de Ajuste Cubano no será modificada ni derogada en un futuro previsible.

Esa conclusión se fundamenta en los siguientes argumentos: 69 por ciento de los cubano-americanos apoyan la ley a pesar del provecho económico que obtiene el gobierno de la isla fomentando un éxodo silencioso de cubanos que tras acogerse al Ajuste se convertirá en una fuente de ingresos para La Habana. Aun así, manifestaron Freyre y Gómez, el exilio sigue siendo solidario con la emigración cubana y no parece dispuesto a negar a otros cubanos la oportunidad de hacerse residentes, sobre todo cuando nada ha cambiado en Cuba.

Pero fue Gabilondo el que amplió las implicaciones del Ajuste Cubano más allá de su evidente propósito. Primero, es una ley promulgada por el Congreso de Estados Unidos, por lo tanto no puede sufrir cambios por un mero decreto presidencial. Y segundo, forma parte de una compleja estrategia diplomática.

“La Ley de ajuste cubano forma parte de una lógica total en cuanto a la relación de Estados Unidos y Cuba; tiene que ver con el embargo. Y me parece que en lugar de cambiar una parte tienes que mirar la totalidad de la política exterior y no sólo alguna de sus partes.”

En cualquier caso, como ya he citado en otra ocasión, el Ajuste Cubano constituye un dilema y como tal es un problema con dos soluciones, ninguna de las cuales será completamente aceptable.

Freyre estuvo de acuerdo. “Es un dilema muy difícil. Y yo, como cubano-americano que vine con mis padres en los años sesenta me cuesta trabajo abogar que a los nuestros nos quiten un privilegio extraordinario que tenemos.”

Gómez fue más rotundo. “Allá sigue un mismo gobierno, la misma violación de derechos humanos, el mismo éxodo de personas desde los años sesenta. No entiendo por qué cambiar nada mientras siga el mismo gobierno en Cuba.”

El seminario contó con la presencia de numerosos estudiantes de este centro docente, gente joven interesada en conocer mejor el origen de la Ley de ajuste cubano, legislación que se hizo necesaria para normalizar el estatus migratorio de cientos de miles de cubanos empujados al exterior por el régimen absolutista instalado en la isla; proverbial válvula de escape para deshacerse de opositores e indeseable. La opinión de los expertos es unánime: No hay indicios de que la Ley de ajuste cubano vaya a sufrir cambios en un futuro previsible.