En un gesto olímpico de gran potencia, Ecuador hizo pública su renuncia de “manera irrevocable” a las preferencias arancelarias (Atpdea, por sus siglas en inglés) con Estados Unidos. “Ecuador no acepta presiones ni amenazas de nadie y no comercia con los principios ni los somete a intereses mercantiles por importantes que estos sean”, expresó Fernando Alvarado, secretario de la cartera de Comunicación.
El gobierno del país andino lo atribuyó a un posible “chantaje” por la decisión de estudiar el asilo al filtrador de documentos norteamericano, Edward Snowden. Alvarado también hizo un ofrecimiento insólito a Estados Unidos: una ayuda económica de USD 23 millones, similar a las que obtenía por las preferencias arancelarias, para brindar capacitación sobre derechos humanos en ese país.
El canciller Ricardo Patiño se pronunció en Twitter sobre la decisión de su gobierno y la calificó de “contundente declaración”, y ligó a la ATPDEA con conceptos como: doble moral, espionaje y falta de derechos humanos.
Las reacciones de algunos empresarios no se ha hecho esperar. El presidente de la
Federación de Cámaras de Comercio de Ecuador, Blasco Peñaherrera, consideró “irresponsable” la decisión del Gobierno de renunciar a las preferencias arancelarias andinas.
En declaraciones ofrecidas a la agencia EFE, Peñaherrera comentó: “Es un anuncio irresponsable que única y exclusivamente está inspirado en intereses políticos, ideológicos y no en lo que deben estar basadas las decisiones de un mandatario, que es en el bienestar de la gente”.
El Atpdea beneficia con el acceso libre de aranceles al mercado más grande del mundo a la mayoría de los productos de Perú, Colombia, Bolivia y Ecuador. El anuncio del gobierno ecuatoriano es hecho un día después de que la legisladora republicana por Florida, Ileana Ros-Lehtinen, apoyara el retiro de las preferencias arancelarias a Ecuador, y otras represalias, si el país andino ofrece el asilo a Snowden, presuntamente atrapado en una zona de tránsito de Moscú desde el pasado domingo.
Otros empresarios ecuatorianos temen que la decisión “irresponsable” de Ecuador haga que EE.UU. revise el otro sistema de preferencias arancelarias SGP. Ellos temen que se cierren las puertas al mercado estadounidense, al que Ecuador exporta anualmente unos 11.000 millones de dólares, de los cuales 8.000 millones son petroleras, y 3.000 millones corresponden a productos no petroleros.
El gobierno del país andino lo atribuyó a un posible “chantaje” por la decisión de estudiar el asilo al filtrador de documentos norteamericano, Edward Snowden. Alvarado también hizo un ofrecimiento insólito a Estados Unidos: una ayuda económica de USD 23 millones, similar a las que obtenía por las preferencias arancelarias, para brindar capacitación sobre derechos humanos en ese país.
El canciller Ricardo Patiño se pronunció en Twitter sobre la decisión de su gobierno y la calificó de “contundente declaración”, y ligó a la ATPDEA con conceptos como: doble moral, espionaje y falta de derechos humanos.
Las reacciones de algunos empresarios no se ha hecho esperar. El presidente de la
Federación de Cámaras de Comercio de Ecuador, Blasco Peñaherrera, consideró “irresponsable” la decisión del Gobierno de renunciar a las preferencias arancelarias andinas.
En declaraciones ofrecidas a la agencia EFE, Peñaherrera comentó: “Es un anuncio irresponsable que única y exclusivamente está inspirado en intereses políticos, ideológicos y no en lo que deben estar basadas las decisiones de un mandatario, que es en el bienestar de la gente”.
El Atpdea beneficia con el acceso libre de aranceles al mercado más grande del mundo a la mayoría de los productos de Perú, Colombia, Bolivia y Ecuador. El anuncio del gobierno ecuatoriano es hecho un día después de que la legisladora republicana por Florida, Ileana Ros-Lehtinen, apoyara el retiro de las preferencias arancelarias a Ecuador, y otras represalias, si el país andino ofrece el asilo a Snowden, presuntamente atrapado en una zona de tránsito de Moscú desde el pasado domingo.
Otros empresarios ecuatorianos temen que la decisión “irresponsable” de Ecuador haga que EE.UU. revise el otro sistema de preferencias arancelarias SGP. Ellos temen que se cierren las puertas al mercado estadounidense, al que Ecuador exporta anualmente unos 11.000 millones de dólares, de los cuales 8.000 millones son petroleras, y 3.000 millones corresponden a productos no petroleros.