Tras largas horas de espera y discusión, la jefatura de la prisión Melena 2, en la provincia Mayabeque, permitió a Dayana Aranda Batista la visita familiar a su esposo, el preso político Juan Enrique Pérez Sánchez.
Aranda Batista se había rasurado las cejas, días atrás, para protestar, ante las autoridades penitenciarias, contra el castigo que padecía el preso político, confinado en celda de aislamiento y ese, precisamente, fue el pretexto que usaron los mandos del penal para prohibir el encuentro del reo con su familia.
“No me dejaban entrar porque decían que eso era una forma de incitar a otra manifestación. Yo mantuve mi posición de que no me iría hasta ver a Juan Enrique. Era su visita, la que le correspondía. Pero para lograr entrar estuve muchas horas”, relató la mujer a Martí Noticias.
A finales de febrero, Pérez Sánchez se había cosido la boca, una acción usada por presos en todo el mundo para denunciar malos tratos de los funcionarios o hacer constar una huelga de hambre.
“A él lo metieron en celda de castigo porque encontraron droga en su destacamento y querían echarle la culpa. Hay muchos presos comunes ahí donde lo tienen a él. Han intentado ya ponerle cuchillas, pastillas. Eso lo hacen los presos comunes enviados por guardias de la prisión para levantarle una nueva causa. Por eso él decidió manifestarse y se volvió a coser la boca”, señaló Aranda Batista.
Por su acto cívico, el preso político fue internado por cinco días en una celda de castigo, sin agua, sin alimentos, sin colchón, en ropa interior y sin frazada o sábana para protegerse de las bajas temperaturas que por esos días imperaron en la región occidental de Cuba, donde está ubicado el penal.
El aislamiento prolongado constituye uno de los castigos más fuertes para los encarcelados. Las Reglas Mandela establecen que, debido al efecto perjudicial sobre el bienestar físico y mental de la persona, el aislamiento sólo debe utilizarse en circunstancias excepcionales.
Esta es la segunda vez que el preso político se cose los labios. Antes, lo hizo el 30 de septiembre, usando unos alambres, para protestar por los abusos en su contra.
Lee también "Cuatro puntadas con alambre en la boca, a sangre fría", así protesta preso político cubano condenado por el 11J“Decidí rasurarme las cejas en los días que estuvo Juan Enrique en celda de castigo, que no me permitían verlo. Él lleva casi un año con las cejas quitadas, vestido de blanco y descalzo, como una protesta permanente por su injusto encierro”, explicó Aranda.
El 11 de julio de 2023, Pérez Sánchez entró, en la mañana, al comedor de la cárcel, vestido de blanco, sin zapatos y con un cartón que por un lado decía "abajo la dictadura" y por el otro, "era tanto el hambre que nos comimos el miedo", la misma frase que portaba en un cartel cuando salió a las calles a protestar en 2021.
De 41 años, y padre de cuatro hijos menores de edad, fue condenado a ocho años de privación de libertad por los supuestos delitos de desórdenes públicos, desacato y sabotaje por su participación en las históricas demostraciones en Nueva Paz, Mayabeque.
El Gobierno cubano aseguró que las protestas del 11 y 12 de julio de 2021 fueron una tentativa de derrocar la revolución y culparon a Estados Unidos de estar detrás de lo ocurrido, así como de los problemas económicos que provocaron las protestas.