Disputa por el legado de Alfredo Guevara

  • Agencias

Alfredo Guevara, habla con periodistas el 4 de diciembre de 2011, durante una conferencia de prensa donde fue reconocida su labor frente al ICAIC.

"Entraron en nuestra casa sin avisarnos previamente, sin motivo alguno y sin estar nosotros en el país", dijo Claudia Guevara, nieta del intelectual cubano.
Dos meses después del fallecimiento del intelectual y político cubano Alfredo Guevara la familia y las autoridades de la isla se enfrentan por su legado, en especial sus obras de arte, documentos y libros valiosos, según informa The Associated Press.

Las autoridades de Patrimonio Cultural realizaron un sorpresivo inventario en la casa de Guevara y detectaron que al menos tres cuadros valiosos están desaparecidos.

Los herederos de Guevara, que se encuentran fuera del país, cuestionaron la medida y acusaron al gobierno de realizar un allanamiento a la vivienda violentando puertas, acarreando objetos y sin dar explicaciones de lo ocurrido.

La nieta del intelectual, Claudia Guevara declaró a la agencia AP a través de mensajes electrónicos su desconcierto ante lo ocurrido.

"Entraron en nuestra casa sin avisarnos previamente, sin motivo alguno y sin estar nosotros en el país", agregó la mujer, una actriz y modelo que reside en México.

Cineasta, comunista de la primera hora, Guevara fue uno de los primeros colaboradores de los hermanos Fidel y Raúl Castro cuando éstos eran jóvenes rebeldes, para posteriormente convertirse en un pilar de la política cultural de la isla y su proyección en todo el continente. Falleció el 19 de abril a los 87 años de un infarto.

"Al conocer la denuncia efectuada el pasado jueves (27 de junio) acerca de personas que entraban y salían en horas de la noche de la casa de Alfredo Guevara y a sabiendas de que en esa vivienda existen bienes culturales, se presentaron en el lugar agentes de la policía", explicó Gladys Collazo, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.

Collazo ofreció estas declaraciones a la revista oficialista "La Jiribilla" saliendo al cruce de los comentarios y opiniones que circularon en la isla y el extranjero esta semana sobre el ingreso a la casa de la fuerza pública.

"La familia... no se encuentra en el país y estábamos muy preocupados por la eventual pérdida o sustracción de bienes patrimoniales", agregó Collazo. "Nuestra posición desde el primer momento es la de proteger el patrimonio".

Pero los Guevara reaccionaron con indignación y críticas. "Me encantaría que alguien se comunicara y me dijera qué hemos hecho mi hermano y yo que somos los propietarios y herederos legítimos junto a mis padres, para que saquen todas nuestras pertenencias y nos cambien hasta las cerraduras de las puertas", expresó Guevara.

La brigada de policía y los funcionarios de patrimonio -unas 22 personas según miembros de la familia Guevara- entraron a la vivienda el sábado y el domingo todavía permanecían adentro.

La joven Guevara indicó que ellos trataron de comunicarse con el ministro de Cultura, Rafael Bernal, y el ex titular de esa cartera, el prestigioso escritor Abel Prieto, pero no fueron atendidos.

La versión de las autoridades, en tanto, es que los vecinos denunciaron la semana pasada que personas desconocidas sacaban cosas del domicilio y por eso intervinieron.

"Le garantizo que de mi casa no sacaron (personas desconocidas o por orden de la familia) ni un alfiler", expresó Claudia Guevara, al indicar que durante el tiempo en que la familia no está en la isla se queda una empleada de confianza. "Todo estaba bajo llave y cuando llegaron a hacer el inventario tuvieron que violentar las puertas", añadió.

En cambio, las autoridades indicaron que la persona encargada en la casa les permitió el acceso y colaboró con el inventario sin que hubiera que usar la violencia.

La AP llegó hasta la dirección -una amplia vivienda de dos plantas pintada de rojo ladrillo y de cuidado jardín- en el Vedado capitalino el miércoles por la tarde y fue atendida por un hombre que no pudo ofrecer detalles sobre la familia o los sucesos del fin de semana.

Otro punto encontrado en las versiones de las partes es que Collazo indicó que los herederos habían sido informados sobre la declaración que hace parte del patrimonio a los bienes del fallecido intelectual tras su deceso, lo que los obliga a inscribir las obras en 60 días hábiles.