La Cuba posterior al 11 de julio es radicalmente diferente, asegura informe

Observatorio Cubano de Conflictos destaca masividad de protestas en la isla en su informe de julio. (Foto OCC)

Durante el mes de julio algo más de 187,000 cubanos participaron en múltiples protestas a lo largo toda la isla, un escenario que ha dado paso a "una Cuba radicalmente diferente", aseguró este lunes el Observatorio Cubano de Conflictos en su informe mensual.

Apunta el organismo que lo más significativo este mes no es el incremento en la cantidad de protestas en el país, sino la masividad de la participación.

Esto representa, según el informe, un incremento de 11,687%. Una simple comparación muestra que en el mes de junio participaron 1,600 cubanos en manifestaciones antigubernamentales, la mayoría en protestas individuales.

En julio ocurrieron en Cuba 584 protestas públicas, en comparación con 249 en junio, añade el documento.

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De las protestas en julio, 435 (74 %) se relacionaron con derechos políticos y civiles, y las restantes 149 (26 %) estuvieron vinculadas a la exigencia de derechos económicos, sociales y culturales, dice el estudio.

El Observatorio señala que las consignas más repetidas por los manifestantes fueron de naturaleza política y antisistema, entre ellas "¡Libertad!, ¡Abajo la Dictadura! y ¡Patria y Vida!".

En julio hubo un promedio de más de 18 protestas diarias, para un crecimiento del 234% respecto al mes anterior (8 diarias).

Para la organización, las protestas del 11 y 12 de julio transformaron a Cuba. "Fueron protestas masivas que involucraron a más de 187,000 ciudadanos de todas las provincias del país con consignas de clara tendencia antisistema", subrayó.

Según el informe, en 11 meses los cubanos han pasado de las críticas y lamentos en circuitos íntimos de confianza a las protestas en redes y espacios públicos y, finalmente, en julio, a una insumisión masiva.

Los días 11 y 12 de julio, un total de 49 capitales de provincias y pueblos fueron escenario de protestas antigubernamentales y antisistema que involucraron a miles de ciudadanos de todas las edades, razas, profesiones, niveles culturales y género, dijo el OCC.

Esta insumisión nacional por espacio de 48 horas –en algunos lugares por más tiempo– fueron precedidas y seguidas, durante todo el resto del mes, por protestas también públicas, aunque fuesen de menor dimensión, grupales o individuales, añade el reporte.

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"Los gritos de “¡Asesino!” al Comandante de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez, en Palma Soriano, son la prueba más evidente de que el cubano ha perdido el miedo. Ramiro Valdés ha sido el Ministro del Interior más temido en Cuba y uno de los mayores represores del régimen. Sin embargo, ese miedo no impidió gritos colectivos de “¡Asesino!” en su cara, al que una vez advirtió de los peligros que presentaba Internet para la casta en el poder definiéndola como un “potro que había que domar”, dice el informe.

Según el OCC, con las protestas del 11J ​"la casta militar ha comprobado que la ciudadanía ha perdido el miedo al aparato represivo, por lo que ahora acuden al terror. Esta es una guerra contra todo el pueblo".

El reporte detalla que la represión gubernamental ya no es solo dirigida a las organizaciones opositoras "porque el desafío principal viene de los ciudadanos". El método represivo ahora es masivo, subraya: "redadas barriales, golpizas, sentencias expeditas".

El informe concluye que la "Cuba posterior al 11 de julio es radicalmente diferente. Los ciudadanos han conocido que muchos de sus vecinos piensan igual que ellos y que el pueblo tiene poder real si se decide a usarlo. Los opresores despertaron: el desprecio que sentían por la población se ha tornado en miedo. La dictadura no podrá restablecer la “normalidad” previa al 11 de julio. Se abre una nueva etapa" para la isla.