Falleció el senador republicano Orrin Hatch, amigo de la libertad y la democracia en Cuba

El senador Sen. Orrin Hatch llega a una audiencia en el Comité Judicial del Senado, en enero de 2019. (AP/Andrew Harnik/File)

El senador en retiro de Estados Unidos Orrin Hatch, amigo de la causa por la democracia en Cuba, falleció este sábado a los 88 años. Se opuso a la reanudación de las relaciones con el régimen de La Habana y al regreso del entonces niño Elián González a la Isla.

Al hacer el anuncio de su muerte, la Fundación Hacth recordó que el senador republicano por Utah trabajó bajo la administración de siete presidentes en sus 42 años como miembro del Senado de los Estados Unidos, donde ocupó la presidencia pro tempore de ese organismo.

Cuando se jubiló, en 2019, Hatch había “aprobado más leyes que cualquier otro senador vivo”, patrocinando o copatrocinando más de 750 proyectos de ley que luego se convirtieron en ley y ocupado numerosos puestos de liderazgo.

“Fue uno de los pocos senadores en la historia que se desempeñó como presidente de tres comités senatoriales importantes: el Comité Senatorial de Trabajo y Recursos Humanos (ahora llamado Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones, 1981- 1987), el Comité Judicial del Senado (1995-2001; 2001; 2003-2005) y el Comité de Finanzas del Senado (2015-2019)”, según la fundación.

El comunicado precisó que falleció el sábado por la noche en Salt Lake City, pero no mencionó la causa del deceso.

Cuando el presidente Barack Obama, en diciembre del 2014, decidió poner en marcha el acercamiento hacia el régimen de Cuba, en un proceso que ha quedado para la historia como el deshielo de las relaciones entre los dos países, el senador Harch fue de los primeros en manifestarse en contra.

“La decisión del presidente de iniciar conversaciones para normalizar las relaciones con Cuba es una muestra más de la costumbre de su administración de apaciguar a nuestros adversarios. Una y otra vez, el presidente Obama ha basado su política exterior en la noción de que, si simplemente acomodamos las demandas de los regímenes problemáticos, cesarán su comportamiento perturbador”, escribió el senador en una declaración difundida por su despacho.

“Aún más inquietante, el anuncio del presidente constituye un cambio fundamental de nuestra política de décadas, reafirmada por las administraciones republicanas y demócratas, de aislar al régimen cubano debido a su represión del pueblo cubano. No cabe duda de que el régimen cubano continúa asfixiando a la democracia y violando los derechos humanos fundamentales. Como muchos de mis colegas, sigo comprometido con una política hacia Cuba que continúa ejerciendo presión sobre el régimen de Castro hasta que el pueblo cubano sea libre”, indicó el senador.

En 1999, el cubanito Elián González niño se convirtió en un nombre conocido en el mundo. Su madre murió en una travesía marítima irregular hacia Estados Unidos, pero el niño fue encontrado aferrado a una balsa a 3 millas de la costa de Fort Lauderdale y llevado a Miami, donde fue acogido por familiares mientras que su padre, Juan Miguel González, luchó durante meses para llevarlo de regreso a Cuba.

En aquella oportunidad, el senador Hatch presidió una audiencia del Comité Judicial del Senado sobre el tema y en una parte de su intervención dijo: "Si Elián crece en la isla-cárcel del dictador cubano Fidel Castro, nunca podrá expresar sus puntos de vista políticos en público, nunca podrá elegir lo que puede leer y nunca tendrá la libertad de venir aquí otra vez".

La Fundación Hatch lo define como hombre de sabiduría, amabilidad, carácter y compasión.

“Fue un ejemplo de una generación de legisladores educados en los principios de cortesía y compromiso, y encarnó esos principios mejor que nadie. En una nación dividida, Orrin Hatch ayudó a mostrarnos un mejor camino al forjar amistades significativas en ambos lados del pasillo. Hoy, más que nunca, haríamos bien en seguir su ejemplo. Que honremos la memoria de Orrin viviendo como él vivió: comprometidos con nuestro país, con nuestros principios y entre nosotros”, comentó A. Scott Anderson, presidente de la Fundación Hatch.