Iglesia católica en encrucijada en Cuba

El periódico destaca que el cardenal Jaime Ortega ha cabildeado en Washington para que se levante las sanciones contra Cuba.

Un editorial del diario The Washington Post se pregunta si la visita del Papa Benedicto XVI a la isla puede dar esperanzas a los cubanos.
A propósito de la próxima visita del Papa a Cuba, el periódico estadounidense The Washington Post destaca en un editorial el aumento de las detenciones políticas en la isla y dice que si Benedicto XVI y el cardenal cubano Jaime Ortega se preocupan por tales hechos no dan muchas señales que lo confirmen.

El Post destaca que “hasta ahora el Pontífice no ha dado respuesta a peticiones de las Damas de Blanco y de grupos disidentes que buscan (reunirse) unos pocos minutos (con él) durante los tres días que estará en Cuba”.

Sin embargo, Benedicto XVI ha programado “dos reuniones con Raúl Castro y ha hecho saber que estará “disponible” si Fidel Castro desea reunirse con él”, puntualiza el diario.

También añade que “el cardenal Ortega pidió a la policía expulsar a 13 disidentes que habían ocupado la semana pasada una iglesia en La Habana, en un intento por presionar al Papa a conversar con los Castro sobre derechos humanos”.

El editorial dice que no sorprende la frialdad de la jerarquía católica hacia los activistas prodemocráticos. “La Iglesia ayudó a negociar la liberación de más de 100 prisioneros políticos y no puso objeciones cuando la mayoría fueron presionados para que emigraran a España”, apunta.

Menciona además que “el cardenal (Ortega) ha cabildeado en Washington a favor de que se relajen las sanciones de EE.UU. a Cuba, (y) el mismo Papa pidió en un discurso el viernes el levantamiento del embargo contra Cuba”.

Refiriéndose a las reformas adoptadas por el gobierno cubano, subraya que la democracia no pinta nada en la estrategia de Raúl Castro, quien aspira a que “Cuba seguirá el camino de Vietnam o China, abriendo lo suficiente la economía para estabilizar un régimen de un solo partido. Eso puede funcionar para el cardenal Ortega, pero no satisfará a la oposición en Cuba”, precisa.

Tras señalar que para evitar una mala imagen el Papa podría reunirse con las Damas de Blanco y presionar a los Castro para que liberen a los presos políticos y al contratista estadounidense Alan Gross, el Post afirma que está bien que el Vaticano apoye cambios en Cuba, pero “hace mal en suponer que eso sucederá sin mayor presión sobre el régimen y sin cooperar con los opositores pacíficos”.