Entre los años 1918 y 1919, a nivel mundial se disparó una pandemia de influenza que se mal nombró la "gripe española".
Existen teorías de que esta pandemia comenzó en China (igual que el coronavirus), pero algunos científicos apuntan a Francia y otros señalan que se inició en una base militar estadounidense, en la primavera de 1918, donde cayó enfermo un soldado, el primer caso registrado como “gripe española".
La razón para el nombre equivocado es porque la pandemia comenzó durante de la Primera Guerra Mundial, en la cual España se mantuvo neutral durante todo el conflicto, por lo que la prensa española tuvo la libertad y los recursos de cubrir la pandemia con más énfasis. Además, el Rey de España Alfonso XIII contrajo la enfermedad.
La gripe española dejó más de 50 millones de muertos en todo el mundo.
Se especula que la gripe llegó a Cuba en el otoño del 18, cuando arribó al puerto de La Habana un buque español con enfermos a bordo. El doctor Juan Guiteras Gener, Director de Sanidad y Beneficencia en la capital cubana, tomó ciertas medidas, como aislar a los pacientes del resto de la población, al igual que seguir estrictos códigos de higiene personal. El director enfatizó en la importancia del lavado de las manos.
A pesar de las normas prescritas Cuba sufrió la pérdida de más de 5,000 vidas en el 1918 y otras 1,400 en 1919. Mundialmente la pandemia arrasó, dejando más de 50 millones de fallecidos.
Entre los sobrevivientes de la pandemia estuvieron dos presidentes estadounidenses Woodrow Wilson y Franklin D. Roosevelt, además del creador Walt Disney, la pintora Georgia Okeefe, Clementine Churchill la esposa del primer ministro inglés Winston Churchill, el emperador de Etiopia Haile Selassie, las actrices Mary Pickford y Lillian Gish, el Kaiser alemán Guillermo y el Rey español Alfonso XIII.
Algunas similitudes de la gripe española de 1918 con la epidemia de coronavirus de las que podemos aprender:
- El distanciamiento es importante en contener la pandemia
- La falta de información o la información manipulada resulta en desconfianza de las fuentes, sean gubernamentales o de la prensa. La desconfianza del pueblo resulta en caos.
- El seguimiento de códigos estrictos de higiene personal es fundamental en la estrategia para contener la propagación del virus
Además de los avances médicos que existen hoy para detectar y suprimir el coronavirus contamos con el elemento de la conectividad mediática, pero en 1918 la gripe española tomó al mundo por sorpresa.