Estados Unidos y Gran Bretaña valoran nuevas sanciones a Rusia

  • Agencias

Crisis in Ukraine

El puerto estratégico de Mariupol sería uno de los puntos de conflicto, ya que de apoderarse de la ciudad, Rusia podrían establecer un corredor terrestre entre su territorio continental y la península anexionada de Crimea.

En medio de nuevos combates entre el gobierno y rebeldes en el este de Ucrania, Estados Unidos y Gran Bretaña se han reunido hoy para valorar posibles sanciones contra Rusia tras el fracaso del alto al fuego convenido hace una semana.

Sin embargo, los aliados se plantean si aumentar las presiones sobre la economía rusa, que significa mucho más para Europa debido a sus lazos comerciales. El secretario de estado norteamericano John Kerry y el ministro británico de Relaciones Exteriores Phlip Hammond responsabilizaron a Moscú de los ataques entre militares ucranianos y los separatistas prorrusos. Kerry acusó además a los rusos de cinismo por haberse apoderado de terreno en Ucrania predicando la paz.

El puerto estratégico de Mariupol sería uno de los puntos de conflicto, ya que según Ucrania está amenazado por un refuerzo de equipos bélicos de los rebeldes apoyados por Rusia. De apoderarse de la ciudad, Rusia podrían establecer un corredor terrestre entre su territorio continental y la península anexionada de Crimea.

Para Kerry, "lo que ocurre con respecto a Mariupol es sencillamente inaceptable y por eso estamos hablando de sanciones adicionales, esfuerzos adicionales". Su mensaje al gobierno de Vladimir Putin fue claro: "No vamos a jugar este juego. No vamos a quedarnos sentados y participar en este tipo de comportamiento extraordinariamente cobarde a expensas de la soberanía e integridad de una nación".

Horas antes, las fuerzas ucranianas reportaron que los ataques recientes habían dejado como resultado un soldado muerto y 40 heridos y que disparos de mortero habían impactado en los suburbios de Mariupol. Mientras, los rebeldes rusos dijeron que Ucrania había atacado 15 sitios durante la noche incluidos algunos en Donetsk, la mayor ciudad en poder de los separatistas.

Pese a que Ucrania, Rusia, Alemania y firmaron la semana pasada un cese de fuego seguido del retiro de armas pesadas de las líneas del frente, los observadores internacionales no han reportado que se cumpliera.

Todo esto sucede un año después de la huida a Rusia del presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich y la llegada al poder de la antigua oposición proeuropeísta. Los gobiernos de Kiev y Moscú se enfrentan hoy a una batalla de gestos por ese motivo. Para unos, es el aniversario de una revolución popular, mientras que para Moscú el de un golpe de Estado contra un presidente democráticamente elegido.

En medio de demostraciones de poderío militar y de declaraciones enfrentadas, el derrocado Yanukóvich reapareció en varias televisiones anunciando su intención de regresar a Ucrania "para liderar un movimiento de protestas y participar en la defensa de la población".

"En cuanto tenga la posibilidad, volveré y haré todo lo que esté en mis manos para aliviar la situación en Ucrania", declaró Yanukóvich, de 64 años, en el Canal Uno de la televisión rusa. En otra entrevista, el exlíder ucraniano también pidió a las nuevas autoridades del país que "dejen de humillar a la población del este de Ucrania" y que "garanticen la autonomía" de las regiones orientales, gran parte de las cuáles están controladas por las milicias separatistas.

Ucrania ha pedido a Rusia repetidamente la detención del expresidente y la Interpol ha emitido una orden de búsqueda internacional por una serie de delitos financieros que le imputa la Justicia de su país.