Al recordar que muchos gobiernos criticaron a La Habana por no permitir los viajes a los cubanos, pide El País ahora que "no deberían cerrarles la puerta".
El diario español El País publica este miércoles un editorial dedicado a la reforma migratoria en Cuba, que comenzó el pasado lunes 14. En el mismo se indica que la misma "ha causado aglomeraciones en las oficinas del DIE (Departamento de Inmigración y Extranjería) de todo el país", pues "muchos cubanos tienen ansias de salir, temporal o definitivamente".
Recuerda el rotativo que con esta nueva medida "incluso los que se marcharon de forma ilegal pueden volver, de visita o, lo que es menos probable, para quedarse", e insiste que esta es una de las medidas "de mayor calado del régimen cubano de los últimos años".
Sin llegar a compararla con la caída del muro de Berlín, reconoce el editorial que este paso dado por las autoridades cubanas "no es en aras de la libertad, sino como consecuencia de su estrepitoso fracaso económico y social. El sistema castrista, incluso facilitando ahora la proliferación de autónomos, no tiene capacidad para dar empleo o siquiera alimentar a los cubanos".
Y el incentivo de los viajes, por el prisma del régimen, es "viajar, aunque sea para regresar con dólares o euros en sus bolsillos". La última palabra en materia de permiso para viajar queda del lado de las autoridades cubanas, pues "se reserva la potestad de denegar el pasaporte por cuestión de “interés público” o de “defensa y seguridad nacional”.
Al recordar que muchos Gobiernos criticaron a La Habana por no permitir los viajes a los cubanos, pide El País ahora que "no deberían cerrarles la puerta".
Recuerda el rotativo que con esta nueva medida "incluso los que se marcharon de forma ilegal pueden volver, de visita o, lo que es menos probable, para quedarse", e insiste que esta es una de las medidas "de mayor calado del régimen cubano de los últimos años".
Sin llegar a compararla con la caída del muro de Berlín, reconoce el editorial que este paso dado por las autoridades cubanas "no es en aras de la libertad, sino como consecuencia de su estrepitoso fracaso económico y social. El sistema castrista, incluso facilitando ahora la proliferación de autónomos, no tiene capacidad para dar empleo o siquiera alimentar a los cubanos".
Y el incentivo de los viajes, por el prisma del régimen, es "viajar, aunque sea para regresar con dólares o euros en sus bolsillos". La última palabra en materia de permiso para viajar queda del lado de las autoridades cubanas, pues "se reserva la potestad de denegar el pasaporte por cuestión de “interés público” o de “defensa y seguridad nacional”.
Al recordar que muchos Gobiernos criticaron a La Habana por no permitir los viajes a los cubanos, pide El País ahora que "no deberían cerrarles la puerta".