"El ingreso es en vano", cubanos alarmados por la proliferación del dengue y la falta de recursos en hospitales

Pacientes en el cuerpo de guardia del Hospital Universitario General Calixto García. La Habana. (Amanecer Habanero - ICLEP)

Keililly de la Mora Valle, una joven activista cienfueguera, tuvo que ser hospitalizada por dos días cuando se infectó con dengue.

"Empecé con fiebre, de 38, 39, 40, luego vino la diarrea y los vómitos. Fui al hospital y allí me pusieron un suero con una aguja para inyecciones porque no tienen las adecuadas para canalizar la vena. El [contenedor] del suero lo tuve que colgar yo misma de una ventana porque no hay soportes", dijo.

“El hospital estaba lleno de personas, y lo está todavía, porque estoy nuevamente aquí, no había reactivos para hacer conteo de plaquetas. A los enfermos los ingresan cuando tienen sangramiento o porque están muy mal porque no hay espacio ni condiciones para hospitalizar. A mí me ingresaron porque resolví en la calle el reactivo para el conteo de plaquetas, y las tenía muy bajas, en 130”, precisó.

“Pero el ingreso es en vano porque no hay nada con que curar la enfermedad, con que aliviar al paciente: un suero de glucosa y ranitidina para el estómago. No hay nada para bajar la fiebre o calmar el dolor de cabeza. Yo, por mi casa, compré en el mercado negro en 180 pesos, duralgina y una vecina me regaló un paracetamol”.

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Los casos de dengue en Cuba

Entretanto, las autoridades de salud han dado instrucciones a los pacientes con dengue para que acudan a los hospitales si tienen molestias fuertes.

“Y ahora comencé con malestar otra vez, tengo rashes en el cuerpo y fiebre y dicen los médicos que tengo otro tipo de dengue, que hay cuatro tipos o que quizás lo que tuve, antes, fue COVID-19 y ahora dengue”, lamentó De la Mora.

El Ministro de Salud Pública de Cuba, José Ángel Portal, señaló a finales de julio que circulan en Cuba los cuatro serotipos del virus.

La enfermera Regla Burunate, de Colón, Matanzas, considera que su municipio ha sido uno de los más azotados por el dengue.

“Es necesario tener recursos para poderlo combatir, desgraciadamente, con frecuencia no hay trokan (catéter), ni soluciones hidratantes, ni reactivos para realizar las pruebas de plaquetas y hematocritos, por eso la gente regresa a sus casas sin un diagnóstico certero”, dijo.

En una reunión del Grupo temporal de trabajo del gobierno para la prevención y el control de la COVID-19, la viceministra primera de Salud Pública Tania Margarita Cruz Hernández explicó que del domingo 31 de julio al sábado 6 de agosto se reportó transmisión de dengue en 13 provincias, 25 municipios y 37 áreas de salud.

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Como Keililly, miles de cubanos alarmados por la proliferación del dengue tratan de minimizar el riesgo de contagio, luchando para reducir los hábitats de reproducción del mosquito en aguas estancadas, tanto en casas como en los barrios.

“Los ríos están secos y sucios. El agua viene completamente impura y en muchas ocasiones con larvas de mosquitos. Eso es cuando viene. Por eso tenemos que recoger agua y guardarla, pero no contamos con los recipientes adecuados para almacenarla porque no los venden en las tiendas del Estado. No hay hipocloritos para limpiar el agua, ni siquiera los pececitos que nos daban para echarlos en los tanques. Es decir, no tenemos condiciones para almacenar el agua”, indicó la opositora Yolanda Carmenate, desde Las Tunas.

“La cantidad de mosquitos que hay dentro de la casa es una tortura, dijéramos una pesadilla cuando quieres dormir. Igual no puedes sentarte o estar parada sin moverte, porque te comen viva y no puedes encender el ventilador porque no hay corriente eléctrica”, acotó Carmenate.

El subdirector del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de Las Tunas, Aldo Cortés González, expuso a la prensa estatal que, de 2057 focos del mosquito identificados en el último período, el 98 por ciento pertenecen a depósitos en el interior de las viviendas.

La viceministra de Salud informó que, en la semana pasada, se procesaron 17 mil 534 muestras para el diagnóstico de la enfermedad con una positividad de 53,8%.

“Son muchísimos los casos. En otros años en los cuales se ha fumigado y se ha hecho el trabajo básico o elemental de fumigación y de precaución con el dengue ha habido epidemia y en este momento el gobierno dice que no hay. Ya veremos cuál va a ser el resultado”, denunció el historiador y periodista independiente Boris González Arenas, residente en la capital cubana.

“La verdad es que me dan muy poca confianza las estadísticas sobre el número de enfermos. La manipulación del número de enfermos que hace el gobierno cubano es muy grande y no tiene ni que llegar al departamento de Estadística, con el hecho de que no haya reactivos en los policlínicos o con el hecho de que no haya las pruebas, o los test suficientes para determinar si un paciente que llega con fiebre y con dolor de cabeza tiene efectivamente dengue; ya el dato queda como encubierto o difícil de precisar”, agregó.

La Habana continúa registrando el mayor número de casos de dengue, seguida de las provincias de Holguín, Guantánamo, Camagüey y el Municipio Especial Isla de la Juventud.

“Todos los casos de dengue que vayan a fallecer este año o muchos, van a ser ‘supuestamente’. A eso súmale que las personas en Cuba tratan de no ir al hospital, a menos que se sientan muy mal. Si les da una gripe, una fiebre, no van. Eso pasó con la COVID y va a pasar con el dengue. Y es que los servicios de salud en Cuba están tan deteriorados, tan faltos de insumos y un hospital es un lugar sucio, apestoso, en la mayoría de los casos, que los cubanos, sencillamente, esperan a pasar las crisis en sus casas y eso por supuesto agrava el cuadro de salud cuando ya llegan al hospital en un estado muy grave o prácticamente en las últimas etapas de la vida”, señaló González Arenas.

De acuerdo a informaciones en las redes sociales, durante julio y lo que va de agosto, el dengue ha cobrado la vida de al menos nueve personas, cuatro de ellas niños.