Cuba y el reino de la hipocresía

Según el periódico, el régimen cubano no ha cambiado un ápice.

Así titula un editorial el diario argentino La Nación en el que critica a los países que callan frente a la falta de libertades en la isla.
Transcurrida ya más de una década de este siglo parece inconcebible que el régimen arcaico y autoritario que controla a Cuba pueda seguir avasallando las libertades civiles y políticas de sus ciudadanos, dice este lunes un editorial del diario argentino La Nación.

El periódico lamenta que “con total hipocresía muchos países de la región -incluido el nuestro, que presume de ser líder en el campo de la defensa de los derechos humanos- han asumido una actitud de pasividad y condonación respecto de la realidad cubana”.

Bajo el título de “Cuba y el reino de la hipocresía”, el editorial sostiene que “causa estupor e indignación” que personalidades públicas apoyen al régimen cubano “cuando los Castro tienen de rehenes a sus conciudadanos, oprimidos y sumidos al atraso”.

La Nación pregunta a quienes “adulan a los Castro” si accederían ellos a vivir en una isla “que no permite a sus habitantes salir de su propio país (…) con un sueldo promedio de quince mezquinos dólares mensuales (…) en un régimen de partido único, sin pluralismo alguno”.

También dice que resulta inaceptable sostener que la situación en la isla es “una cuestión interna de Cuba”, y que actitudes como esa “no hacen sino prolongar la tragedia de un pueblo largamente postergado que no tiene derecho a la libertad”.

Asegura que el escenario en Cuba “no ha cambiado un ápice”, y dice que hasta la propia visita del papa Benedicto XVI sería seguramente sólo la punta de un iceberg, y que habrá que esperar para constatar que los cubanos no queden defraudados por la Iglesia.

Tras indicar que el embargo de EE.UU. “permite a los Castro victimizarse y culpar al país del Norte de todos sus males”, el diario parafrasea al premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa cuando declaró que "el único bloqueo que tiene Cuba es el de Fidel Castro".

El editorial concluye afirmando que “cuando asumió Fidel Castro (en 1959), Cuba era el tercer país más próspero de la región. Hoy es el penúltimo. Esta es la lamentable y contundente realidad. No otra”, subraya.