Combatientes del grupo Estado Islámico (EI) se apoderaron de una importante base aérea en el noreste de Siria el domingo, con lo que eliminaron el último puesto de control del gobierno en una provincia dominada por la milicia extremista, informaron activistas y medios estatales.
Los extremistas lanzaron una ofensiva largamente anunciada la semana pasada para apoderarse de aeródromo de Tabqa, que se localiza a 45 kilómetros (25 millas) del bastión de los extremistas en la ciudad de Raqqa. La base aérea fue una de las instalaciones gubernamentales más importantes de la zona, que albergaba varios escuadrones de aviones de guerra, helicópteros, tanques, artillería y municiones.
Tras varios esfuerzos infructuosos por superar los muros de la instalación en días recientes, combatientes del Estado Islámico lograron introducirse y tomar el aeródromo el domingo, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, organización con sede en Londres. Pese a la ofensiva aérea del gobierno para hacer retroceder a los atacantes los yihadistas rápidamente aplastaron los focos de resistencia y mataron a decenas de soldados.
"Algunos elementos de las tropas del régimen sirio se retiraron y ahora el Estados Islámico está en control pleno de Tabqa", dijo el director del Observatorio, Rami Abdurrahman. "Esto hace que la provincia de Raqqa sea la primera que el gobierno ha perdido por completo".
Otra agrupación de activistas, el Comité Local de Coordinación, también informó que los extremistas tenían el control de la provincia.
La agencia estatal de noticias SANA confirmó que el gobierno perdió la base aérea y dijo que sus tropas "se están reagrupando exitosamente tras evacuar el aeropuerto".
Combatientes del Estado Islámico habían tratado de apoderarse de la base desde semanas atrás. Su éxito final provocó un baño de sangre.
Desde que se apoderó de buena parte del territorio en el norte de Irak en junio y anunció la creación de un califato, el Estado Islámico ha tenido éxito al tomar el control en un amplio territorio del noreste de Siria.
Ha tomado los puestos de control que mantenían otros grupos rebeldes en la provincia de Deir el-Zour, fronteriza con Irak, además de que se ha apoderado sistemáticamente de bases en el noroeste, decapitando a los comandantes del ejército y milicianos pro gubernamentales, y luego exhibiendo sus cabezas.