Cierran La Habana, pero siguen las colas

Cola para comprar productos en dólares en La Habana.

La Habana amaneció este lunes en “fase cero”, como llaman con ironía sus residentes a lo que el gobierno denomina “etapa de transmisión autóctona limitada” del COVID-19, lo que implica una drástica reducción del transporte público, mayor vigilancia y control de la población y el aislamiento de localidades enteras que aún sufren los embates de una escasez prolongada.

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El ministro cubano de Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, informó que durante el mes de agosto se entregará a la población dos libras de papas por persona. El funcionario dijo, además, que el país cuenta con productos para abastecer los mercados en medio del repunte de coronavirus que enfrenta.

Sin embargo, residentes de La Habana entrevistados por Radio Televisión Martí alertan que el desabastecimiento de alimentos continúa siendo crítico, e incluso ya alcanza a las tiendas que venden en dólares.

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Habaneros: Escasez "sigue siendo crítica" y ya alcanza a tiendas en dólares

Señalan, además, que las enormes colas que hay que hacer diariamente para adquirir productos esenciales exponen a la población al contagio, aunque según Reinaldo García Zapata, gobernador de la capital, el incremento de los casos en la urbe se debe a “la actitud negligente de ciudadanos que no cumplen las regulaciones establecidas”.

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“Los responsables de la falta de comida son ellos, los revendedores son ellos y los abusadores son ellos, el gobierno cubano lo controla todo, recuerden que revendían el petróleo que le mandaban los rusos y luego desde Venezuela. Los primeros días de inauguradas las tiendas en dólares había alimentos, porque los sacaron de las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) pero ya se acabaron”, cuenta desde el Vedado la bloguera Rebeca Monzó.

El periodista independiente Vladimir Turró asegura que el gobierno abrió en fase uno hace algunas semanas precipitadamente, pero antes y después la acumulación de ciudadanos en las colas sigue siendo “el mayor peligro”, más ahora que se incrementan los casos.

En el mercado de 3ra y 70, en Playa, en una de las tiendas que venden en dólares ya el sábado había menos alimentos.

La mayor preocupación que tienen las personas es qué van a comer, comenta desde Marianao el también comunicador Enrique Díaz, quien destaca que es preferible comprarles los alimentos a los revendedores si tienes el dinero, que exponerte en esas peligrosas colas.

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Pedro Luis García, vendedor de libros del municipio Plaza, hace cuatro meses que está sin trabajar por la pandemia y sin subsidio, y en estas condiciones sale diariamente en busca de aceite y pollo. No siempre lo consigue.

Desde El Cerro, Pedro Acosta considera que la falta de liquidez del gobierno los llevó a la apertura de La Habana en busca de abrir el turismo. Fue un error, afirma.

En su opinión, la escasez y el descontento de la población pueden conducir a manifestaciones populares, y el régimen lo sabe.

Un joven de Punta Brava, en la Lisa, decidió hacer un llamado a los responsables de abastecer la red de tiendas de esa localidad a través de una directa en Facebook.

Dayron Mucho Hernández dijo que allí hace meses que no hay productos como aceite o pollo, y que sus residentes tienen que ir a otras localidades como Bauta, con cifras altas de contagio, en busca de alimentos.

Señaló que aunque en el pueblo nadie se ha enfermado de coronavirus, sus residentes terminarán contagiándose "por salir a buscar comida", ni por ir a un bar ni hacer fiestas, como ha sucedido en otros lugares.