Una estadounidense que estuvo en Cuba cuando la visita del papa Benedicto XVI dice que el gobierno de la isla no puede anular la naturaleza humana.
Por mucho que el gobierno de Cuba quiera, le resulta muy difícil suprimir el deseo del pueblo cubano de prosperar, según el testimonio de una estadounidense que recientemente estuvo de visita en La Habana.
Tiziana Dearing viajó a la isla el mes pasado con un grupo de líderes empresariales de la ciudad de Boston como parte de la delegación religiosa que acompañó al cardenal estadounidense Sean O´Malley durante la visita del papa Benedicto XVI a Cuba.
En un artículo publicado en el diario electrónico Huffingtonpost, Dearing afirma que después de ésta, su primera visita que hace a Cuba, regresó a EE.UU. con la idea de que no es una locura concebir para los cubanos las reformas democráticas que el presidente Barack Obama pide para la isla.
La ejecutiva señala que en la misa que dio el papa en la Plaza de la Revolución en La Habana, el contraste de los guardaespaldas de apariencia opresiva que acompañaban a Raúl Castro con la muchedumbre pronunciando cánticos religiosos fue “simbólico” de todo lo que vio durante su estancia en la capital.
“Un gobierno puede intentar desmantelar sistemáticamente los recursos (de un pueblo) para levantar su nivel de vida, pero de cualquier manera la gente encontrará vías para conseguirlo”, dice.
Dearing discrepa del punto de vista de aquellos que señalan que luego de tener un gobierno durante 50 años controlando la vida de la población y proporcionándole todo lo básico que necesita, “eso hace a la gente perezosa, complaciente y falta de imaginación”.
Lo que ella vio en La Habana, dice, le “confirma” su creencia de que el deseo de mejorar, de prosperar es parte del estado natural del ser humano. “Nacimos para ascender y queremos ascender”, señala, y a pesar de todo lo que vaya en contra, ese deseo de cualquier manera se “desbordará”.
Tiziana Dearing viajó a la isla el mes pasado con un grupo de líderes empresariales de la ciudad de Boston como parte de la delegación religiosa que acompañó al cardenal estadounidense Sean O´Malley durante la visita del papa Benedicto XVI a Cuba.
En un artículo publicado en el diario electrónico Huffingtonpost, Dearing afirma que después de ésta, su primera visita que hace a Cuba, regresó a EE.UU. con la idea de que no es una locura concebir para los cubanos las reformas democráticas que el presidente Barack Obama pide para la isla.
La ejecutiva señala que en la misa que dio el papa en la Plaza de la Revolución en La Habana, el contraste de los guardaespaldas de apariencia opresiva que acompañaban a Raúl Castro con la muchedumbre pronunciando cánticos religiosos fue “simbólico” de todo lo que vio durante su estancia en la capital.
“Un gobierno puede intentar desmantelar sistemáticamente los recursos (de un pueblo) para levantar su nivel de vida, pero de cualquier manera la gente encontrará vías para conseguirlo”, dice.
Dearing discrepa del punto de vista de aquellos que señalan que luego de tener un gobierno durante 50 años controlando la vida de la población y proporcionándole todo lo básico que necesita, “eso hace a la gente perezosa, complaciente y falta de imaginación”.
Lo que ella vio en La Habana, dice, le “confirma” su creencia de que el deseo de mejorar, de prosperar es parte del estado natural del ser humano. “Nacimos para ascender y queremos ascender”, señala, y a pesar de todo lo que vaya en contra, ese deseo de cualquier manera se “desbordará”.