Las FARC atacan oleoductos y trenes en Colombia

  • Agencias
Narcoguerrilleros de las FARC dinamitaron dos oleoductos en el sur de Colombia y lanzaron una bomba contra un tren carbonífero.
Los ataques de las FARC son los primeros contra la infraestructura del país luego de que concluyó una tregua unilateral declarada por los rebeldes al inicio de un diálogo de paz, dijeron el martes las autoridades. Con estos ataques se suspendió el bombeo de petróleo por las tuberías, pero no interrumpieron la operación del tren, precisaron fuentes de las empresas afectadas.

Al inicio de la negociación de paz con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, el grupo rebelde declaró un cese al fuego unilateral de dos meses que concluyó el domingo.

Inicialmente, rebeldes de las FARC activaron el domingo una bomba en el Oleoducto Transandino, cerca del municipio de Orito, en el selvático departamento del Putumayo fronterizo con Ecuador, en un ataque que provocó derrame de crudo y un incendio, informó una fuente de Ecopetrol.

Horas después, guerrilleros del mismo grupo rebelde destruyeron con explosivos cuatro tramos de un pequeño oleoducto que sirve para sacar crudo de varios pozos del departamento del Putumayo hasta un centro de almacenamiento, desde donde luego es
transportado a través del Transandino, precisó la fuente de Ecopetrol.

Oficiales del Ejército y de la Policía responsabilizaron de los ataques a los oleoductos a las FARC, grupo rebelde que tiene una importante presencia en esa región selvática del sur del país sudamericano.

Por otra parte, fuentes militares dijeron que guerrilleros del mismo grupo, considerado terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, lanzaron el lunes en la noche una bomba al paso de un tren carbonífero de Cerrejón en el departamento de la Guajira, en el noreste de Colombia.

La empresa Cerrejón informó que el ataque no provocó víctimas fatales ni heridos y que la operación del tren es normal.

Pese al diálogo de paz que comenzó en noviembre, en los meses previos a esa fecha la guerrilla intensificó los ataques contra los oleoductos y la infraestructura económica del país de 46 millones de habitantes.