El ilustrador francés Lapin observó a los cubanos para dibujar su "Cuaderno de Cuba" (editorial Malpaso), una guía turística "personal" sobre la isla.
De su exploración de 21 días entre febrero y marzo de 2014, Lapin pudo definir dos grandes intereses dentro de la sociedad cubana, los de los jóvenes que buscan una apertura y los “viejos” que se apegan al modelo socialista.
“Los jóvenes aspiran a vivir como los yumas y llevan camisetas de los Yankees o el corte de pelo de Ronaldo, mientras que los ancianos son nostálgicos de la revolución, recitan poemas de José Martí y elogian al partido”, dijo entrevistado por El Cultural.
"Quería explorar esa máquina de viajar en el tiempo por la que circulan antiguallas americanas entre vestigios arquitectónicos coloniales y art decó", confesó el artista pero en realidad descubrió más…
“Me enamoré de la isla y quiero volver pronto para estudiar con más detalle sus contrastes. La riqueza de Cuba es su gente, culta y amable a pesar del oscurantismo impuesto por la censura”.
"Mientras retrataba a algunos cubanos, me sorprendió cómo criticaban al partido y al "viejo" delante de mí. Creo que desde que Raúl Castro lidera el país, la vigilancia no es tan dura y que se permiten unas bromas. Como en la película Conducta, de Ernesto Daranas, que vi durante mi estancia y que hace referencia a la falta de renovación de la clase política cubana".