Cuba y EEUU discuten tema de compensaciones

  • Agencias

Compañía Cubana de Electricidad, la mayor reclamación de una compañía estadounidense confiscada: $267.5 millones.

Existen 5.911 reclamos registrados por parte de empresas o ciudadanos de EEUU, por propiedades expropiadas en Cuba, concesiones o bienes perdidos, en un paquete que según los propios interesados suma entre 7.000 y 8.000 millones de dólares.

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba entreabre una puerta para la discusión de los multimillonari0s pedidos de compensaciones por ambas partes, por propiedades expropiadas en Cuba o daños provocados por el embargo estadounidense.

Después de seis meses de negociaciones, los dos países restablecerán formalmente sus relaciones diplomáticas el lunes, iniciando así el lento y trabajoso proceso de remover los escombros de medio siglo de rompimiento, incluyendo el desmantelamiento del embargo estadounidense y la solución al difícil cuestión de las compensaciones.

El levantamiento del embargo será una tarea exclusiva del Congreso estadounidense y seguramente precisará un enorme esfuerzo por parte de la Casa Blanca, pero resolver los reclamos y compensaciones de lado a lado exigirá un acuerdo bilateral, entre dos interlocutores con una larga historia de desencuentros en cuestiones básicas.

Esta disputa reconoce su origen en la masiva nacionalización de empresas (extranjeras y cubanas) llevada a cabo por el entonces flamante gobierno de Fidel Castro ya a partir de 1960, empezando por grandes firmas estadounidenses y que en pocos años alcanzó propiedades particulares de emigrados.

Incontables cubanos aún recuerdan el histórico discurso de Fidel Castro el 6 de agosto de 1960 en el que enumeraba las empresas confiscadas -compañías de electricidad, firmas petroleras, centrales azucareras-, mientras la multitud coreaba "¡Se llamaba!" ante la mención de cada empresa extranjera pasada al control del estado.

Se trataba de la Ley 851 de 1960, que determinaba el poder del Estado de realizar la "expropiación forzosa" de propiedades y bienes en función de la "defensa del interés nacional". En uno de sus artículos, la ley establecía un plazo de 30 años para el pago por esas propiedades mediante la emisión de bonos de la república, posibilidad que Estados Unidos rechazó de inmediato. Con la salida de emigrantes hacia Estados Unidos, más tarde Cuba llevó adelante la llamada "reforma urbana", en que confiscó casas y edificios de apartamentos abandonados.

En 1965, Estados Unidos abrió una primera lista de reclamos por compensaciones en la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), un órgano dependientes del Departamento del Tesoro. Ese expediente se mantuvo abierto hasta 1972.

En la actualidad existen 5.911 reclamos registrados ante la OFAC por parte de empresas o ciudadanos estadounidenses y cubanos, por propiedades expropiadas en Cuba, concesiones o bienes perdidos, en un paquete que según los propios interesados suma entre 7.000 y 8.000 millones de dólares.
Por su parte, en noviembre de 1996 la Asamblea Nacional de Cuba aprobó la ley 80, en la que explícitamente reconoce esos reclamos y establece la "disposición" del gobierno cubano a "una adecuada y justa compensación por los bienes expropiados", que "podrán formar parte de un proceso negociador" entre los dos países.

El 1 de julio último, el gobierno de Cuba saludó en una nota la decisión de ambas administraciones de establecer el día 20 de julio para el restablecimiento de relaciones diplomáticas, pero adelantó que para llegar a la normalización de las mismas sería "indispensable", entre otras reivindiciones, que "se compense al pueblo cubano por los daños humanos y económicos provocados por las políticas de los Estados Unidos".
Resulta difícil mensurar el impacto de medio siglo de embargo económico y financiero estadounidense a Cuba, pero las estimaciones no arrojan una cifra inferior a los 100.000 millones de dólares, según la cancillería cubana, y que de alguna forma tendrá que ser negociada entre Washington y La Habana.

Wayne Smith, exjefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, dijo a AFP que "resolver eso no será fácil, pero al menos no es una calle de dirección única. Es un asunto mayúsculo que tendrá que ser resuelto". Smith recordó que cuando se desempeñaba en La Habana llegó a discutir el asunto con dirigentes cubanos y llegó a la conclusión que "de alguna forma es bueno que tengamos reclamos recíprocos. Tendremos que ver como nos ponemos de acuerdo sobre qué es un entendimiento justo y como lo hacemos. Pero siendo una vía de ida y vuelta ya ayuda".

El escenario presenta situaciones insólitas. El neurocirujano cubano americano Javier García, por ejemplo, señala que el estado cubano expropió un apartamento de propiedad de su familia, y que, al cabo de los años, ese apartamento pasó a ser ocupado por... un funcionario estadounidense de la Sección de Intereses en La Habana. "El Departamento de Estado ha estado ocupando un apartamento desde 1977 en un edificio de mi propiedad (en La Habana) sin mi permiso y sin pagarme", se quejó García hace apenas dos semanas en el Congreso estadounidense.

El ex secretario estadounidense de Comercio Carlos Gutiérrez (nacido en La Habana en 1953) dijo esta semana durante una conferencia ante el Atlantic Council en Washington que muy posiblemente la solución al complejo expediente de las compensaciones será adoptar un abordaje radical. "Si vamos a permanecer concentrados en el pasado, estaremos en ésto otros 50 años. Ahora se trata de mirar al futuro", lanzó, sugiriendo que los dos países proyecten una nueva relación que deje atrás cinco décadas de conflicto.