Unos 40 migrantes cubanos desembarcaron el lunes en la noche en Sugarloaf Key, Florida, con lo que suman 60 los refugiados procedentes de la isla en 48 horas, dijeron medios locales.
El masivo arribo incluyó al menos a una niña de cuatro años, dijeron funcionarios de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
La niña al parecer fue la única que llegó mostrando signos de "deshidratación y mareos", dijo otro medio local, que aludió a que recibió atención médica. El resto del grupo estaba en buena condición de salud.
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Trece hombres llegaron el domingo pasado a Cayo Largo en una “rústica embarcación de un solo motor”, dijo a la prensa el supervisor de la Patrulla Fronteriza, Adam Hoffner. Los migrantes dijeron a los agentes que pasaron cuatro días en el mar.
Unas horas después, el lunes por la mañana, otros nueve cubanos llegaron a North Key Largo, a bordo de otra rústica embarcación de un solo motor. Estos hombres dijeron que la travesía les había tomado seis días.
También el lunes en la mañana llegaron a tierra tres cubanos por Key Colony Beach.
Tras tocar tierra estadounidense, es muy probable que todos estos emigrantes cubanos puedan acogerse a la Ley de Ajuste Cubano, en virtud de la regla de “pies mojados/pies secos”.
Los que no consiguen pisar tierra y son interceptados en el mar, son generalmente repatriados a la isla en virtud de los acuerdos migratorios entre los dos países que están vigentes desde 1995.
La estampida de cubanos se ha disparado tras el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU.
"Nunca he visto tantos a la vez", dijo Francisco Pérez, jefe del batallón de de Bomberos del condado Monroe, Sugarloaf Key. "Estaban muy contentos de vernos", agregó refiriéndose a uno de los grupos recién llegados.
Muchos temen que las relaciones entre los viejos enemigos pongan fin a la beneficiosa y exclusiva política migratoria que disfrutan los cubanos desde hace más de medio siglo.
Además del arribo por mar, miles de cubanos han entrado a EEUU tras insólitas travesías por tierra a través de Centroamérica.
Ecuador y Colombia concentran actualmente los mayores cuellos de botella de una crisis migratoria que parece no tener fin en el corto plazo, según expertos.