El director de la CIA, Mike Pompeo, confirmó el jueves que fuerzas estadounidenses dieron muerte a "un par de cientos" de mercenarios rusos en Siria, en un contraataque ocurrido a principios de este año que ─ según dijo─ envió una señal clara a Moscú.
Pompeo hizo la revelación mientras testificaba ante el Senado, que tendría que confirmar su candidatura para el puesto de Secretario de Estado, propuesta por el presidente Donald Trump después de que destituyera a Rex Tillerson.
Cuestionado acerca de la política de Estados Unidos hacia Rusia y lo que los demócratas consideran un enfoque débil hacia Moscú, Pompeo dijo que los legisladores necesitan mirar más allá de las sanciones para comprender toda la gama de conflictos y presiones.
Puso como ejemplo la escaramuza ocurrida en febrero pasado. Informaciones de prensa indican que mercenarios rusos, que parecen estar respaldados por el Kremlin y que combaten junto a las tropas del gobierno sirio en su batalla contra los insurgentes respaldados por Estados Unidos, intentaron ganar terreno en un área donde estaban fuerzas norteamericanas.
Un contraataque liderado por las ropas de Estados Unidos rechazó la ofensiva.
Pompeo no entró en detalles, pero dijo que "un par de cientos" de los efectivos rusos murieron en la acción.
En febrero el sitio de noticias Bloomberg había reportado, citando a fuentes anónimas estadounidenses y rusas, que "más de 200 mercenarios, en su mayoría rusos que luchaban en nombre del líder sirio Bashar al-Assad, murieron en un ataque fallido contra una base y refinería en manos de fuerzas estadounidenses y respaldadas por Estados Unidos en la rica región petrolera de Deir Ezzor", en el este del país. "En términos del recuento total de cadáveres, el funcionario de EE. UU. estimó la cifra de muertos en alrededor de 100, con entre 200 y 300 heridos", dijo Bloomberg.
Según la nota, el alto mando militar ruso aseguró que no había autorizado esa operación.
[Con información de Washington Times y Bloomberg]