Obispo Auxiliar de La Habana cree que acuerdo con EEUU traerá "paz y normalidad"

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Alfredo Petit-Vergel, Obispo auxiliar de la Archidiócesis de La Habana en Cuba.

Cuba ha sido un país lleno de obstáculos para la Iglesia y su mayor problema "ha sido la falta de sacerdotes y agentes pastorales" así como el "difícil acceso a los medios de comunicación".

El obispo auxiliar de la Archidiócesis de La Habana, Alfredo Petit-Vergel, afirma en una entrevista que la Iglesia cubana confía en que las nuevas relaciones diplomáticas con Estados Unidos lleven consigo la "esperanza de que el futuro traiga paz y normalidad entre las dos naciones".

En una entrevista concedida a la web española Ayuda a la Iglesia Necesitada, una fundación pontificia internacional con sede en Alemania, este sacerdote que ha servido como párroco y profesor del seminario de La Habana y fue nombrado Obispo por San Juan Pablo II en 1991 afirma que "los miembros de la Iglesia Católica de Cuba, como en otros lugares del mundo, son parte de la población cubana". También señala que "la Iglesia Católica no cuenta con privilegios especiales en la sociedad cubana".

Según Petit-Vergel, la Iglesia no debe tener un papel político en las cuestiones de una nación, ya que, "como en muchos otros países del mundo, solo busca espacio para predicar el Evangelio de Jesucristo".

Preguntado acerca de aquellos que sostienen que "el levantamiento del embargo da la victoria a un gobierno que sigue negando las libertades fundamentales", el Obispo Auxiliar afirma que esta "es una consideración pobre de la realidad cubana" y que es mejor "esperar a los acontecimientos futuros para ver quién está en lo cierto".

En estos últimos 50 años, declara también, Cuba ha sido un país lleno de obstáculos para la Iglesia, y su mayor problema "ha sido la falta de sacerdotes y agentes pastorales" así como el "difícil acceso a los medios de comunicación".

Aunque en la entrevista afirma que en estos momentos el Gobierno no controla las iniciativas de la Iglesia, sí que considera que el hecho de que siempre haya limitado el número de sacerdotes en el país a 400 ha traído consigo que nunca fueran suficientes para cubrir las necesidades pastorales de una nación con 11 millones de habitantes.

Ese es el principal objetivo de la Iglesia cubana para Petit-Vergel, que "debe encontrar formas de abordar la falta de sacerdotes y agentes pastorales", aunque también se enfrenta a "una necesidad económica", principalmente para suministrar medicinas y comida a los más pobres.