Perspectiva de la peor zafra en Cuba amenaza con reducir la cuota de azúcar de la bodega

Una bodega en La Habana.

La industria azucarera cubana ha emprendido camino hacia su peor temporada, según informes y fuentes de medios oficiales, lo que amenaza con hacer mella en el crecimiento económico y el orgullo nacional.

Se prevé que la cosecha de 2022 esté muy por debajo del mínimo histórico del año pasado, según datos oficiales y dos expertos azucareros locales.

Actualmente se está quedando al menos un 30% por debajo de la meta del gobierno comunista de 900.000 toneladas.

La cosecha del año pasado de 800.000 toneladas métricas de azúcar sin refinar fue la cifra más baja desde 1908 y solamente el 10% de un máximo de 8 millones de toneladas producidas en 1989.

El azúcar, que fue el orgullo de Cuba, es fundamental para la producción de ron y el ingreso de divisas.

"El gobierno tendrá que importar y tal vez recortar la cuota de azúcar de la ración mensual de alimentos. Las panaderías tendrán que luchar para hacer dulces", dijo un experto en azúcar consultado por Reuters, quien prefirió no revelar su nombre.

El Gobierno había apostado por un pequeño aumento en la producción de azúcar para cumplir su objetivo de un crecimiento del 4% este año, luego de que la economía se contrajo más del 11% en 2020 y creció un 2% en 2021, reduciendo los recursos disponibles para ingenios y plantaciones.

En un intento por revivir el otrora histórico sector, el vicepresidente cubano, Salvador Valdés Mesa, recorrió el país en febrero instando a los trabajadores de los ingenios, agricultores y cortadores de caña a producir más.

La cosecha suele comenzar en noviembre y se extiende hasta mayo, pero este año la mayoría de los ingenios abrieron en diciembre y principios de enero debido a la falta de repuestos y caña.

"No recuperarán el tonelaje perdido y lo más probable es que se retrasen aún más, ya que los problemas son estructurales y de larga data", dijo un experto azucarero local.

Cuba había destinado este año 500.000 toneladas de azúcar para el consumo interno y planeaba vender a China 400.000 toneladas, como parte de un acuerdo permanente con el país asiático.