Esposa de triple asesino confeso estaba lista para esperarlo en Cuba

Robert Durst, en la serie de HBO sobre su vida (y muertes).

Debrah Lee Charatan estuvo en Cuba hace dos meses en un "viaje de pueblo a pueblo" , y cuando su marido Robert Durst fue arrestado el sábado, tras hacer una involuntaria confesión de sus crímenes a HBO, ella estaba a punto de viajar a la isla.

La agente de bienes raíces Debra Lee Charatan estaba en la Florida el pasado fin de semana, lista para volar a Cuba desde Miami, pero desechó el viaje cuando supo que su marido, Robert Durst, había sido arrestado en Nueva Orleans, informa el diario The New York Post.

El propósito de la captura fue impedir que Robert Durst, contra quien la policía de Los Ángeles dictó una orden de arresto, se refugiara en la isla huyendo de la justicia estadounidense.

La tarde del pasado sábado, autoridades policiales estadounidenses irrumpieron en una habitación de un hotel del Barrio Francés de Nueva Orleans en busca de Durst, hospedado bajo un nombre ficticio en el JW Marriott local, antes de la transmisión del último episodio de una serie de la cadena HBO, donde Durst, sin proponérselo, confiesa que cometió los tres crímenes de los que se hizo sospechoso desde 1982.

En una audiencia en Nueva Orleans temprano el lunes, con grilletes en las manos y los pies, el hijo millonario de 71 años del ya fallecido urbanizador neoyorquino Seymour Durst sonreía a los periodistas, apenas horas después de que apareciera confesando sus culpas en el episodio final de la serie documental de HBO The Jinx: The Life and Deaths of Robert Durst (La maldición: La vida y las muertes de Robert Durst).

Micrófono abierto

Durante una sesión de grabación con los realizadores, Durst entró en el baño de su apartamento, al parecer sin darse cuenta de que su micrófono seguía grabando, y entre sollozos se dijo a sí mismo: "Ahí lo tienes: Te atraparon". Momentos después añadió: "¿Qué diablos hice? ¡Matarlos a todos, por supuesto!".

Sus tres probables víctimas habrían sido su esposa Kathleen, misteriosamente desaparecida en 1982 luego de pedirle el divorcio; su amiga y portavoz Susan Berman, encontrada muerta a balazos en su residencia de Los Ángeles en 2000, mientras la policía procuraba interrogarla sobre la desaparición de Kathleen; y Morris Black, un vecino suyo en Galveston, Texas.

Durst reconoció haber matado y desmembrado en 2001 a Black, un anciano residente en la misma casa de huéspedes donde él se ocultaba haciéndose pasar por una mujer muda. Sin embargo, sólo pagó tres años de cárcel por otros cargos menores, tras alegar que lo hizo en defensa propia.

Hasta su confesión en la serie de HBO, Durst había asegurado que era inocente de los otros dos crímenes. La orden de arresto expedida por el Departamento de Policía de Los Ángeles le vincula a un asesinato en primer grado, que fuentes cercanas a la investigación identifican como el de Berman. Esta última era hija de un mafioso de Las Vegas.

A confesión de parte... siempre queda Cuba

Una fuente policial dijo al New York Post que los investigadores creían que Durst planeaba escapar de un proceso judicial huyendo a Cuba.

Entre Cuba y Estados Unidos existe un antiguo tratado bilateral de extradición firmado en 1904 por los Gobiernos de Theodore Roosevelt y Tomás Estrada Palma, pero en la práctica dejó de aplicarse en 1960, al deteriorarse las relaciones con el Gobierno de Fidel Castro.

Eso ha convertido a la isla de gobierno comunista en un santuario favorito de fugitivos de la justicia de Estados Unidos, desde cubanos estafadores del Medicare y falsificadores de tarjetas de crédito hasta el renombrado financista norteamericano Robert Vesco. Vesco era buscado por un fraude de $220 millones en una firma mutualista cuando se refugió en Cuba en 1982. Allí permaneció hasta su muerte en una prisión cubana en 2007.

Charatan se aprestaba a viajar a Cuba para esperar a Robert Durst tras la confesión de éste captada por HBO.

Una fuente de la industria de bienes raíces de Nueva York indicó al diario neoyorquino que Durst iba a volar a Cuba desde la Florida, posiblemente con Charatan. Ella controla las propiedades residenciales de su marido en Harlem y Brooklyn.

Si no conseguían viajar juntos, la pareja había planeado encontrarse en La Habana, aseguró la fuente.

Otra fuente dijo al New York Post que Charatan, de 58 años había estado en la isla hace un par de meses con una organización caritativa judía, aparentemente preparando la huida.

Horas antes del arresto en Nueva Orleans, aterrizó en La Habana el primer vuelo directo desde esa ciudad de Louisiana desde 1958.